CULTURA
"El Apocalipsis es ahora"

El lado más crítico de László Krasznahorkai, Nobel de Literatura 2025: contra la “cobardía” de Hungría y el “ignorante” de Donald Trump

El escritor húngaro se consagró por su visión apocalíptica del mundo moderno. Pero fuera de la ficción, es un crítico feroz del avance tecnológico, la guerra en Ucrania y la política autoritaria.

László Krasznahorkai 09102025
Premio Nobel de Literatura 2025 | AFP

El Premio Nobel de Literatura 2025 fue concedido al escritor húngaro László Krasznahorkai, de 71 años, por una obra “fascinante y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”, según la Academia Sueca. Nacido en Gyula, cerca de la frontera con Rumania, Krasznahorkai combina en sus libros y entrevistas una crítica implacable a la tecnología, la política y la ilusión del progreso, al mismo tiempo que revela una profunda compasión por el ser humano común.

El jurado destacó que el escritor “mira hacia Oriente con un tono más contemplativo y refinado”, influido por sus viajes a China y Japón, donde desarrolló una visión espiritual y crítica del progreso. Su primera novela, Sátántangó (1985), lo consagró en su país y fue adaptada al cine por Béla Tarr, convirtiéndose en un clásico del realismo apocalíptico europeo.

Krasznahorkai se define como un observador del colapso ético y social de la humanidad. En sus entrevistas y textos, articula una denuncia directa a la tecnología, la política y la fe ciega en el progreso, pero también reconoce la dignidad de la vida cotidiana: “Solo existe la persona común. Y es sagrada”, afirmó en una entrevista, sintetizando su visión humanista en un mundo moralmente exhausto.

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Sus declaraciones, cargadas de ironía y desilusión, revelan una filosofía que va más allá de la literatura: una denuncia al vacío espiritual del siglo XXI. Desde el “fracaso del genio humano” hasta la “cobardía” de Hungría frente a la guerra de Rusia-Ucrania, su pensamiento incomoda tanto a gobiernos como a lectores complacientes.

El fracaso del progreso: la tecnología como nueva forma de decadencia

Para László Krasznahorkai, la era tecnológica no representa un avance sino una derrota. En una entrevista con The Guardian, el Nobel levantó un micrófono y una notebook y lanzó una pregunta que se volvió icónica: “¿Este es el resultado de 10.000 años? ¿En serio? Tenemos micrófono, portátil, esta sociedad técnica, ¿eso es todo? Esto es triste y muy decepcionante".

El autor considera que la humanidad, tras siglos de genios creativos, “desde Leonardo hasta Einstein, desde el Buda hasta Endre Szemerédi”, terminó prisionera de sus propios dispositivos. Para él, el progreso científico y digital “no produjo una civilización más sabia, sino más superficial”.

Laszlo Krasznahorkai Nobel de Literatura 09102025

Su crítica va más allá de lo material, también apunta a la pérdida de las capacidades intelectuales que antes definían la grandeza humana. “Siempre hemos querido saber todos los idiomas, y ahora tenemos Google Translate... antes era una enorme bendición no perderse, las personas con habilidades de rastreo tenían un alto valor social, y ahora el GPS pone todo eso a disposición de cualquiera”, reflexionó.

Ese reemplazo de la habilidad por la comodidad marca, según el autor, el fin del mérito humano. La tecnología “hace accesible todo sin esfuerzo” y, en ese proceso, “vuelve inútiles las virtudes que antes definían el pensamiento”.

Krasznahorkai también denuncia la distracción permanente que impone la hiperconectividad: “Ocho distracciones lo llevarán solo hasta el baño por la mañana, porque en el camino revisa su teléfono para ver si tiene correos nuevos, mensajes de texto, y qué hay en Instagram y Twitter. Operamos de una manera completamente nueva.” Esa “nueva manera” destruye la concentración y la experiencia interior, pilares del arte y del pensamiento para el autor.

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Su mirada se vuelve literaria cuando habla de War & War (2013), una de sus novelas más reconocidas, donde el protagonista cree encontrar en internet un espacio indestructible: “Tiene la idea de que el espacio virtual nunca es destructible". Pero el autor aclara que ese optimismo no es una esperanza, sino una ilusión trágica: la fe moderna en lo digital como sustituto de la eternidad espiritual.

Krasznahorkai describe el mundo actual como un “arroyo rápido y borboteante” donde todo cambia, pero nada se transforma realmente. Para él, la velocidad del siglo XXI no es sinónimo de evolución, sino de confusión. Y su sentencia más dura resume su diagnóstico: “Después de tantos genios, no podemos hacer nada con su legado.”

Contra Orbán, Trump y la “cobardía” húngara: el Nobel que ve el Apocalipsis en el presente

En el terreno político, László Krasznahorkai no oculta su indignación, alzando su voz contra la guerra, el populismo y el poder autoritario. Durante la invasión rusa a Ucrania, criticó con dureza la postura “neutral” del primer ministro Viktor Orbán, a quien acusó de traicionar la historia húngara.

Laszlo Krasznahorkai gana el premio Nobel de Literatura

“¿Cómo puede un país ser neutral cuando los rusos invaden un país vecino? ¿Y no han estado matando ucranianos durante casi tres años?”, declaró en una entrevista con The Yale Review durante los comienzos del conflicto. Para el escritor, el silencio de su gobierno ante la guerra equivale a una rendición moral: “El régimen de Orbán está adoptando una postura sin precedentes, casi sin paralelo en la historia húngara... hasta ahora siempre fuimos los atacados y los que perdíamos".

Desde entonces, Krasznahorkai asegura que no puede volver a vivir en su país. “No lo aguanto. Hungría nunca ha estado en una situación tan desesperada, y mira que ha estado mal”, afirmó. Su diagnóstico es tan brutal como literario: “La historia húngara es horrible. Siempre lo ha sido y está repleta de heridas y fracasos. El húngaro es cobarde por naturaleza.”

El autor también se refirió al ascenso global del "populismo" y la alianza simbólica entre líderes como Orbán, Donald Trump y Vladimir Putin. “Orbán es el dirigente de un país pequeño, y existe la pretensión de que sus políticas participen en la política mundial. Eso es ridículo. Reunirse con Putin, Xi Jinping o Trump tiene mucho de soberbia. ¿Quién es Orbán, o quién es realmente Trump? Un ignorante y un paleto.”

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Su crítica no es meramente política, también es ética. Krasznahorkai cree que la humanidad vive en un estado de decadencia espiritual irreversible. “Una guerra sucia y podrida se está desarrollando ante mis ojos”, dijo al referirse a Ucrania, para luego agregar, con resignación: “¿Que la Primera Guerra Mundial se está repitiendo esencialmente?!”

El escritor se niega a considerar el Apocalipsis como un futuro distante. “El Apocalipsis no tiene por qué ser un tema triste. Puede ser tan desesperante que no te quede otra que reír. Pero no tiene sentido esperarlo, porque el Apocalipsis es ahora. Llevamos muchísimo tiempo viviendo en él”.