El arte de contar fue clave en mi infancia, y para mí como niña”, dice Katheryn Winnick, la actriz de Vikingos que desde 2013 y hace cinco temporadas es Lagertha, uno de los personajes que renovaron para siempre el panorama de las series de forma radical (aunque, como ella misma sostiene, solapada en Hollywood a la hora de las premiaciones). Emprendedora, aventurera, de educación ucraniana en Toronto, empresaria y directora (un episodio de su serie y más en su haber), Winnick afirma desde el otro lado del teléfono: “Yo siento que quiero más: más tiempo en pantalla, más historias, y claro que es así”. Habla, claro, de Vikingos, pero también de la igualdad, de la posibilidad de relatos que entiendan el mundo y sus vitales cambios a la hora del género. Winnick cree en su personaje y su eco en el mundo moderno, y los espacios que las mujeres deben ocupar, pero también, como deja en claro, entiende que “Hollywood, en general, tiene dos caras” y agrega para despejar las dudas que “Hollywood no siempre busca necesariamente borrar los límites en un show”.
—¿Dónde nace tu amor por la narración y todo lo que ella puede lograr?
—Crecí en un hogar de cultura ucraniana, ya que mis padres eran ucranianos y además vivíamos en un barrio ucraniano en Toronto, Canadá. Parte de esa tradición es que los padres, cuando acuestan a sus hijos a dormir, les cuenten una historia, o les canten una canción que posee un relato. Recuerdo a mi tía acostándome cuando venía de visita y cómo solía cantarme canciones o contarme viejos relatos de su infancia dueños de una moraleja y con una lección en ellos. Ese fue mi primer acercamiento al arte de contar. Adoraba sumergirme en la imaginación que el contar proponía y amaba imaginarme siendo transportada a diferentes momentos y lugares. Me parecía algo brillante ya que me permitía irme a dormir y despertarme después de sueños muy imaginativos, o al menos eso creo recordar. Eso fue clave en lo que vendría.
—En el gran esquema actual de las series, ¿qué creés que representa el éxito de “Vikingos” considerando que hay series nuevas todas las semanas?
—Vikingos esta basada en sucesos históricos. Hacer de vikingos reales que existieron ya es de por sí una diferencia. Lagertha existió. Sabemos eso. Ragnar era un explorador famoso y un rey, además de ser uno de los primeros vikingos. Entonces, tenemos una historia basada en la realidad. Eso hace que muchos de los conflictos que vemos en pantalla sean relevantes desde nuestro presente. Sean conflictos con seres amados o una mujer intentando encontrar su destino, una mujer que ha perdido un amor y que intenta redescubrir qué sigue. Esas líneas narrativas son modernas y tienen resonancia en la actualidad. No nos interesa solo la batalla.
—¿Cuál definirías como el rasgo que te ha vinculado con el show?
—Sigue siendo un desafío como actriz. Siempre tengo que llegar a lugares nuevos como actriz, hacer cosas muy distintas unas de otras, y pulir mis habilidades como actriz. Eso no suele suceder. Y menos que menos durante siete años y aun así sentirte inspirada a la mañana cuando te levantás.
—El hecho de que Michael Hirst haya escrito todos los episodios también genera una diferencia con otras series. El show parece esquivar todos los estereotipos posibles o incluso los arquetipos. ¿Lo ves así?
—Sin dudas. Está extremadamente bien escrito. Y eso lo hace importante y clave en este momento del mundo, sobre todo si consideramos lo que está sucediendo con el movimiento #Time’s Up y el #MeToo. Ahora más que nunca, las mujeres jóvenes necesitan roles femeninos fuertes. Acabo de regresar de Argentina y no podía creer cómo cada persona que me cruzaba me dejaba en claro que veía Vikingos. Me reconocían todo el tiempo en la calle. Fue hermoso y abrumador. Y creo que mucho de ese reconocimiento tiene que ver con el movimiento de empoderamiento que se viene dando. La mujeres hablando sobre la legalización del aborto y buscando una igualdad. Es algo que marca el presente y que hace que Lagertha llegue a tantos corazones, y en especial al de las argentinas.
—Si pensás en esos avances logrados en materia de igualdad de derechos, ¿creés que los relatos de Hollywood vienen demorados en ese sentido?
—Creo que Hollywood, en general, tiene dos caras. Y una de las cosas buenas de Vikingos es que se filma en Irlanda. Es una coproducción irlandesa-canadiense; y eso hace que, salvo MGM, haya poca influencia estadounidense. Siento que están un poco atrasados en darse cuenta de cuán grande es el show. Creo que los críticos del mundo lo han visto pero que no tenemos reconocimientos en la temporada de los Emmy y Golden Globe. Sé que nuestros fans y los críticos celebran el show a más no poder y es sin dudas uno de los cinco shows más grandes del mundo. Seguramente, en algún momento les dio nervios la idea de un show con vikingos que destruían pueblos y violaban. Siento que si el show no estuviera fuera, emitido originalmente en History Channel en los Estados Unidos, quizá tendríamos más atención pero también hubiéramos tenido limitaciones. Nuestro show es lo que es y no podría haberlo sido quizás en otra cadena.
Detrás de escena
—Tener un solo escritor, Michael Hirst, de The Tudors, ¿qué crea a la hora del núcleo del equipo de trabajo?
—Es bastante excepcional que todos los episodios sean escritos por la misma persona. Es algo que hoy e incluso antes sienta un precedente en el mundo de las series. Vamos, creo, 90 episodios o más, y nunca te dan esa oportunidad en Hollywood de confirmar tanto en una sola cabeza como para definir realmente a la serie. También eso ayuda a algo que ya he mencionado: siempre sostengo que el show está bien actuado pero que también representa a las mujeres de una forma poderosa. No siempre te dan todo, pero creo que el show ha dejado en claro que las mujeres pueden ser protagonistas de cualquier tipo de show y pueden ser personajes admirables.
—¿Cómo fue tu experiencia detrás de escena y que implicó dirigir un episodio?
—Adoré dirigir un episodio. Fue una de las experiencias más difíciles de mi vida. Pero también de las reconfortantes. La oportunidad de contar una historia a través de una mirada distinta y detrás de escena fue muy gratificante. Fue genial poder trabajar con mis compañeros actores y mis camaradas y poder dirigirlos sabiendo que podía hablar su mismo lenguaje y acercarlos al detrás de escena. Trabajar con el equipo, que es muy talentoso. Fue alucinante poder dirigir y estoy muy orgullosa de mi episodio.