Toda novela tiene un villano, y en la millonaria telenovela turca Las mil y una noches el descarriado de la familia, el que “siempre ha sido fuente de decepciones”, dice el ortodoxo progenitor Don Burghan por su hijo en la ficción Ali Kemal, que interpreta Ergun Demir (45), la actual estrella de “Bailando por un sueño”. La ficción promedió 23,3 puntos de rating el pasado martes 28 de julio, y ha ganado siempre su horario desde su estreno el 5 enero. Junto con ShowMatch lograron en el prime time de julio una ventaja de cuatro puntos respecto de Telefe, mes en el que El Trece fue líder por 0,5 décimas. Los capítulos van sólo de media hora, para mantenerla viva hasta la primera semana de septiembre, en que terminará. Y todo hace prever que la audiencia continuará en ascenso con los dramáticos acontecimientos que se verán en los capítulos restantes.
El personaje que encarna Ergun no tendrá un final feliz. “Ali Kemal es un pobre tipo, perdido. Hay millones de personas como él caminando por la calle”, dijo el actor y aunque ha reconocido sentirse desilusionado por cómo termina su personaje, el intérprete turco-francés no se puede quejar: sin ser uno de los cuatro protagonistas principales de la serie, le valió para ganarse fama internacional, venir a la Argentina a trabajar con Marcelo Tinelli y conocer a Diego Maradona. A partir de mañana, el torturado Kemal se meterá en negociaciones con intermediarios de empresarios de China y de Corea, lo que lo llevará a perder una fortuna. Además, le pedirá casamiento a su ex mujer, Fusún, legalizando su unión por segunda vez.
Ambicioso y de muy pocas luces, se arriesga a enviar mercadería de pieles y cueros, pero los chinos le pagan sólo una parte y la desesperación lo lleva a meterse en el juego, incentivado por Gani.
Como siempre, al principio gana y le regala una camioneta a su esposa, pero con el tiempo sus deudas se incrementan hasta 350 mil dólares y el dueño del local de juego amenaza a él y a su familia para que salde su deuda. Ali Kemal decide entonces robar : primero simulando que le sustrajeron la camioneta y después, robando a la fábrica de su padre. Finalmente, Ali Kemal y Gani son descubiertos y terminan en la cárcel. Don Burghan será quien pagará los abogados para sacarlos y volverán a la casa sin plata y avergonzados. Don Burghan le anuncia a su hijo que decidió vender la fábrica. Y que todo quedará para sus cinco nietos. Su padre sólo le ofrece trabajar como un empleado común en los locales de Tashan. Así, mudado con su mujer e hijos a un departamento común, el fracasado Ali Kemal se ve condenado a la “pobreza” de vivir con un sueldo de trabajador, administrado por su esposa. Un final sin redención para un pobre personaje de “niño-rico”.