CULTURA
antiviejismo

Pacho O’ Donnell: “La vejez no es una tragedia, es un desafío”

Envejecer y languidecer no son sinónimos, así lo plantea el autor de "La nueva vejez". Si hay proyectos, razón de vida y buenos hábitos, este periodo puede ser maravilloso.

Pacho O' Donnell
Pacho O' Donnell | Gtlza. Juan Ignacio Tapia

La nueva vejez, el nuevo libro de Pacho O’Donnell no es un libro de autoayuda, es un material de datos necesarios en un mundo en el que la vejez se convierte en el período más largo de la vida. Aunque también ayuda porque como persona que vive en carne propia la vejez a sus 83 años, que como psicólogo atiende las consecuencias emocionales de su generación y como historiador atento que puede tener una mirada sociológica de la humanidad, brinda varias herramientas para llevar adelante y reflexionar.

Pertenezco al grupo sujeto a discriminación más numeroso en Argentina, somos casi diez millones de ancianas y ancianos que sufrimos el acoso del ‘viejismo’”, advierte el autor en el libro y por eso se propone combatirlo. “Me obligaré en el tiempo que me queda a cumplir con una deuda conmigo: no he sido lo suficientemente solidario con mis prójimos de avanzada edad en la pobreza y en la miseria, ¡son tantos!”, señala en el epílogo de La nueva vejez.

En el libro, O’ Donnell incluye las experiencias propias, evidencias científicas sobre cuidados que hacen que el paso de los años no sea una sentencia, comentarios de seguidores en sus redes sociales, material de pacientes, películas y libros que abordan el tema. Y para quienes igual desconfíen recuerda que Goethe escribió Fausto a sus 80 años, Verdi estrenó Otelo a sus 74 y Gabriel García Márquez escribió hasta pasados sus 90 años. Y por qué no recordar a los Rolling Stones que siguen tocando alrededor del mundo a sus más de 80 años. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Pacho O' Donnell


Mario Ernesto O’Donnell, más conocido como Pacho O’Donnell es médico especializado en psiquiatría y psicoanálisis, graduado de la facultad de Ciencias Médicas de la UBA. Fue becado por la universidad de Roma y se especializó en psiquiatría, psicoterapia y psicoanálisis.

Durante la dictadura militar de 1976 se exilió en España y regresó en 1981. Participó en el histórico "Teatro Abierto" y escribió en la revista Humor. Fue secretario de cultura de la Ciudad de Buenos Aires en 1983 y fue secretario de cultura de Carlos Menem durante el periodo 1993-1997. Durante su gestión se creó el INCAA y financió el Instituto Nacional de Teatro, además de poner en funcionamiento la Biblioteca Nacional.

En su reciente libro recuerda una entrevista que le hicieron para la revista Noticias, Giselle Leclercq y Delfina Tremouilleres en la que pusieron en foco la actividad física del escritor. Lo que había ocurrido es que a sus 64 años le diagnosticaron insuficiencia cardíaca severa. La obesidad y el sedentarismo habían pasado factura. A partir de entonces, con el acompañamiento de su médico, se convirtió en una persona fitness. “Es clave para las personas mayores tener un buen estado físico, que una persona mayor no haga gimnasia, es una actitud suicida, es igual que fumar o drogarse”, sentenció el autor en diálogo con PERFIL.

Pacho O´Donnell

 

Pacho O'Donnell: ícono del testofit y la nueva vejez
 

La percepción de la muerte es necesaria para vivir pero no es lo mismo que vivir la muerte antes de tiempo, los años de la vejez pueden ser muchos y buenos y es necesaria la consciencia para no dejarlos pasar. “Llevo más de veinte años de viejo, he hecho muchas cosas, pero podría haber aprovechado mejor este tiempo; nadie me contó que iba a vivir tanto, no me preparé”, le comentó un seguidor de Instagram al escritor.

“Tenemos que asumir que la vida tiene un fin, lo que le da sentido a la vida es la muerte, yo uso la comparación de un partido de fútbol en el que es muy importante que vos sepas que se juega durante 90 minutos, porque así vos sabés que en ese tiempo tenés que tratar de jugar lo más posible lo mejor posible, hacer algún gol, hacer buenos pases, si no, si se imaginara que no tiene fin nada tendría sentido”, reflexionó. “La vejez no es una tragedia es un desafío que es la coronación de una vida vivida intensamente o burdamente, livianamente, sin propósito”.

