La apuesta de fantasía heroica de la cadena HBO, basada en la saga de novelas Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, es la serie televisiva más taquillera. El 31 de marzo, Game of Thrones estrenará en simultáneo con Estados Unidos su tercera temporada. Además, para tranquilidad de todos lo fanáticos, regresa el ganador del Globo de Oro y el Emmy, Peter Dinklage, en su papel de Tyrion Lannister.
El primer capítulo de esta nueva entrega retomará al personaje de Jon Snow entre los salvajes que lo capturaron. Un nuevo personaje, Mance Rayder (Ciarán Hinds), será quien reúna a un ejército de bárbaros jamás visto en la historia con el que buscará atravesar el muro. Mientras tanto, los Lannister continúan detentando el poder en el continente de Poniente, pero cada vez más amenazados.
Así se configura la acción para la serie que ven alrededor de 9 millones de espectadores en unos 170 países.
El estreno en simultáneo en el mundo entero de esta tercera entrega busca, en parte, reducir la expansión de la piratería. La serie batió el récord: fue la más robada en internet el año pasado con un promedio de 4 millones de descargas ilegales por episodio. No obstante, días atrás, David Petrarca –el director de la saga– minimizó el impacto de la piratería e incluso aseguró que resultó beneficiosa para el esparcimiento de la serie a través de las redes sociales.
El nuevo ciclo llevará a la pantalla en su mayor parte la adaptación de Tormenta de espadas, el tercer libro de la colección de Martin –que en nuestro país lo editó Random House Mondadori– y también la más larga de las novelas. Tal vez por eso, ahora los capítulos serán más largos (llegarán a los 60 minutos de duración neta), pero mantendrán la cantidad de episodios de los años anteriores: diez. La obra literaria se ha convertido en un best seller heredero de la fama y el estilo de El Señor de los anillos. Hoy encabeza los ranking de venta de literatura fantástica en Estados Unidos, Brasil, España y Portugal, y ha cosechado más de 15 millones de lectores en el mundo entero.
A mediados del año pasado, cuando HBO anunció en el Comic Con de San Diego la continuidad de la serie en 2013, su presidente del área de programación, Michael Lombardo, declaró que “David Benioff y Dan B. Weiss (los creadores y guionistas que realizan la adaptación) han elevado nuestras expectativas para la segunda temporada y las superaron, por lo que estamos realmente ansiosos por ver qué nos tienen preparado para la próxima”. Game… es uno de los buques insignia de facturación de la señal en los 176 países en los que se ve. Aunque la política de HBO es confirmar año tras año la renovación de sus series a través de nuevas temporadas, el copresidente del canal, Richard Plepler, se aventuró a decir en 2012 que su intención es mantener el producto mientras George R. R. Martin continúe escribiendo libros.
Costo. En las dos primeras temporadas, HBO desembolsó más de US$ 150 millones para la realización de la serie. El piloto tuvo un costo de US$ 10 millones, y el promedio por episodio emitido al aire es de US$ 6 millones. Pero no todos los capítulos demandan la misma cantidad de dinero: cuando el despliegue aumenta conforme la historia lo amerita, las arcas empiezan a flaquear. Por ejemplo, en el penúltimo envío de 2012, donde hubo que narrar la batalla de Blackwater con una magnánima puesta, Benioff y Weiss tuvieron que pedir más dinero a la cadena y argumentar por qué era importante gastarlo en ese capítulo. Y se llevó alrededor de US$ 18 millones. Aunque la señal no dio detalles sobre los costos de esta nueva temporada, se sabe que abundarán las secuencias y los capítulos de batallas y multitudes en escena, por lo que es muy probable que la cifra promedio de costo haya aumentado considerablemente.
Escenarios. Dado que en las dos temporadas anteriores quedó presentado al espectador prácticamente todo el continente de Poniente, incluido el Mar Estrecho que durante varios episodios dividió a los ejércitos, las locaciones para esta tercera entrega se mantendrán en el mismo circuito que ya exploraron y utilizaron antes: diferentes regiones de Irlanda (fundamentalmente al norte del país), la isla de Malta, algunos lugares en Croacia y también locaciones en Islandia, pequeño país que desde hace aproximadamente una década sirve a las grandes compañías de Hollywood como proveedor de escenarios. Teniendo en cuenta su reducida población (no llegan al medio millón de habitantes), es probable que esta inserción en la industria signifique un buen porcentaje en su PBI. El hecho de que los realizadores hayan decidido filmar en estos lugares también es uno de los motivos por los que el costo de la serie no es nada económico, aunque es notable el rendimiento visual y las comodidades de un set natural para realizar las puestas en escena. De manera que la historia de este juego de batallas por el poder del reino continuará.