Desde que en 2009 el Gobierno nacional decidió romper el contrato de televisación del fútbol local de la AFA con TSC (la fusión de Clarín y Torneos y Competencias que tenía los derechos desde 1991) y hacerse cargo de la transmisión de todos los partidos, se han escuchado distintas posiciones respecto de la iniciativa. El principal argumento a favor siempre radicó en que el fútbol debía ser para todos los ciudadanos, y la crítica más fuerte estuvo sostenida en el gasto económico que le genera al Estado.
Antes del inicio del nuevo campeonato, la polémica volvió a escena gracias a las frustradas negociaciones entre el jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, y el empresario y conductor televisivo Marcelo Tinelli, con la intención de que este último se encargara de llevar a cabo una renovación del contenido artístico y publicitario de las transmisiones. En los otros grandes campeonatos de Sudamérica el Estado no destina presupuesto a la televisación pero también hay discusiones respecto al manejo.
El panorama del fútbol brasileño es distinto al argentino, allí se pueden ver algunos partidos por televisión abierta para los cuales el gobierno no aporta dinero. Los derechos de transmisión del campeonato brasileño, desde el comienzo de la década del 90 y de manera monopólica, son de la Rede Globo, la mayor cadena televisiva del país. El canal, famoso por sus exitosas telenovelas de exportación como Avenida Brasil, también ofrece paquetes con más partidos por cable y sistema pay-per-view. La Rede Globo negocia directamente con el Clube dos 13, el conjunto de los 20 clubes más poderosos del país.
En Chile hay una empresa que se encarga de la transmisión del fútbol local desde 2003, el CDF (Canal del Fútbol). Para poder ver los partidos es necesario pagar un abono mensual además del servicio de cable. El CDF fue creado por los clubes pertenecientes a la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) en conjunto con el empresario Jorge Claro. Los clubes y la ANFP tienen el 80 por ciento y Claro, el 20. El valor del CDF ha crecido exponencialmente y según un estudio realizado por la consultora PwC, quien quiera comprar ese 20 por ciento en 2015, año en que por contrato se podría hacer la transacción, deberá pagar 160 millones de dólares. “Es un negocio lucrativo en el que las ganancias son para unos pocos y el acceso es restringido debido a los altos costos”, afirma el periodista chileno del portal Ferplei.com, Diego Bastarrica.
El empresario uruguayo Paco Casal, representante de jugadores y socio de Enzo Francescoli, ex delantero y actual secretario técnico de River, es el director de Tenfield, la empresa encargada desde 1998 de la televisación del fútbol uruguayo. Tenfield también maneja los derechos de la otra gran pasión charrúa, el carnaval. “Si bien el acceso es solamente para los abonados del cable, el precio es accesible, por lo que no son unos pocos privilegiados los que pueden ver en sus casas los tres partidos por fecha que se transmiten en vivo”, sostiene el periodista del diario El País de Uruguay, Diego Pérez.
En Colombia la televisación del fútbol local la maneja el canal de cable Win desde fines de 2012. Solamente se transmite un partido por televisión abierta que es emitido por el canal RCN. El acceso de los ciudadanos en el país cafetero queda sujeto al cable operador al que estén suscriptos. “El único operador que transmite el canal Win es DIRECTV. Claro tiene cerca de tres millones de afiliados y UNE Colombia, un millón y medio. Ellos han ofrecido dinero por los partidos, pero Win no acepta porque su idea es vender toda la señal. Ahí está el embrollo que algunos periodistas hemos llamado ‘fútbol para pocos’”, asegura el periodista de Publimetro, Revista Esquire y Radio RCN, Nicolás Samper.
En tierras guaraníes el fútbol también es de un único dueño y el acceso es pago. Tigo Sports, el primer canal deportivo de Paraguay, surgió este año y tiene la exclusividad de las transmisiones. Pertenece al Grupo Millicom, una empresa global con sede en Luxemburgo que brinda servicios de telefonía, internet y cable a más de 43 millones de clientes en Latinoamérica y Africa.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano dijo alguna vez que hace tiempo se juega para la televisión y que es la televisión la que manda en el fútbol. Eso es un hecho, lo que es interesante pensar es quiénes se encargan de hacerlo llegar a los ciudadanos y qué costos y beneficios tiene para la sociedad.