La jornada electoral amaneció con ciertas particularidades. Los candidatos decidieron comenzar de forma distendida, algunos desayunando, otros en familia. El único que no tuvo tanta suerte fue Horacio Rodríguez Larreta, que fue agredido por un cuadro.
Cambiemos decidió juntarse a desayunar. El domingo por la mañana, la gobernadora María Eugenia Vidal encabezó la mesa en el bar La Recoleta de la localidad de Haedo, acompañada por los candidatos provinciales. Rodeada por Esteban Bullrich, Gladys González y Graciela Ocaña, la mandataria realizó declaraciones a la prensa y aseguró que “mi compromiso con la gestión no lo cambia ningún resultado electoral".
El oficialismo también tuvo su tradicional desayuno en el Café Tortoni, desde donde Marcos Peña dijo que “no hay excusas para no ir a votar". Entre los asistentes estaba el Jefe de Gabinete porteño, que no tuvo la misma suerte que el resto de su partido. Nunca se imaginó que la tranquilidad de la actividad se vería interrumpida por la caída de un cuadro que le golpeó la nariz.
El candidato de Evolución Ciudadana no quiso ser menos y se sumó a las medialunas y el café con leche. La cita fue en un bar de Palermo, donde Lousteau se reunió con los candidatos de su lista para, luego, dirigirse a votar. Allí declaró que “están tranquilos” y que “ahora nos toca escuchar”.
La expresidenta, que no viajó a Río Gallegos y, por lo tanto, no sufragará, eligió pasar su mañana en compañía de su nieto. Cristina bromeó en redes sociales: “estoy en casa con Néstor Iván analizando el impacto de campaña en las redes…”. Al instante llegó la aclaración: “Naaa!! Es un chiste, estamos mirando dibujitos. Buena jornada democrática para todxs”, explicó la exmandataria.
El Presidente, por su parte, decidió llevar un pequeño presente a la escuela donde le tocó emitir su voto. Así, compró personalmente las facturas para convidar a las autoridades de su mesa electoral y a los periodistas asignados a la cobertura. Además, mientras esperaba el turno para ingresar al cuarto oscuro, recibió el saludo de una niña, Olivia, que le regaló un dibujo.
La jornada aun no finaliza, por lo que puede aventurarse que esto recién comienza.