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- Giustozzi: intendente del sur se casó en Zona Norte. - Carrió espera estrenar libro en la próxima Feria.

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A los 64 años, Julio De vido debutó como bisabuelo. La vida privada es algo que los integrantes del universo político intentan preservar del ojo público. Es fácilmente comprobable cuán nerviosos o dubitativos se ponen muchos de ellos cuando, por ejemplo, se les pregunta dónde pasaron sus últimas vacaciones. Tanto a ellos como a sus asesores de prensa se les eriza la piel y hasta el cuerpo se les mueve para acentuar así lo ambiguas, vagas o negativas que pueden ser sus respuestas... y sus excusas si el destino es allende las fronteras. Esta actitud, incluso cuando de hechos felices se trata, es una característica común a todos, o casi buena parte de ellos. Basta recordar el celo con el que Elisa Carrió protegió, con razón, el festejo en el Chaco del cumpleaños de 15 de su hija, o cómo hacen lo propio Máximo Kirchner y su pareja con el nieto presidencial para que no trascienda imagen alguna del pequeño Néstor Iván. Sin embargo, ha sido la mandataria quien en las últimas dos semanas ha hecho públicas dos noticias del ámbito personal de integrantes de su gobierno: primero dio a conocer –nada menos que en el discurso inaugural de sesiones– que Wado de Pedro se casaría (N. de R.: será el próximo 29 de marzo en Mercedes), y días después, en una reunión con empresarios, Cristina Kirchner comentó que Julio De Vido se había convertido en bisabuelo. Luego de regresar de Córdoba, donde se presentó junto a su banda, Pista 2, en el festival Cosquín Rock 2014, Facundo “Pollo” De Vido, el hijo mayor del ministro de Planificación, se convirtió en abuelo; una de sus hijas  dio a luz a dos mellizas. El joven las visitó en la clínica donde nacieron y paseó allí su estampa rockera. No abandonó el gorro tipo cowboy que suele lucir, y se mostró orgulloso de ser un abuelo tan joven. Según la Presidenta, igual ánimo tiene el funcionario ante la llegada de sus primeras bisnietas.

Plato frío, frío. Ahora que Amado Boudou sigue alimentando la interna con actitudes como la de mostrarse indiferente y jugar al Sudoku mientras Jorge Capitanich exponía en el Senado, tampoco parecen guardar las formas otros funcionarios en relación con el vicepresidente. Por caso, llamó la atención ver entresemana al titular de la Anses –sucesor de Boudou en el cargo–, Diego Bossio, compartir cena bajo la luz de las estrellas en el Palacio Duhau Park Hyatt con una víctima de la operación del Gobierno por evitar el procesamiento judicial de Boudou en la causa Ciccone. El contertulio era el ex Procurador General y jefe de los fiscales, Esteban Righi, obligado a renunciar del cargo por no controlar la investigación acusatoria. El restaurante es el mismo donde Boudou acostumbra tener comidas privadas. Y en este caso Bossio y Righi estaban degustando un plato frío... como la venganza.

Bergoglismo. Nace un gentilicio en la política. Quedó claro en los muchos encuentros y recepciones motivados por el primer aniversario de Bergoglio como papa. En la Nunciatura, en el Centro Cultural Recoleta y en una conferencia en la UCA, dirigentes locales destacaron su accionar y dejaron caer un neologismo que llegó para quedarse: “bergoglistas”.

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Reencuentro. Importante concurrencia tuvo la apertura de la temporada 2014 de la mesa de los martes del Peronismo Federal, en el Circolo Italiano. Entre quienes se entregaron a las palabras de Roberto Lavagna estuvieron Daniel Basile, Jorge Pirra, Mariano Causino, Diego Guelar, Francisco de Santibañes, Jorge Hugo Herrera Vegas, Archibaldo Lanús, Rodolfo Barra y Tula, resabio de la murga menemista. Lavagna dijo que el Gobierno tiene que terminar su mandato y citando a Balbín agregó: “Tiene que llegar con muletas” a 2015 (sic).  Además dio unas cifras para argumentar por qué “hemos fracasado todos como sociedad en su conjunto”.

La boda. El intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi –viudo–, eligió casarse el viernes en Zona Norte: ceremonia y festejo fueron
en el Sofitel Cardales.

Con libros en camino. Los referentes porteños de Unen no sólo se interesan en la agenda política sino también en la literaria. El diputado del Partido Socialista Roy Cortina, por ejemplo, está pendiente del cronograma de la próxima Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, pues tiene pensado presentar allí un título de su autoría que acaba de terminar, sobre empleo juvenil. Otra que tiene casi cerrada una presentación previa es Elisa Carrió, quien ya envió a imprenta su nueva obra de la saga sobre el contrato moral –que en este caso se llama “Humanismo y Libertad”–, que es una reflexión sobre la condición humana. El objetivo incofensable de ambos, probablemente, sea seguir los pasos del único dirigente del espacio que puede presumir de ser best seller, Martín Lousteau.

Web al descubierto.
El avance de las nuevas tecnologías impacta incluso en lo más formal de la política vernácula. La Secretaría Legal y Técnica tuvo que agregar hace pocos días una cuarta sección a las tres que históricamente conforman el Boletín Oficial. Y este nuevo apartado está dedicado a los dominios en internet. Lo curioso de esto es que día a día puede conocerse fácilmente quién ha abierto o planea abrir un sitio online con denominación argentina. Puede saberse, por ejemplo, que la ex diputada Cynthia Hotton acaba de registrar una web con su nombre, o que un grupo de militantes del massismo decidieron desembarcar en la web con el dominio www.jovenesmassa.com.ar, dominio desde el que buscarán dar batalla virtual a La Cámpora.