La idea de transformación digital encierra diversos conceptos que abarcan cambios de distintos tipos: culturales, del modelo de negocio de las empresas, orientación al cliente, soluciones “digitales” y cambios en las tecnologías que las soportan.
En el sector de banca y finanzas la transformación comenzó con la aparición de nuevos medios de pago como Paypal, Square y wallets digitales, pero se aceleró en los últimos dos años con la explosión de fintechs que dan una dimensión user-centric y social al negocio bancario, transformando así la forma en la cual las personas concretan sus transacciones monetarias, piden préstamos o hacen sus inversiones.
La diferencia radical en la performance extraordinaria (en términos comerciales) de algunas de las fintech más exitosas está dentro del ADN fundacional de estas nuevas compañías que no tienen que arrastrar el peso de grandes organizaciones diseñadas para soportar un negocio maduro, estable y adverso al riesgo.
Desde el nacimiento de las iniciativas de banca digital, pagos digitales y otras criaturas del universo fintech, las claves de su éxito están perfectamente definidas.
El negocio financiero está mutando de uno oligopólico –en donde las reglas de competencia eran manejadas por unos pocos players que controlaban la oferta de servicios– a un escenario mucho más competitivo, en el cual hay competidores extratipo en todos los negocios. Estas son las cinco dimensiones de la transformación de la banca:
1. Cultura digital y agilidad. La cultura organizacional debe cambiar para permitir a las empresas reaccionar a tiempo con foco en: time-to-market, sin dejar de lado el aseguramiento de la calidad; colaboración con foco en resultados vs. cumplimiento de planes preestablecidos; objetivos de negocios y planificación flexible; equipos ágiles y flexibles por sobre estructuras jerárquicas.
2. Modelo de negocios. Los modelos de negocios deben adaptarse. Las fintech trabajan con márgenes más agresivos y menores costos por lo que los parámetros de negocio pueden escapar a las ecuaciones tradicionales.
3. Conocimiento del usuario.Conocer al usuario es clave. Ya no es suficiente entender la segmentación socioeconómica de un grupo de clientes porque la experiencia y rentabilidad de cada consumidor puede ser refinada hasta el nivel de individuo.
La utilización de tecnologías de analytics y Big Data permite entender el comportamiento en cada punto de contacto en tiempo real
4. Experiencia de usuario. La experiencia de usuario es central a la hora de capturar las preferencias de clientes que tienen el poder de cambiar de banco con algunos pocos clicks, de forma que este punto debe ser prioritario.
5. Arquitectura digital. Tanto la experiencia de usuario (UX) y la agilidad para desplegar nuevas funcionalidades, como los costos operacionales (TCO/mantenimiento, etc.) dependen sustancialmente de la arquitectura tecnológica y de que esté preparada para responder de forma correcta ante los desafíos de un escenario en donde el valor del producto y de la marca de servicios financieros están inevitablemente ligados a la experiencia percibida por el usuario.
La industria bancaria está en la cúspide de la revolución digital en comparación con otras organizaciones. Lo bueno es que la adopción de tecnología puede dar a los bancos una ventaja competitiva para atraer nuevos clientes, reducir los costos, desarrollar nuevas propuestas y modelos de negocios y explorar el valor del consumidor al máximo.