La esperanza de ganarle a los dueños del mundo de la ovalada se renueva cada vez que Los Pumas se enfrentan con los All Blacks. No importa si enfrente están unos neocelandeses que llegaron a Vélez con 15 victorias seguidas –a dos de su record- y que dejaron en claro porque para muchos son el mejor equipo de la historia. A pesar del buen partido de los argentinos los de negro se llevaron el duelo por 36 a 17.
Repetir hasta el cansancio que en el más alto nivel del rugby lo que define son los detalles parece repetitivo. Sin embargo, desde que disputan el Rugby Championship con las tres máximas potencias del deporte de la ovalada Los Pumas sufren cada vez que no están finos. En el Amalfitani Nueva Zelanda salió con todo y se puso 3-0 ni bien empezó el partido. Les costó encontrarse a los de Hourcade, pero tuvieron sus oportunidades. No las concretaron a pesar del empuje de Isa y Creevy.
Y en ese mundo de detalles, Los Pumas cerraron pésimamente el primer tiempo y eso les terminó costando el partido. En los últimos cinco minutos recibieron tres tries de los neocelandeses: Crotty (a los 36), Coles (39) y TJ Perenara. Eso sentenció la historia a pesar de que faltaban 40 minutos. La diferencia entre uno y otro se resumió en ese lapso.
Pasaron de estar de perder por un try convertido (10-3) a hacerlo 29-3 en pocos minutos. Esa fue la diferencia. En el complemento se vio lo mejor del local ante unos All Blacks que cometieron demasiadas infracciones –que derivaron en dos amarillas que dejaron a su equipo con uno menos- pero que ya habían hecho el gasto. Los tries de Isa y Tuculet le dieron un cierre más preciso de lo que fue un partido, que otra vez se pintó de negro.