ESPECTACULOS
Entrevista

Sofi Morandi: “Podés hacer comedia con cualquier cosa”

La actriz es parte del suceso de Escape Room, la adaptación del éxito español que ahora se celebra en la calle Corrientes. Protagoniza junto a Benja Rojas, Brenda Gandini, y Gonzalo Suárez. Reflexiona sobre los límites del hacer reír, del cansancio y su gran 2023, que la vio en la radio, en un musical, rodando para Netflix y mucho más.

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Estilo. La nueva puesta que hace la aleja del universo del canto y el baile, y la acerca a una comedia negra, feroz y vital. | GZA. GABRIEL MACHADO

Sofi Morandi ha logrado, por suerte, convertirse en un nombre crucial a la hora de entender todo lo que puede hacer la comedia popular en nuestro país. Por supuesto, no es solo una comediante: es una cantante, una bailarina, y alguien que sabe actuar y decodificar cada rincón donde pisa. Así ha ido creciendo en el universo de Disney, en clásicos ya de culto como Porno y helado, la maravilla de Prime Video que pide a gritos volver, en el teatro, en el Bailando: no importa el rincón, Sofi imprime ahí su particular sensibilidad, sus ganas de alterar el mundo haciendo mejor lo que ella quiere hacer. Ahora, ya sin canto o baile, se une a Benja Rojas, Brenda Gandini y Gonzalo Suárez para contar Escape Room, una comedia de encierro, contada en tiempo real, que cruza y hace chocar diferentes modelos de pensamientos, diferentes caretas que en la urgencia se caen. Ya saben, la civilización del discurso dicho, pero no sostenido por el cuerpo (eso que hacen desde los políticos hasta cualquier de nosotros en las redes –con diferentes responsabilidades institucionales, claro–). ¿Cómo comenzó el camino hacía Escape Room? Morandi: “En lo personal, arrancó con una llamada de Benja Rojas, diciendo que había pensado en mí para el personaje. Yo lo admiro mucho, y nunca había laburado con él. Estoy en un momento de mi vida que priorizo los vínculos a la hora de trabajar. Nos juntamos, leímos el libro, y sabíamos que le había ido muy bien en Madrid. Siempre lo que es comedia yo adentro, y yo venía de hacer comedia musical y esto era de texto. Algo que no fuera bailar y cantar me copaba, que fuera un desafío nuevo. Me gustó el personaje y acá estamos”. 

Morandi viene de un año donde ha hecho “Heathers” en el teatro, radio en OLGA (ya se deben haber cruzado con sus momentos virales), grabó para Netflix y estrenó su papel en diferentes series. Sin freno. Ella insiste que en ese esquema, esta obra suceso que tiene lugar en Buenos Aires es diferente: “Creo que es distinta, porque ya de por sí la escenografía es bastante particular, ya que se trata de una cosa contada en tiempo real: dos parejas se meten en un escape room, tienen 60 minutos para salir. Y lo gracioso es que se empiezan a ver secretos de cada uno y la idea es ver hasta cuando se toleran. Ese es el tema principal. Sobre todo ahora que hay temas de política, religión, sexualidad que tensan cualquier situación, que no podes tocar en la mesa familiar, y acá todo surge en una sala de escape donde pasan cosas muy bizarras”.

—¿Cómo vivís que quizás hay determinadas cosas que no pueden hablarse del todo por la sensibilidad que existe en torno a ellas? 

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—Yo creo que a veces pasa que se dice que se puede hacer chistes, pero que depende de quien viene y con que intención, con que contexto. Algunas personas piensan que ya no se puede hacer comedia con nada, tenes que cuidarte. Yo creo que podes hacer comedia con cualquier cosa. Cuando estas redes, por ejemplo, es mejor cuidarse, porque el contexto no te cuida. Si estas en el teatro, o una ficción, y vas desde el respeto y dentro de un contexto donde pesa más que el remate lo que dice ese chiste del personaje que lo enuncia, esa es la clave. El hecho de, obviamente, discriminar o agredir desde el contenido es lo que genera problemas. Esta bueno pensar en esta obra, en la escenografía, en todo lo que hay en juego, que puede ir desde la tía facha hasta la feminista, hasta el más machista o progresista: acá todo eso vive junto, apretado, en una sala de escape, mientras resuelven pistas. Eso te permite jugar con esos contenidos desde otro lugar, de la comedia del personaje y no usar la agresión como punto de la comedia. Así nunca funciona. En la obra se van hasta a asustar te diría, “asustar”, obviamente. Se van a incomodar. 

