ESPECTACULOS
En el teatro Gran Rex

La islandesa Björk hipnotizó con su excelso universo

Con el eje puesto en su último álbum “Volta”, la excéntrica artista ofreció el primero de los dos recitales que brindará en el país. Con una ampulosa puesta de impronta teatral ratificó que su propuesta trasciende a todo.

El reportero agredio acudió a la policía, pero luego no quiso presentar denuncia.
| Cedoc

La artista islandesa Björk, figura esencial para otorgarle posibilidad de futuro al rock, brilló anoche en el teatro Gran Rex donde ofreció el primero de dos recitales (el segundo será el miércoles) con una excelente performance en la que volvió a mostrar su universo propio.

A nueve años de su único y deslumbrante paso por la Argentina, donde sobre un colchón de cuerdas brilló en el estadio Luna Park, la pequeña dama se movió con soltura dentro de una puesta ampulosa dominada por los colores verde, amarillo y rojo.

Haciendo eje en su más reciente álbum "Volta", Björk ratificó que es una artista que pelea desde su voz contra las leyes del tiempo y a partir de una propuesta que trasciende lo que impone el mercado musical.

Vestida de dorado y plateado y portando una vincha verde, la cantante se presentó junto a un conjunto de vientos integrado por una decena de músicos rubios que se integraron a la puesta.

Junto a ellos, Björk combinó los metales con arreglos provenientes de la música clásica que se encontraron con programaciones, el teclado y la batería, sumado a los coros celestiales.

La misma sección de vientos sirvió para que la islandesa, de 42 años, se desenvolviera con soltura atravesando las bellas melodías que salieron de una voz aniñada que imanta.

En el show -de más de una hora y presenciado por figuras como Ricardo Darín, Boy Olmi, Carlos Santamaría y Maitena- la cantante se mostró seria y concentrada y solicitó que el público no apunte sus cámaras digitales para no afectar la puesta.

Capaz de transitar ese mundo estético a partir de movimientos corporales plagados de musicalidad hasta en sus gestos más robóticos, la hacedora de los álbumes "Debut" (1993), "Post" (1995), "Homogenic" (1997), "Vespertine" (2001), "Medulla" (2004) y "Volta" (2007), encabezóun show con impronta teatral.

La protagonista del filme "Bailarina en la oscuridad", de Lars Von Trier, desplegó un espectáculo en el que el juego y la libertad fueron protagonistas.

Banderines con sapos, cocodrilos y peces acompañaron una puesta que se enlazó con una propuesta musical que la artista lleva hasta los límites del riesgo, siempre volviendo a ejercer lo que podría ser la música del futuro.