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El plan anti-China de Milei-Trump choca con la alianza comercial estilo macrista que aplica el Gobierno

Mientras el Presidente se alinea con la retórica de Washington, China se consolida como el socio clave con un modelo similar al que aplicó Mauricio Macri durante su gobierno, con desplazamiento de la producción local.

Javier Milei con Xi Xinping
Javier Milei con Xi Xinping | Presidencia

A favor del friend-shoring de Estados Unidos, pero con el comercio con China intacto, el modelo económico que a casi dos años mostró la gestión Javier Milei tiene más de pragmatismo comercial que de alineamiento político. Mientras fortalece lazos financieros e ideológicos con Donald Trump, el intercambio con el país asiático permanece fluido y creciendo: pisa más que fuerte en importaciones. Un programa que reemplaza industria por servicios y que, hasta ahora, tiene más similitudes con el plan que intentó Mauricio Macri que con un esquema profundo libertario.

Dos noticias en la última semana dan cuenta, por separado, de este fenómeno. La compra de 150 colectivos chinos por parte de Metropol y el cierre de la planta de lavarropas de Whirlpool, que seguirá operando en el país, pero desde una oficina comercial, y se dedicará a importar. Según el INDEC, China se convirtió en el mayor socio de Argentina y según un dato de la consultora Empiria, la relación entre PBI y la leve recuperación económica que tuvo la actividad en los últimos meses multiplicó la cantidad de bienes comprados en el exterior.

Mientras que el vínculo habitual es de 3% de importaciones por punto del producto, en la era Milei creció a 8% por punto del PBI. “La lectura es que en esta recuperación, la importación tiene un papel más relevante por la apertura comercial y por el tipo de cambio. Puede sostenerse un tiempo, luego se acomodará; pero sí está más alto que en otros momentos”, explicó a PERFIL el economista Federico González Rouco.

Importaciones por PBI

La receta comercial macrista

Aunque más intenso, el programa guarda similitudes con los efectos a los que buscó llegar Cambiemos entre 2015 y 2019. “El programa económico que se quiso implementar está en línea con el actual. Pero, las condiciones sociales y políticas de ese momento no daban para avanzar tan fuerte”, planteó el titular de la consultora ABECEB, Dante Sica, quien fue ministro de Producción de ese período, en conversación con PERFIL.

Inversiones chinas en la Argentina superan los USD 23.000 millones y desafían el alineamiento de Milei con Trump

No es casual que, quien esté ahora frente al ministerio de Economía es Luis Caputo, cercano a Macri. Aunque sus rasgos más relevantes son los financieros, es a su vez quien maneja hilos pragmáticos de esa relación comercial. Dos ejemplos concretos: cuando en junio de 2024, el titular del Banco Central, Santiago Bausili, y el entonces secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajaron para renovar vencimientos del swap chino, en medio de tensiones por los exabruptos de Diana Mondino.

O también la visita de el entonces secretario coordinador de Comercio y Producción Juan Pazo a la feria de comercio e importaciones de China (CIIE) en 2024. Para 2025 estaba programado otro viaje de a inicios de noviembre para el mismo evento con Karina Milei y Caputo como invitados. Ninguno asistió o envió funcionarios.

Así, Milei parece replicar un modelo de búsqueda de la eficiencia económica a través de la apertura, eliminando restricciones y utilizando las importaciones como un insumo productivo para sostener la inversión y la demanda, a costa de una presión competitiva sobre la industria local.

Con ojos del 2025, para el economista la alta proporción de bienes de capital en las importaciones (60%) no tiene un direccionamiento único en consumo, como se vio beneficiado el comercio de plataformas como Shein y Temu que permiten importar desde china por courier a bajo costo y desde la comodidad del hogar. "Hace 15 años que Argentina no invierte. El 60% de lo que importas son bienes de capital y está en medio del proceso de cambio de régimen económico”, consideró el líder del think tank y apuntó a que así se satisface la demanda que se requiere para generar inversión, especialmente en sectores clave, un fenómeno que está por encima del alineamiento político. A tal punto que incluso China desplazó a Brasil en algunos segmentos.

EE.UU. espera quebrar el esquema América - China

Del acuerdo comercial con EE.UU. todavía no hay detalles. Una primera lectura del entendimiento publicado hace pocas semanas da cuenta de que son más los compromisos argentinos que los permisos estadounidenses, pero nadie se atreve a decir cuánto favorece o no sin conocer la letra chica. Pero, a grandes rasgos hay una lógica notoria: Trump tiene interés en quebrar una estructura comercial que hoy beneficia al país que gobierna Xi Xinping en América latina.

“Por estructura, América latina tiene un comercio más complementario con Asia. EE.UU. no quiere que China se meta en temas de seguridad, transporte o tecnología. Pero con el acuerdo, puede que algunas importaciones chinas sean desplazadas por las estadounidenses, maquinaria usada, por ejemplo”, planteó Sica en diálogo con este medio.

China se convirtió en el mayor socio comercial de la Argentina

Para Matías Boris Wilson, economista jefe de la Cámara Argentina del Comercio y los Servicios (CAC), el aumento de importaciones no es un "viraje" o un error, sino una consecuencia natural de la política de apertura y del esquema de tipo de cambio flotante que impulsa el modelo Milei.

“Si el tipo de cambio fuera fijo, los precios internos deberían moverse de tal manera de recuperar competitividad cambiaria; pero como los precios son inflexibles, en general, con tipo de cambio fijo lo que compensa la balanza comercial suele ser el nivel de actividad. Como estamos en un tipo de cambio flexible, no me preocupa el nivel de importaciones. Además, el 85% de lo que se importa se reinvierte en el entramado productivo”, desarrolló.

En cuanto a la postura aperturista, Boris Wilson planteó que un país del tamaño de la Argentina, sin “ser Brasil”, “no puede darse el lujo de cerrarse porque no tiene el tamaño de mercado interno suficiente para justificar determinadas inversiones (incluso la innovación e investigación tecnológica)”. “La forma más simple de agendar el mercado es mover las fronteras comerciales (tratados, entre otras formas)”, argumentó.

AM