El momento de la reconstrucción llegó. Argentina comenzó a escribir un nuevo capítulo en la Copa Davis, en un período que nace: que comienza después de un ciclo exitoso (aunque sin títulos) y tras el retiro de David Nalbandian, un hombre clave en este proceso. El momento de la reconstrucción, entonces, tiene como arranque esta serie ante Italia. Este 1 a 1 después del primer día de ayer, una jornada en la que Carlos Berlocq demostró –volvió a demostrar – que se siente cómodo representando al país y en la que Juan Mónaco no pudo mostrar un buen nivel. Así, el primer capítulo arranca con dudas, pero todavía tiene el final abierto.
En Mar del Plata, Berlocq terminó rompiéndose la remera como el Increíble Hulk después de vencer a Andreas Seppi por 4-6, 6-0, 6-2 y 6-1. Pero el inicio del partido le costó: el tenista de Chascomús comenzó con un 0-4 abajo en el primer set y perdió ese parcial. Aunque después logró recuperarse: el número uno del equipo argentino (44º en el ranking mundial) salió al segundo con un saque fuerte y golpes profundos que marcaron su superioridad. En esa segunda manga, Berlocq no tuvo errores y se impuso por 6-0. Fue la diferencia que necesitaba para consolidar su confianza.
Así, tras dos horas y 36 minutos de juego, Charly –que estuvo a punto de quedarse al margen de esta serie porque va a ser padre– puso el 1 a 0 alentador y tranquilizador. Y quedó con record positivo: ahora suma cuatro triunfos y dos derrotas en singles en la Copa Davis. Además, igualó el historial ante Seppi, que lo había vencido en el único antecedente entre ambos. Un gladiador.
David Nalbandian, un símbolo, aplaudió desde la tribuna. Sin él y sin Juan Martín del Potro, el objetivo principal de Argentina mutó. Ahora, la meta es seguir adelante en la competición, pero principalmente conservar el lugar en el Grupo Mundial. El equipo nacional está en zona de grandes desde 2002: esta temporada, por primera vez, se rearma sin pensar en quedarse con la Ensaladera de Plata.
En esta carrera, Berlocq mejora su imagen partido a partido: ya es momento de que se lo empiece a considerar un tenista copero.
Pico, flojo. Ante las cinco mil personas que se acercaron al Patinódromo Municipal de Mar del Plata, Mónaco tenía la chance de cerrar un viernes perfecto, pero estuvo lejos de su mejor nivel. El tandilense perdió por 7-5, 6-2 y 6-2 ante Fabio Fognini, el número uno de Italia.
Pico –que llegaba a este encuentro con un record de 11 partidos ganados y diez perdidos en Copa Davis– tuvo un buen comienzo. Incluso llegó a sacar 5-3 para llevarse el primer set. Pero perdió su saque dos veces y dejó escapar ese set después de 51 minutos.
El italiano, que viene de hacer cuartos de final en el Abierto de Australia, empezó a hacerse fuerte ante la falta de solidez de Pico. En el segundo parcial, Mónaco perdió su saque otras dos veces, en el quinto y el séptimo game, y ya no pudo encontrarle la vuelta al partido. Y eso que ostentaba una racha de tres triunfos ante Fognini, 15º del escalafón.
El nacido en San Remo mostró un servicio preciso, mantuvo la concentración y capitalizó las fallas de Mónaco para lograr el empate en apenas dos horas y dos minutos de juego.
Más tarde, el tandilense asumió sus errores y se mostró golpeado en la conferencia de prensa. Habló de la falta de partidos. Lógico: en lo que va de 2014, Pico sólo jugó el Abierto de Australia y perdió en la primera ronda. Ahora, le queda prepararse para la revancha: el domingo, cuando vuelva a salir a la cancha, tendrá la oportunidad de recomponer su imagen.
En la semana, en el hotel donde está el equipo argentino, Martín Jaite había asumido que ganar iba a ser una sorpresa. “Pero se puede dar”, había dicho. Claro que la idea del entrenador era quitarles presión a sus muchachos en el primer año en el que el objetivo principal no es la final. Hoy, con la serie abierta y con dos días más de competencia por delante, lo que queda claro es que Argentina tendrá que recorrer un largo camino para ser aquello que fue.