El jurista Pérez Triviño, en un reciente artículo en The Huffington Post, aclara que aunque el Artículo 52 del Tratado de la Unión (UE) no admite a Catalunya como Estado miembro, las alternativas del Barcelona y el Espanyol en el caso de una independencia catalana serían:
a) Un estado catalán implicaría una liga propia. Liga devaluada con merma en derechos de TV y posible éxodo de jugadores. Además, una devaluación de la Liga Española y del Barcelona.
b) Si el Barcelona quisiera formar parte de una liga extranjera, debería someterse a normativas FIFA, que sólo reconoce federaciones de países afiliados a la ONU. La FIFA sólo podría aceptar que el Barça jugara en otra liga de manera excepcional. No sería como Mónaco porque no cuenta con Liga propia, ni con gales porque no es un Estado.
c) Jugar en la Liga española tendría problemas: 1) Jugadores catalanes. 2) Circulaciones de bienes y personas por las fronteras. En el primer caso podría haber jugadores catalanes que, si no tienen doble nacionalidad, serían extracomunitarios y ocuparían cupo. En el segundo, el problema es la entrada y salida del espacio Schengen, o sea trámites y requisitos para entrar y salir de la UE en la frontera