Pacho O' Donnell

El erotismo y la vejez

“Cuando hablan de sexo en la vejez inevitablemente se refieren a los ‘problemitas que aparecen’. Soy plena en mi sexualidad, nunca me sentí así, entreno en el gym con esa intención, para estar a full. Mi entrenadora me conoce hace años y es la mejor. Sabe que la voy a pelear y que el sexo es parte fundamental de mi vida, me mantiene joven. Así lo siento y lo veo”, señala uno de los mensajes de seguidores incluidos en el libro. “La vida de una persona mayor puede ser dinámica, erótica, creativa”, aclaró Pacho O'Donnell. “El sexo está con nosotros hasta el último de nuestros días, lo que pasa es que los seres humanos renunciamos al sexo”.

“El decreto cultural establece que el sexo es cosa de jóvenes o de personas adultas, pero cuando el viejo o la vieja manifiestan su deseo sexual son o un viejo verde o vieja loca y hay una sexualidad muy satisfactoria en la vejez, una sexualidad que no tiene tanto que ver con  el desempeño de penetración, lo cual de todas maneras existe pero no en el grado de una persona de 20 años, pero en cambio sí existe toda una capacidad que tiene que ver con el erotismo, con la ternura, con el juego, que tiene que ver con el tiempo, con la paciencia, con la espera todo eso define una forma de sensualidad”, explicó.

Políticas públicas, depresión y vejez

“Los estados, en general, no tienen políticas para esa supervivencia”, sostuvo. “La vejez se ha transformado en la etapa más larga de la vida de una persona y no está asumido que en esos años se pueden hacer muchas cosas valiosas”.

¿Qué política se puede pensar para para incorporar a la vejez más allá de la retribución jubilatoria?
Los viejos seguimos siendo personas con capacidades. Muchas veces cuando hay que tomar a alguien para un trabajo generalmente se elige a alguien joven aunque no tenga la experiencia o la capacidad o la serenidad que tiene una persona mayor, porque la sociedad está organizada en torno a la generación de la juventud y eso tiene que ver con la capacidad de consumir que tienen la juventud y la adultez. Los viejos y las viejas somos muy malos consumidores por las jubilaciones miserables, entonces quedamos por fuera.

Esto muchas veces genera una depresión...
Muchas veces los viejos nos sumimos a obedecer, si se supone que el viejo es una persona solitaria y que su única actividad es esperar lo que ya sabemos, muchas veces las personas mayores obedecen esa suposición cultural y la cumplen. También hay una sinonimia entre vejez y deterioro y mucha gente se deteriora porque supone que esa es una de sus funciones. 

Por eso es  muy importante que las personas mayores socialicen, concurran a centros culturales donde puedan realizar actividades de arte, de música, ajedrez, cocina, carreras universitarias o terciarias, porque hay mucho tiempo. Es una buena etapa para pagar deuda con uno mismo de la juventud.

En su libro señala que la terapia psicológica tiene sus características y que es necesario que el terapeuta ejercite su “paciencia contratransferencial” en el tratamiento de personas mayores, ¿podría explicar eso?
Para los terapeutas no es fácil tratar a una persona mayor, por todo un juego de identificación que implica “viejismo”, en el que la persona mayor evidencia tu muerte. Cuando te ves en el espejo de una persona mayor lo que ves es tu propia ancianidad. Por eso el terapeuta tiene que tener muy bien resuelta su contratransferencia, que en términos freudianos, son los sentimientos o las ansiedades que el profesional pone en juego en su tratamiento con el paciente. Esa dificultad es una de las claves de la polimedicación de la vejez porque es una manera en que los profesionales ponen una distancia con las personas mayores, les recetan estudios y medicamentos y no profundizan mucho en temas que tienen que ver con la vejez del paciente, es decir, con su propia vejez.

Quizás llegar a viejo/ sería todo un progreso/ un buen remate /un final con beso”. Juan Manuel Serrat, “Llegar a viejo”.

CP