CULTURA
Publican "En agosto nos vemos"

La novela póstuma de García Márquez: "Con este libro, toda la obra de Gabo queda a disposición del público"

Los hijos del escritor detallaron que el texto no tuvo agregados que no constaran en los borradores del autor y destacaron que esta obra es única por su narradora femenina y la forma en que el deseo de ella es la materia central de la historia. “Gabo se consideraba feminista”, aseguraron.

Se publica un libro póstumo de Gabriel García Márquez
Se publica un libro póstumo de Gabriel García Márquez | Gtlza. Penguin Random House

El escritor colombiano y premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez supo sacar de lo que guardaba en su memoria de sucesos familiares, coberturas periodísticas, afectos, convicciones, obras de arte del lenguaje escrito. Esa misma memoria comenzó abandonarlo en sus últimos años de vida y en ese camino quedó sin publicarse En agosto nos vemos. Este 6 de marzo, fecha en la que Gabo hubiera cumplido 97 años, esta obra se podrá conseguir en las librerías.

Con este libro toda la obra de Gabo queda a disposición del público”, aseguró Gonzalo García Barcha, uno de los dos hijos del escritor. Él, junto a su hermano Rodrigo García Barcha, en rueda de prensa coordinada por Penguin Random House, brindaron detalles sobre esta novedad.

En agosto nos vemos tenía cinco borradores escritos antes de ser abandonada y su editor de sus últimas obras, Cristóbal Pera recordaba cómo juntos habían avanzado en algunas correcciones, pero la progresión de la enfermedad, según interpretaron sus hijos, no le permitieron ver con claridad la obra. 

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Se publica un libro póstumo de Gabriel García Márquez

En la cotidianeidad de este escritor eran poquísimos los que podían ver su escritura en proceso. “Solo compartía su texto si creía que estaba en el 95 por ciento terminada y solo se la compartía a sus editores”, relataron sus hijos. Esa es una de las razones por las que creyeron que Gabo tenía intenciones de avanzar con “En agosto..”, ya que había compartido los textos con Pera.

También admitieron que cuando le consultaron a su padre por esta novela, él les dijo que la quemaran, pero no lo escucharon. Anteriormente, todo lo que Gabo no creía publicable lo destruía, sin embargo, estos borradores se mantuvieron íntegros durante más de 10 años. “No se ha agregado absolutamente nada que no estuviera en los múltiples originales que dejó Gabo de esta novela”, subrayaron.

 

Gabo por sus hijos: “Los sueños que tenía cotidianamente lo ayudaban a resolver asuntos literarios”

Cuando Gabriel García Márquez dejó de recordar sus sueños, supo que había una sentencia sobre su escritura. “Gabo viene de una región de Colombia en donde los sueños son un factor fundamental en la vida, sobre todo en la Guajira con la cual él se identificaba mucho y con la que fue criado en sus primeros años, los sueños, las premoniciones, las supersticiones”, contó Gonzalo.

“De hecho uno de los síntomas de su enfermedad en la vejez fue que llegó un momento en donde no recordaba los sueños que había tenido la noche anterior y esa fue una de las señales que tuvo él de que iba a tener muchas limitaciones para seguir escribiendo, de alguna manera los sueños que tenía cotidianamente lo ayudaban a resolver asuntos literarios en sus libros”.

 

"En agosto nos vemos": de qué se trata

“Volvió a la isla el viernes 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba pantalones vaqueros, camisa de cuadros escoceses, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso, su bolso de mano y como único equipaje un maletín de playa”, así comienza la novela con el regreso de Ana Magdalena Bach, un verano más, al lugar en el que yace enterrada su madre con el propósito de visitar su tumba. En esos viajes anuales la protagonista explorará el deseo y a sí misma de una forma nueva.

La reveladora imagen de dos indígenas retratadas 100 años atrás en el ingenio La Esperanza
 

Esta historia es protagonizada por una mujer, por eso los hijos de García Márquez contestaron sobre el rol de las mujeres en su vida. “Gabo siempre fue muy amigo de mujeres, había crecido con mujeres fuertes o abuelas, sus tías, sus tías abuelas, su propia madre, sus hermanas y Gabo se consideraba un feminista en la manera en que conducía su vida”, aseguró su hijo Rodrigo.
 
“Mi madre, además -agregó Gonzalo- fue un gran ejemplo de una líder absoluta en conjunto con la agente literaria de toda la vida, Carmen Balcells, a quien hay que rendirle homenaje también; entre ellas crearon un ambiente donde uno se sentía dirigido por personajes femeninos y donde todo era muy cómodo y muy productivo y yo creo que eso incluso termina reflejándose en la novela de la que estamos hablando ahora cuya protagonista es un personaje libre independiente y de una gran fuerza de carácter”.

Se publica un libro póstumo de Gabriel García Márquez

Un fragmento de la novela:

–Por una vez en tu vida, Doménico, dime la verdad.
Él sabía que su nombre de pila en boca de ella era señal de tormenta, y la apresuró con su serenidad habitual:
–¿Qué es?
Ella no fue menos:
–¿Cuántas veces me has sido infiel?
–Infiel, nunca –dijo él–. Pero si lo que quieres es saber si me he acostado con alguien, hace años me advertiste que no lo quieres saber.
Más aún: cuando se casaron le había dicho que no le importaría si se acostaba con otra, a condición de que no fuera siempre la misma, o por una vez. Pero a la hora de la verdad lo borró con el codo.
–Esas son cosas que uno dice por ahí –dijo–, pero no para que las tomen tan al pie de la letra.
–Si te digo que no, estoy seguro de que no lo crees –dijo él–, y si te digo que sí no lo soportarás. 
¿Cómo hacemos?”
.

 

El otoño del patriarca

“¿En los últimos años, en esa etapa donde García Márquez entra en esta esfera del olvido, de qué manera cambió la relación familiar?”, le consultó a Gonzalo García Barcha una de las periodistas que participaban en la conferencia. “Él tuvo un otoño muy benigno, él debió pasar momentos de angustia muy fuertes, que no le impuso a la familia; esa decadencia de su memoria, la vivió de una manera muy íntima”, contó con mucha serenidad.

“Hay un elemento que es la negación y recuerdo mucho compartir esto con mi madre, uno piensa que la demencia senil o el Alzheimer es una situación pasajera y que en algún momento se va a curar como se cura un resfriado y ya para cuando uno está resignado de que esto no tiene vuelta atrás, la persona en cuestión, ya tampoco está angustiada con la situación porque ya no se acuerda de que no se acuerda”, continuó.

Sin embargo, también ocurrió algo luminoso: “Gabo - a quien ambos hijos todavía nombran en verbo presente-  es una persona muy volátil en su manera de ser y en sus actos cotidianos: estaba en un lugar y luego estaba en otro, hablaba por teléfono, resolvía aquí y resolvía allá, que si la paz en Colombia que si la situación de América Latina etcétera, etcétera y de pronto eso se detuvo y lo que teníamos era al abuelo en la casa y eso lo pudimos aprovechar algunos años y yo creo que para toda la familia fue una un regreso a la normalidad, de ese personaje mitológico, para nosotros este fue un regreso a la vida normal, fue ponernos un poco los pies sobre la tierra”.