En un contexto signado por la volatilidad, la pregunta obligada que se hace todo inversor en el país es ¿el que apuesta al Peso, pierde? Sin embargo, existe la posibilidad de pensar en el armado de carteras que contemplen distintos instrumentos, pensadas para varios perfiles de inversor, algunos más conservadores que otros, para cuidar el capital del inversor con una aceptable exposición al riesgo.
La inestabilidad macroeconómica tiene como consecuencia directa la aceleración inflacionaria y el ajuste del tipo de cambio nominal. Son dos aspectos nocivos para el ahorro en moneda local.
Pese a este contexto, tenemos diferentes carteras de inversión que, diversificación mediante, apuntan a preservar el capital del ahorrista dependiendo del perfil de cada uno sin la necesidad de acudir a la compra de dólares, ya sea a través del mercado oficial como a través del mercado de bonos.
Para un inversor con un perfil de riesgo más conservador contamos con una cartera de cobertura que apunta a protegerlo de la inflación y la devaluación. Para uno con perfil más moderado planteamos una cartera balanceada que apunta a lograr mayor rendimiento pero, como es la regla, asumiendo mayor riesgo.
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Ambas carteras están compuestas por instrumentos en pesos cuya participación en el total depende del perfil de cada una de ellas. Así, combinamos diferentes activos como los indexados a la inflación (inflation linked), los dollar linked, otros con instrumentos a tasa fija y también incluimos los Cedears.
Recordemos que, a través de estos últimos podemos invertir desde Argentina en acciones listadas en Estados Unidos, donde podemos encontrar desde empresas brasileñas y mineras de oro hasta tecnológicas del Nasdaq y compañías líderes del S&P 500.
Un ejemplo de Cartera de Cobertura
La cartera de cobertura, busca preservar el capital a través de una inversión diversificada. La mayor ponderación de esta cartera la tienen los instrumentos que ajustan por inflación (Bonos CER), seguido por los dollar linked y una proporción menor se la asignamos a instrumentos que devengan tasa fija.
Que la mayor ponderación de la cartera la tengan los activos indexados a inflación obedece al fuerte dinamismo que viene mostrando la inflación, en el último semestre se movió a un ritmo del 60% anualizado. El 4.8% que mostró marzo, en un contexto de dólar que va moderando el ritmo de devaluación, tarifas retrasadas y fijaciones de precios máximos, muestran la ardua dinámica que atraviesan los precios. Dentro de estos activos, nos inclinamos por el TX22 y el TX23, puesto que capturan en mayor medida la inflación del 2021 y 2022.
La posición en instrumentos dollar linked obedece a que la situación de las cuentas externas y del BCRA sigue siendo frágil y obligan a mantener la cobertura. Si bien en los últimos meses el mercado cambiario tuvo una notable mejora de la mano del fuerte incremento del precio de la soja y el BCRA recuperó reservas internacionales, parte de la estabilidad se apoya en un entorno de control de cambios reforzado en el que la brecha cambiaria se mantiene elevada.
Si bien en los últimos meses el BCRA moderó el ritmo de devaluación y la brecha se mantuvo estable, el riesgo de una corrección sigue vigente y es por ello que recomendamos su participación en la cartera. Dentro de este segmento, nos enfocamos en mayor medida en activos con duración de un año (como el TV22 y el Fondo Delta).
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Finalmente, para tasa fija, preferimos mantener un margen destinado a actuar como “fondo de liquidez”, con asignaciones a un fondo de inversión Money Market (al estilo Cohen Renta Fija y Cohen Renta Fija Plus), complementando dicha exposición con el bono a tasa fija (TO21), cuya TNA se encuentra en torno al 40%.
Un ejemplo de Cartera Balanceada
La cartera balanceada, mantiene el pilar estratégico de la cartera cobertura y busca complementarla con algunos instrumentos con mayores rendimientos como lo son nuestras carteras de Cedears.
A diferencia de la cartera de Cobertura, en el segmento de inflation linked agregamos al TX24, el cual rinde inflación +4,7% (según nuestras proyecciones de inflación, sería una TNA aproximada del 46%). Al segmento de tasa fija, sumamos al TO26 (vence en 2026), un bono con un excelente rendimiento (48% de TNA).
En cuanto a la asignación de Cedears, elegimos una combinación equitativa entre la “Cartera A” y la “Cartera C”. La primera busca replicar la evolución del S&P 500, el principal índice accionario de EE. UU. La segunda, invierte en el segmento de empresas cíclicas, que son aquellas que suelen sobresalir durante periodos de expansión económica.
En el marco de una economía americana que va dejando atrás la pandemia, acelerando su crecimiento de la mano del mayor estímulo fiscal y con la inflación bajo control, vemos en estas dos exposiciones una buena combinación para beneficiarse del contexto con buenas perspectivas y baja volatilidad.
El rendimiento de estas carteras fue muy alentador en los últimos seis meses mostrando una performance superior a los benchmarks que tomamos como referencia. De hecho, en el último semestre la cartera cobertura obtuvo un rendimiento medido en TNA del 50,5%, mientras que la cartera balanceada uno de 62,4% de TNA muy superior al 40,35% de TNA que marcó el benchmark.
Vemos así que, pese a la inestabilidad y volatilidad a la que estamos expuestos continuamente, encontramos valor en activos en moneda local que permiten cuidar el capital del inversor con una aceptable exposición al riesgo.
* Estratega de Cohen Aliados Financieros