—¿Qué hace la comedia por vos?

—Para mí, yo siempre jodo con mis amigas de que cada día estoy más loca. No sé cómo será en unos años. Estoy por cumplir 27 y me considero, que, bueno, roto es muy fuerte decir, pero que todos lo estamos. Mejor decir que estamos todos siendo medio un desastre y todos hacemos lo que podemos. Algunos privilegiados hacemos lo que queremos. Pero la mayoría hacemos lo que podemos. Entonces, una vez que entendes eso es “OK, vamos a reírnos de esto”. Cada uno desde su lugar. Hay gente con más privilegios que otros, y hay que tener el respeto que eso conlleva. Sin dudas. Hay que tener conciencia social, que a mi me gusta tener y mostrar. Pero sí entendes tus defectos, y te reís de vos misma, creo que te salva. 

—¿Cómo lidiás con ese universo de redes que mencionabas, que te lleva a lugares donde queres que te asocien?

—En otro momento, más de adolescente, pasé por ese momento de decir que me chupaba un huevo. Miedo que bardeen, aunque no te importe nada. Pero te importa, y sobre todo hoy, que para mí es una herramienta de laburo. Recibís muchos comentarios y cosas de gente que sigue y gente que no. Estás expuesta a eso todo el tiempo.  Mentiría si digo que no me importa. Antes confrontaba más, y ahora intento cuidarme, ser menos tiro al aire. Pero sé que si hay algo importante para mí, y lo puedo decir, lo voy a decir.

—¿Qué es importante para vos?

—Yo creo que entender que cada uno hace lo que puede, y hay gente que no le tocó la misma suerte que a uno, entender que si algo no te tocó en la vida sí quizás le tocó a otro. Que hay que saber ponerse en los zapatos de otro. Ser empático es importante y es algo a demostrar. 

—¿Cómo te manejás con un año como el pasado, donde hiciste radio, musical, serie y mucho?

—Yo me aferro mucho a mis amigos y terapia. Este año, el 2023, fue de mucho trabajo, y muy intenso. Tuve que trabajar mucho el cuerpo, con la cabeza y lograr que estén alineados. Y terminé agotada. Hice mucho, fue el primero después de la pandemia muy activo. Muy intenso. A mí no me gusta si estoy mal un día, o la cabeza me juega en contra, fingir demencia. Intento hablar con una amiga, de prestarle atención a cosas. Obligarme a organizar mis cosas. No dejar que las cosas exploten. No estoy tan acostumbrada a la radio, y la radio me dio una rutina, pero también eran tres horas, donde había que hacer reír, acompañar. A veces uno no está arriba, y aprendí a ser sincera, a decir cuando no estás tan arriba, avisar, contar, y pedir ayuda. Saber decir que si me ven muy en Narnia, que me ayuden a conectar. Lo mismo si tengo función. Ahora aprendí que si uno no puede, abrirse y confiar en lo que siempre hay detrás: un equipo. Me hablas de lo que hice, y yo pienso en los alertas que fueron apareciendo. Y como hablando con otros logre no ignorarlos sino abrirme y contarlos. Y creo que eso un montón. 

—¿Cuál es tu ballena blanca en estos momentos?

—Estoy con ganas de hacer algo en teatro, algo mío, personal. Es un desafío que tengo hace bastante y no se me dio. Y dejar de lado la comedia, pero hacer algo más cercano al drama. Me gustan muchas cosas: la comedia musical, el cine, la radio, y me gusta esa idea. No sé si escribir un musical mío, es mucho. Quizás dirigir algo en teatro. Tengo algo en mente. En Porno y helado, Martín Piroyanski me decía “¿Y vos para cuando?”. Estaba asustada en Porno y helado porque yo venía del teatro y nunca había hecho algo así. Y encontré una comunidad, encontré algo hermoso. La ficción es lo mismo en ese sentido: una vez que sale, es de quien lo ve. Pero los procesos son maravillosos. No me cierro a nada.