La baja de la inflación durante mayo y junio parece solo un alivio transitorio. Con factores que difícilmente puedan sostenerse en el tiempo, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) volverá a situarse en torno al 8% mensual, según un informe de Fundación Capital.
“Si bien en el corto plazo la reedición de acuerdos de precios permitirá sostener el registro de julio en torno al del mes previo (6% mensual), hacia delante, estos tendrán impacto sólo de corto plazo, tal como vimos en versiones anteriores. Con el riesgo monetario y cambiario latente, la nominalidad volverá al andarivel del 8% mensual. Así, el año concluiría en torno al 140%”, señaló el estudio.
En junio, la inflación registró una moderación importante por segundo mes consecutivo luego del 7,8% de mayo y el 8,4% de abril.
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Uno de los factores que contribuyeron a una menor inflación durante el sexto mes del año fue la desaceleración en el rubro de alimentos y bebidas, que se ubicó en el 4,1% debido a los bajos aumentos en la carne y una caída en los precios de frutas y verduras
Por categorías, se destacaron los estacionales, con un muy leve aumento del 1,8% mensual (vs. 6% en mayo), explicando 0,8 puntos de la baja total del IPC (-1,8 puntos).
¿Qué esperar para julio?
“De cara a julio, el factor positivo de los estacionales se revertirá, siendo un mes en el que los servicios asociados al turismo y el ocio suelen ajustar por las vacaciones invernales. Así, los estacionales le sumarían casi un punto y medio al IPC (1,4 vs. 0,1 puntos porcentuales en junio)”, aseguró Fundación Capital.
En tanto, según el informe, sin subas en los servicios de gas y electricidad como en meses previos, los regulados podrían reducir su impacto en el IPC. No obstante, con incrementos en las prepagas (8,5% mensual), el transporte público del AMBA (+6%) y las telecomunicaciones (4,5%), los regulados sumarían 0,8 puntos al IPC en julio, por debajo de los 1,3 puntos de junio.
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Los acuerdos de precios
En este marco, el Gobierno volvió a apostar al relanzamiento de distintos acuerdos de precios, donde la moneda de cambio para las empresas es tanto la aprobación de SIRAs para importar, como la participación en el programa de financiamiento Ahora 12.
En este sentido, se acordó el congelamiento de los precios de distintos bienes durables, como electrodomésticos, indumentaria, electrónica, bicicletas y motos, que en conjunto representan el 13,8% de la canasta del IPC.
Además, para los productos de consumo masivo, se mantuvo la pauta de aumento mensual máximo del 5%, donde los alimentos y bebidas comprenden al 23,4% y los de cuidado personal en torno al 3%.
“En un escenario de máxima, donde los acuerdos se cumplen en su totalidad, aportarían una reducción de 1,5 puntos porcentuales al IPC de julio, y éste podría incluso mostrar un 5 por delante”, explicó la Fundación.
“De todos modos, difícilmente el cumplimiento sea total. En cuanto a los productos de consumo masivo, dos tercios de las ventas se realizan en autoservicios y negocios especializados (como verdulerías, panaderías, carnicería, etc.), donde los acuerdos no llegan, pero donde se relevan precios para el IPC. De hecho, la diferencia entre los precios de productos dentro del programa de Precios Justos y aquellos relevados por Indec en los últimos meses superó el 50% en promedio, con productos como fideos y aceites superando el 100% de brecha en junio”, consideró.
“Todo esto hace que los precios pactados no sólo no funcionen como referencia, sino que también al finalizar los acuerdos, presionen para acomodarse recuperando el terreno perdido”, agregó.
“En suma, entendemos que los acuerdos de precios pueden tener un impacto de corto plazo, de manera similar a lo acontecido a fin del año pasado. Así, el IPC del séptimo mes podría volver a ubicarse en torno al 6%, aunque difícilmente profundice la baja. Asimismo, se trata de una moderación transitoria. Hacia delante, la tendencia es al alza”, aseguró el informe.
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Otros factores que impactarán en la inflación
“Los determinantes de la inflación continúan exhibiendo un sesgo al alza y, en la transición política difícilmente el promedio mensual del IPC permanezca por debajo del 8%”, afirmó.
Además, distintos indicadores muestran que la presión sobre los costos de las empresas sigue siendo alta.
El índice de costos del transporte de cargas aumentó un 11,9% mensual en mayo, con un promedio de 7,7% mensual desde enero, incluso con el acuerdo de precios del sector combustibles, su principal componente.
Asimismo, los precios mayoristas registraron un aumento del 7,1% mensual en el quinto mes, el mayor desde agosto pasado (8,1% mensual). Los precios de manufacturados y energía eléctrica alcanzaron un 7,7% mensual, bien por encima del promedio exhibido hasta abril (5,9% mensual).
También, los de productos importados continúan incrementándose a un ritmo acelerado del 8,5% mensual (tanto en mayo como en el promedio mensual enero-mayo), evolucionando bien por encima del ritmo de deslizamiento del tipo de cambio oficial (7% en mayo, 6% promedio entre enero y mayo).
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“Incluso, mayores restricciones de acceso al mercado de cambios en un marco de reservas internacionales en una situación delicada continuarían presionando sobre esta variable”, indicó el informe.
En definitiva, “la moderación de la inflación que estamos observando aún no es generalizada y se mantiene por factores que difícilmente se sostengan en el mediano plazo (los bajos aumentos en la carne, la caída en frutas y verduras) y por la reedición de acuerdos de precios”, consideró.
“En este marco, julio podría exhibir una suba del IPC en línea con junio (6%), aunque hacia delante prevemos que se vuelva a ubicar en torno al 8% mensual. En efecto, no hay espacio para anclas cambiarias, tarifarias y salariales, tras años de retraso en todas las variables. Asimismo, la emisión seguirá siendo de magnitud y el riesgo cambiario elevado. Así, incluso con la actual desaceleración transitoria, la inflación del año concluirá en torno al 140%”, concluyó.
LG / LR