Se aproxima fin de año, y las nuevas tendencias globales del mercado alimentario tienen un nuevo consumidor: enfocado en la sustentabilidad y en todo lo referido a la salud (tanto mental como corporal), priorizando el bienestar animal, ambiental y la ecología.
Esto trae un reto a los productores, que vienen de una tradición agrícola ganadera predominante. Los nuevos consumidores buscan que los alimentos sean prácticos para consumirse y, por qué no, que sean de sabores exóticos.
Más aún ha crecido el interés por los probióticos y los ingredientes 100% vegetales, ya que además de ser amigables con el ambiente, fortalecen el sistema inmunológico, un factor que tomó relevancia con el virus del Covid-19. Sumado a esto, con la nueva modalidad del teletrabajo, hubo una mejora en la primera comida del día, debido a que las personas tienen más tiempo para cocinar en casa, y son estos nuevos alimentos los elegidos.
El ingeniero agrónomo y director de Bioeconomía de la UBA, Fernando Vilella, afirma que la mayoría de las creencias alimentarias que se tienen hoy día, poco tienen que ver con sustentos científicos, sino que estas creencias son mantenidas por una pseudo información, que por lo general viene de otras generaciones, donde se cree que ciertos alimentos son mejores que otros.
Por qué se necesita una Ley de Etiquetado
De aquí la importancia de la Ley de Etiquetados. Existe en la sociedad la creencia de que ciertos alimentos son sanos, son bajos o nulos en azúcar, son light, y podemos nombrar muchos otros adjetivos que se parecen a saludables. Cuando se hila fino, encontramos que el ingrediente principal de estos alimentos procesados es el azúcar, así como las grasas saturadas y conservantes. Un claro ejemplo de estos es la clásica barrita de cereal comercial.
Hoy en día, el nuevo consumidor se preocupa por saber qué es lo que está consumiendo, con qué tipo de alimentos está nutriendo su cuerpo. Le interesa los niveles de grasa, azúcar y sal de la oferta de alimentos que se encuentran en el mercado.
Es deseable que la lista de ingredientes del producto sea corta y simple, con nombres de ingredientes conocidos y naturales; así como que contenga pocos o ningún aditivo químico como conservantes o saborizantes artificiales.
En Argentina, Vilella afirma que “la huella de carbono a campo de Argentina resulta 62% inferior a la calculada por el INIA de España (59%), inferior la de AHDB para el Reino Unido y 27% por debajo de la calculada para Australia” por lo que es importante trabajar en un nicho de mercado que está insatisfecho con estos nuevos requerimientos culturales y alimenticios. En cuanto a la cantidad de gases invernadero que emite la ganadería, está fuertemente apoyada la tecnología que busca la sustitución de la carne, hoy vista en varios productos plant based. Hay una nueva tecnología de alimentos que es capaz de simular la proteína de los alimentos cárnicos, pero solo con plantas, y a esto es lo que apunta una tendencia que ganó terreno y popularidad en los últimos años.
Es utópico pensar que en un país como Argentina, conocido mundialmente por su carne y su ganadería, se pueda desarrollar productos que suplementen la carne. Pero, a su vez, también es cierto que en los últimos años ha crecido la cantidad de habitantes que eligen cambiar su estilo de vida a uno vegetariano o vegano, en especial las generaciones jóvenes.
Potencial para la producción orgánica
Desde el mismo punto de vista, en el Centro de Desarrollo Sustentable GEO, Marcelo Corti, Director Ejecutivo, refiere a que “Argentina tiene un potencial gigantesco en cuanto a la producción de alimentos orgánicos, de hecho, ocupa el segundo lugar en el mundo en la producción de este tipo de alimentos, detrás de Australia".
Según Corti, "Además, es claro que el acceso a una mejor información siempre nos permite tomar mejores decisiones. Disponer de información respecto de los componentes que tiene un alimento, que en muchos casos son engañosos, ayuda a los consumidores a elegir qué alimentos son mejores para cada uno".
"El camino que tiene Argentina en relación a esta nueva tendencia de mercado, es ir hacia un lugar que respete el bienestar animal, entendiendo que somos uno de los mayores productores de alimentos del mundo, por lo que una buena opción será la de explotar este potencial de alimentación orgánica sin conservantes y sin agroquímicos”, sostiene el Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo Sustentable GEO.
El mercado alimenticio, y en especial, el mercado argentino, tendrá un nuevo reto: el de satisfacer al nuevo mercado de ciudadanos que busca consumir menos alimentos que tengan que ver con el sufrimiento animal y que cuente con alternativas más transparentes y saludables.
Fuente:
LM