En 2022, el mercado de valores registró su peor semestre en 30 años. El S&P500, el punto de referencia clave para las acciones de Estados Unidos, cayó un 24%, mientras que el Nasdaq, que engloba a las principales tecnológicas, hizo propio y perdió un 33% de su valor.
No obstante, destaca Forbes, la caída de los precios tuvo poco que ver con las finanzas de la compañía. Por ejemplo: cuando el S&P500 se hundió en los primeros tres meses del 2020, sus ganancias crecieron un 4,4% en comparación con el año anterior. El resultado negativo estuvo ligado a un fenómeno del mercado llamado “compresión múltiple”.
En ese contexto, el JP Morgan calcula que la primera mitad de 2020 vio la compresión más salvaje de los últimos 30 años, superando el desplome de las puntocom y las secuelas de la caída del sistema inmobiliario en Estados Unidos de 2008.
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“El S&P 500 ha experimentado su segunda reducción de calificación P/E más pronunciada de los últimos 30 años, superando la compresión típica observada durante las recesiones anteriores. Si bien el múltiplo de acciones actual está en línea con la mediana histórica, creemos que es mejor que el valor justo”, escribió JPMorgan en una comunicación interna citada por Forbes.
Entonces, si no son las ganancias, ¿qué llevó a los inversores a dudar sobre cuánto quieren pagar por las acciones?
El panorama
Dos ejes: 1) La guerra de la Reserva Federal contra la inflación y 2) el conflicto en Ucrania.
Desde principios de 2022, la Fed ha aumentado las tasas de interés agresivamente para intentar controlar los precios al consumidor que, están cerca de los dos dígitos. A una política monetaria más dura no le va bien con los activos de riesgo porque las tasas más altas automáticamente aumentan el costo de los préstamos y recortan las valoraciones.
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Mientras que la guerra en el este de Europa está generando un tapón en las cadenas globales de suministros de energía y alimentos, al tiempo que impulsa la misma inflación que los bancos centrales intentan sofocar aumentando las tasas de interés.
Las proyecciones a futuro
No todo son pésimas noticias, hay una buena, y es que es posible que ya haya quedado atrás el pesimismo que se refleja en las valoraciones abatidas. En el último encuentro del FOMC, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, emitió un trasfondo moderado, lo que hace pensar en una desaceleración de las alzas en los tipos. Mientras tanto, la inflación muestra signos de alcanzar un techo, lo que podría generar lo que el JP Morgan llama “un restablecimiento de las expectativas de los inversores”.
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“Ya sea que se trate de ganancias o de la Reserva Federal, vemos un restablecimiento de las expectativas de los inversores: la reunión más moderada de la Reserva Federal de la semana pasada, en la que se elevó la tasa base casi a neutral, junto con expectativas de inflación más suaves y rendimientos de bonos decrecientes, indican que es probable que el pico de línea dura esté detrás. Los mercados de riesgo están subiendo a pesar de algunas publicaciones de datos decepcionantes, lo que indica que las malas noticias ya se anticiparon o se descontaron”, escribieron los analistas de JPMorgan en una comunicación interna citada por Forbes.
A esto se suma la encuesta interna de JPMorgan la cual sostiene que el 58% de sus clientes institucionales planean aumentar la exposición a acciones.
Este jueves, en el mercado europeo y tras cerrar el miércoles con una suba del 1.56%, los futuros del S&P 500 están subiendo 0.16%, mientras que el Nasdaq lo hace 0.28% y el Dow Jones 0.10%. El avance está siendo modesto. En Europa, las subas son en torno al 0.75%, acoplándose a las alzas estadounidenses del día previo.
SE / LR