Mientras el FMI descartaba una fuga de inversiones de la región impulsada por la crisis internacional, el Gobierno argentino reconoció que el país se aparta de los pronósticos para el resto de América latina. El cuestionado Indec admitió ayer que la salida de capitales se aceleró fuertemente desde abril, al difundir los resultados del balance de pagos del segundo trimestre. Entre abril y junio, se fugaron US$ 2.966 millones de la economía y, según estimaciones privadas, en el año, la salida de capitales podría llegar a US$ 23 mil millones.
Si bien el dólar en las casas de cambio porteñas cerró ayer clavado en $ 4,23, el BCRA desembolsó casi US$ 160 millones y así perdió más de US$ 400 millones de reservas en la semana. Acumuló un retroceso de casi US$ 1.400 millones en lo que va del mes.
Para ponerle un techo al mercado, la cartera que dirige Mercedes Marcó del Pont insistió con la estrategia agresiva de ofrecer US$ 500 millones al contado, con liquidación en 24 y 48 horas, a 4,20 pesos. Además, recurrió a posturas vendedoras a octubre, noviembre y diciembre por US$ 500 millones para cada mes. En particular, para fines de octubre, vendió a $ 4,2050; es decir, al precio de contado, con lo que buscó dar certidumbre al tipo de cambio.
El BCRA “busca enlentecer las compras de dólares, desalentarlas, con una artillería que pone mucha oferta en el frente, que se impone por presencia”, evaluó Carlos Risso de Zonabancos.com, quien estimó que, para fin de mes, el mayorista a lo sumo llegaría a 4,21, aunque eso implique otra semana de ventas para el Central.
En el trimestre, el sector privado excluyendo los bancos registró una salida neta de US$ 2.966 millones, según el ente estadístico oficial. “Los egresos tuvieron como principal factor la formación de activos externos (es decir, lo que se conoce como “fuga”), entre ellos la inversión directa de residentes en el exterior”, expresó el comunicado del Indec.
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