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Deuda pública: 2026 se asoma y trae un desafiante calendario de vencimientos para el gobierno

Aunque el Tesoro logró un rollover holgado en la última licitación y sumó financiamiento neto, economistas y consultoras señalan que el verdadero desafío aparece en 2026, cuando se acumulan fuertes vencimientos y la estrategia oficial deberá mostrar consistencia fiscal y previsibilidad para evitar tensiones.

Luis Caputo, ministro de Economía
Luis Caputo, ministro de Economía | Cedoc

El mercado parece valorar que el Gobierno mantenga tasas reales positivas y refinancie sin asistencia del Banco Central, pero comienza a alertar que el calendario de vencimientos de deuda del próximo año incluye picos billonarios que exigirán coordinación fina, canjes anticipados y señales claras sobre el rumbo fiscal. Para los analistas, “el examen no es la licitación puntual, sino la capacidad de sostener el programa financiero en el año más crítico”.

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Los cálculos privados muestran que entre el primer y segundo trimestre de 2026 se acumula el mayor volumen de vencimientos en pesos de la gestión, con montos que superan varios billones por trimestre. Si bien el Ministerio de Economía ya comenzó a desplegar canjes selectivos, las consultoras advierten que el desafío es de escala.

En efecto, el 9 de enero, el gobierno deberá pagar aproximadamente US$ 4.300 millones por el primer vencimiento de los cupones de los bonares y globales, los títulos reestructurados por Martín Guzmán cuando ejercía como ministro de Economía de Alberto Fernández y renegoció la deuda con privados por unos US$ 66 mil millones en octubre de 2020.

Luego, y tal como consignó Carlos Burgueño en una nota de PERFIL de fines de noviembre, habrá otro vencimiento, el 9 de julio, por unos US$ 4.200 millones, y finalmente dos más en 2027 que replican los de 2026. En total, Caputo deberá afrontar pagos por aproximadamente US$ 18 mil millones.

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Para el economista Leo Anzalone, "el calendario de vencimientos de 2026 es exigente y, en las condiciones actuales, muy difícil de afrontar sin algún tipo de financiamiento adicional. Hoy no existen “recursos propios” para hacerlo: según la metodología del FMI, Argentina mantiene reservas netas negativas en torno a USD 17.000 millones, lo que implica que cada pago en dólares no sólo reduce margen, sino que profundiza la fragilidad externa", comentó.

Respecto a la decisión oficial de salir con un bono en dólares para estirar vencimientos de deuda del 2026, Anzalone recordó que "el gobierno todavía no tiene acceso a los mercados internacionales, más allá de la buena noticia de licitar un bono en dólares, en la plaza local para afrontar los vencimientos de enero", explicó

Paralelamente dijo que, "con este punto de partida, la acumulación de reservas se vuelve el principal condicionante. Vencimientos tan abultados en 2026 implican que, sin financiamiento nuevo, cada obligación compite directamente con la necesidad de recomponer reservas. La sostenibilidad del programa, entonces, depende de tres elementos: una consolidación fiscal que se mantenga, algún mecanismo de financiamiento que alivie el perfil de pagos en dólares y un esquema cambiario estable que evite el uso de reservas para contener tensiones. Sin esos factores, la vulnerabilidad del frente externo sigue siendo el principal riesgo hacia 2026".

BCRA

Desde LCG señalaron que “la concentración de vencimientos en 2026 implica que el Tesoro deberá mantener tasas reales competitivas para sostener la demanda. Pero eso encarece el costo del financiamiento y limita la baja de tasas que necesita la actividad”. Un equilibrio delicado.

Las consultoras coinciden en que el mercado monitorea tres frentes:

La consistencia fiscal 2026, que debe ser creíble y mensurable.

La estrategia de manejo de pasivos, especialmente la capacidad de anticipar canjes para evitar picos.

El marco monetario y cambiario, determinante para la preferencia por instrumentos en pesos.

Desde Abeceb afirmaron: “El Gobierno necesita mostrar un sendero fiscal que convenza al mercado de que no habrá sobresaltos políticos o de ejecución; sin esa señal, cada licitación será una prueba”.

El Tesoro obtuvo un respiro significativo, pero la conclusión de los analistas es unánime: la sostenibilidad del financiamiento depende menos de la licitación puntual y más de la arquitectura general del programa económico.

Lo sintetiza Quantum Finanzas en su último informe: “El rollover funciona hoy, pero la verdadera prueba será sostenerlo durante 2026. La clave ya no es renovar, sino convertir este mecanismo en algo estable, predecible y menos dependiente de la volatilidad política”.

Además de las deudas, el fuerte desafío de acumular reservas

En las últimas semanas, cuando comenzó a flotar una cierta calma en los mercados tras la victoria del oficialismo en las elecciones de medio término, los analistas empezaron a poner el foco en lo que ven como el talón de Aquiles de la administración libertaria y que es la acumulación de reservas.

Tando el presidente Javier Milei como el ministro Luis Caputo vienen relativizando -en parte- la acumulación de reservas al señalar que este es el gobierno que más reservas ha comprado. Aunque como bien dijo el ministro esta semana en el encuentro del diario El Cronista, comprar no es lo mismo que "acumular". Y esto se les ha vuelto más difícil. El ministro subrayó que “nunca hubo un debate” respecto a si el Gobierno debe comprar divisas y señaló que es “el equipo económico que más reservas compró en la historia”. La dificultad, reconoció, fue lograr acumularlas porque el país “le daba una situación de deuda enorme con todo, con el mercado, con importadores, con los multilaterales” y durante veinte meses la prioridad fue honrar pagos.

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Sin embargo, aseguró que tienen una hoja de ruta para acumular reservas en 2026 que se basa en dos variables: “el incremento en la demanda de dinero y la profundidad en el mercado cambiario”.

En cuanto al primer punto, la intención es comprar dólares a medida que haya demanda de pesos, evitando emitir sin respaldo de demanda y recrear el fenómeno de pasivos remunerados, como las antiguas LEBAC o el déficit cuasifiscal que —según dijo— heredaron en “10 puntos del producto”.

Proyectando cifras concretas, marcó que si la base monetaria crece 25% nominal —según el presupuesto— podrían comprar alrededor de 7.000 millones de dólares sin esterilización.

Si la demanda de dinero se recuperara un 1%, se sumarían otros 7.000 millones en moneda estadounidense. Con una recuperación de 2 puntos del producto, la cifra potencial ascendería a 20.000 o 21.000 millones de dólares.

Luis Caputo reveló la estrategia del Gobierno para acumular reservas en 2026

En relación a las reservas, ayer habló la vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI) Julie Kozak y reiteró el pedido al gobierno argentinos para que implemente un marco monetario y cambiario “coherente”, insistiendo en la necesidad de la acumulación de reservas en dólares.

Kozack dijo que el FMI entiende que las autoridades de Argentina, deben “aprovechar la ventana de oportunidad para implementar un marco monetario y cambiario”, coherente.

“En este momento, cumplir con la meta de reservas a fin de año será desafiante, pero es indispensable que lo hagan en el período contemplado”, insistió la portavoz.

Kozack insistió en que el FMI es partidario de la acumulación de reservas para sostener el esquema macroeconómico y para que sirvan como reaseguro por shocks externos.

La vocera también precisó que el conteo de la cantidad de reservas se realizará de acuerdo con la metodología del FMI, lo cual excluiría el reciente swap suscripto con Estados Unidos.

lr/ff