INTERNACIONAL
ataques limitados

Estados Unidos bombardea el norte de Irak para contener al yihadismo

Obama ordenó incursiones aéreas contra el grupo terrorista ISIS. Afirmó que es para defender a personal estadounidense y a minorías religiosas.

Operativo. Aviones de combate F/A-18 despegaron ayer hacia Irak desde un portaaviones de los Estados Unidos en el Golfo Pérsico.
| AFP

afp/ap/ansa
Bagdad

Estados Unidos comenzó ayer los bombardeos aéreos “limitados” sobre Irak autorizados el jueves por el presidente Barack Obama, para contener el avance del grupo terrorista Estado Islámico de Siria y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) en el norte del país. Washington argumenta que los ataques selectivos son necesarios para proteger al personal estadounidense en territorio iraquí y para evitar una masacre de las minorías religiosas perseguidas por los yihadistas.

El vocero del Pentágono, John Kirby, confirmó que dos aviones de combate F/A-18 despegaron desde un portaaviones apostado en el Golfo Pérsico y lanzaron bombas de 226 kilos guiadas por láser contra una “pieza de artillería móvil” del ISIS en las afueras de la ciudad de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde se halla una buena parte del personal militar y diplomático estadounidense que aún no se retiró de Irak.

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Kirby especificó que la decisión fue tomada “bajo la autorización del comandante en jefe”, es decir, de Obama. El funcionario advirtió que los Estados Unidos seguirán bombardeando si los ataques de la milicia islamista amenazan sus instalaciones. De todos modos, la Casa Blanca aclaró que “un conflicto militar prolongado no está sobre la mesa”. Consciente de que la opinión pública estadounidense rechaza un nuevo conflicto en Irak, Obama tampoco planea enviar tropas terrestres.

El operativo busca dar respaldo a los peshmergas, los militares kurdos que combaten al ISIS en el norte iraquí. El viceasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, aseguró ayer que los extremistas sunnitas del ISIS obtuvieron artillería pesada en las últimas semanas, y que por esa razón Washington está proporcionando “armamento adicional” a sus aliados kurdos.

Al mismo tiempo, Obama autorizó la puesta en marcha de una misión humanitaria para socorrer a decenas de miles de iraquíes pertenecientes a minorías religiosas que son perseguidas violentamente por el yihadismo en las montañas del noroeste del país. Aviones militares estadounidenses lanzaron paquetes con agua potable y comida en zonas pobladas por miembros de la minoría yazidí, sitiada por el ISIS. Tras la intervención estadounidense, la ONU anunció ayer que prepara un corredor humanitario para evacuar a civiles en la zona más caliente del conflicto.

Las tropas de los Estados Unidos abandonaron Irak en 2011, luego de ocho años de la misión bélica iniciada en 2003 por orden de George W. Bush. Cuando se concretó el retiro de los soldados, Obama propuso dejar un contingente de 5 mil militares en el país, pero diferencias diplomáticas con el gobierno de Nuri al-Maliki lo impidieron.

Ahora, el avance del ISIS –que, en la búsqueda de instaurar un califato islámico en Irak y Siria asesina a civiles a mansalva– supone un enorme desafío para el mandatario estadounidense, que debe lograr un delicado equilibrio entre la seguridad de sus compatriotas en Irak y los costos de una intervención militar que él mismo repudió como senador.