Ronda de reuniones empresarias por precios y nivel de producción

Los datos sobre nivel de actividad que manejan los sectores productivos parecen ratificar una señal que el INDEC ya había detectado en julio. La producción se lentificó en agosto y hay mucha expectativa por lo que pasará este mes porque, como ocurre con la inflación, según salgan las cuentas a esta altura del año la suerte de todo el 2022 estará echada.

El martes próximo el Indec difundirá el nivel de actividad  y la desocupación del segundo trimestre; es decir hasta julio  y se prevé una suba que el gabinete económico que timonea ahora Sergio Massa no quiere que se desinfle.

Los datos del sector privado muestran alerta amarilla, en especial en la industria, locomotora del PBI,  y la construcción  tractor del empleo directo. Para cumplir con  las metas del Presupuesto 2023, recientemente nacido, estas proyecciones son troncales. El proyecto enviado el jueves pasado al Congreso estima que la actividad económica cerrará el 2022 con un crecimiento del 4%, y del 2% para el año próximo.

Con esta preocupación en el horizonte el gabinete económico prepara un rally de encuentros con empresarios de diferentes ámbitos para tener, mano a mano, el termómetro de lo que vendrá.

Se sabe que la máxima económica reza que si un bien escasea su precio aumenta en las góndolas. Y, como es de público conocimiento, la desbocada inflación no da tregua para más tensiones hacia el alza. Perder la velocidad en la marcha  productiva pondría en riesgo también el nivel de empleo, donde tampoco hay margen para malas noticias porque el Gobierno logra mantenerlo en 7%, al menos en las estadísticas oficiales.

De hecho, ya la semana pasada, el Gobierno y algunas cámaras empresariales comenzaron a analizar detalles de la cadena de producción para tratar de atenuar el golpe en el costo de vida.

Días atrás, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, remarcó que se reuniría con los equipos técnicos de las cámaras “para trazar una hoja de ruta clara con pasos certeros, de aquí a fin de año y seguir construyendo un proceso de diálogo y trabajo articulado con el sector”.

En tanto, el presidente de CGERA, Marcelo Fernández, sostuvo: “Tuvimos una reunión muy productiva con el secretario Tombolini, que escuchó las propuestas y las problemáticas de los sectores industriales y comerciales de nuestra entidad”.

Luego de ese encuentro, se empezaron a cursar invitaciones a la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y otras asociaciones del sector industrial.

Desde ya en el sector privado anticiparon que sed sentarán a hablar de inflación pero también de las dificultades para acceder a los dólares y las demoras en las importaciones que, según los funcionarios “se aflojaron un poco” durante el mes en curso. El 70% de las  compañías creen que los negocios empeorarán de acuerdo con el último sondeo de IDEA.

Hubo dos visitas clave en el Palacio de Hacienda

Gonzalo Martínez

La inflación es uno de los principales problemas que arrastra Argentina desde hace décadas y el Gobierno deberá redoblar esfuerzos para apaciguar esta dinámica inflacionaria que se encuentra en máximos desde hace varios años, y se encuentra en la puerta de entrada de los tres dígitos de manera anual.

El equipo económico se encuentra a todo o nada para evitar el 100% del IPC en el 2022 y el cimbronazo que le pueda causar al oficialismo cargar con ese número entrando en pleno año electoral presidencial.

Debido a eso monitorean minuciosamente lo cálculos y por eso en el Palacio de Hacienda hubo dos visitas claves el viernes.

Por eso Sergio Chodos, el nexo de Argentina con el Fondo, estuvo en las oficinas del quinto piso del Palacio de Hacienda minutos antes que el ministro de Economía, Sergio Massa, anunciara oficialmente el envío del presupuesto al Congreso que vaticina una inflación del 60% para el 2023, una desaceleración de 35 puntos si tomamos la proyección del REM que estipula 95% para este año.

También por la preocupación de acumular dólares Massa se juntó con el titular del Banco Central, Miguel Pesce. El titular de la entidad monetaria es quien tiene la tarea de robustecer las arcas del Central, de cara a la próxima revisión con el FMI para la meta de reservas internacionales netas.

Para la consultora Ecolatina “la vulnerabilidad que expone la dinámica inflacionaria exigirá como condición necesaria, un sendero de reconstrucción de la confianza y expectativas de inflación hacia la baja”.  “La rapidez con que se pueda revertir el desanclaje de expectativas será determinante para evitar escalar posiciones”, remarcó.