El encuentro con Martina Stoessel se realiza en la casa de sus padres en Lomas de San Isidro. Una casa grande de dos plantas, pintada de color pastel y cuidada por tres perros que lejos están de ser feroces como un rottweiler. Su madre, Mariana, supervisa que no se pise el parquet recién pintado de la entrada principal, mientras que su hermano mayor, Francisco, mira un partido del Barcelona por la Champions League en un TV de 50 pulgadas. La protagonista se cambia y maquilla en su cuarto y solicita mudarnos al bar de la vuelta para merendar un café con leche acompañado con tostadas y queso crema. La chica fenómeno del público de 4 a 11 años dará dos funciones diarias de Violetta durante las vacaciones de invierno en el Gran Rex a las que seguirán los fines de semana en la sala tras el receso escolar y que alternará con una gira por el interior del país (Santa Fe, Rosario, Córdoba, Nequén y Mendoza) y por Chile. “Ensayo casi todos los sábados en el teatro pero cuando no estoy en el plan me dejan libre así que aprovecho a descansar y estar con mis seres queridos”, afirma “Tini” y da un anticipo de lo que verán sus fans que ya compraron veinte funciones a tres meses de levantar el telón: “Estarán todas las canciones de la primera temporada y veinticuatro de la segunda. Será un show completo con mucho color”. Luego de todo el periplo artístico que comenzó con las grabaciones de la segunda temporada de la telenovela teen, Martina afirma que tendrá dos semanas de vacaciones: “Con mi mamá estamos pensando hacer un viaje juntas al extranjero de solo mujeres”.