Decenas de miles de personas marcharon ayer pacíficamente en Washington, recordando a las grandes protestas por los derechos civiles de la década de 1960. Además del clamor frente a la Casa Blanca por el asesinato de George Floyd, hubo manifestaciones en todo Estados Unidos para denunciarla desigualdad y discriminación que sufren los afroamericanos.
“Sin justicia no hay paz”, clamaban los manifestantes que se congregaron cerca de la Casa Blanca, también delante del monumento de Lincoln y ante el Capitolio, para protestar por la muerte, el 25 de mayo en Minneapolis, de Floyd, un estadounidense negro que fue asfixiado por un policía blanco.
A cinco meses de las elecciones presidenciales y en un momento en que Estados Unidos todavía lucha contra el coronavirus, la muerte de Floyd abrió el debate sobre la brutalidad policial que sufren los ciudadanos negros, mientras que la pandemia mostró que sufren tasas de mortalidad desproporcionadas.
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El gobierno de Trump montó un amplio dispositivo policial en Washington para proteger la Casa Blanca, que incluyó también helicópteros que sobrevolaban la multitud, mientras desplegó al menos 43 mil efectivos de la Guardia Nacional en varias ciudades donde también hubo marchas, como Filadelfia, Nueva York, Miami, Chicago o Los Angeles.
En Washington, la alcaldesa demócrata Muriel Bowser –que está enfrentada con el presidente Donald Trump después de que el lunes el mandatario ordenara reprimir una protesta frente a la Casa Blanca– se unió a la protesta. Bowser rebautizó el viernes este punto de la ciudad como Black Lives Matter (las vidas negras importan). Activistas pintaron ese mensaje en el pavimento con letras amarillas.
Desde el jueves se levantó una nueva valla en el perímetro de la Casa Blanca, que se suma a la de 2,5 metros que se levantó en la plaza Lafayette previamente. Los parques que rodean la sede presidencial, normalmente accesibles, están ahora cerrados al público y seguirán así al menos hasta la semana próxima.Bowser afirmó que es “triste” que “la Casa y sus habitantes tengan que ser protegidos con muros. Nos gustaría que la Casa Blanca estuviera abierta para que la gente pudiera acceder”, agregó.
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Muchos vecinos han mostrado su malestar por el envío de fuerzas militares federales a la zona de la Casa Blanca con helicópteros, soldados armados y vehículos blindados en las calles. El distrito de Columbia es un territorio, no un estado, por lo que no tiene competencia para impedir el uso de fuerzas federales.
En contraste con las últimas movilizaciones multitudinarias en Washington, como la Marcha de las Mujeres o la Marcha por Nuestras Vidas por el control de armas, en esta ocasión no había un único grupo convocante ni hay un estrado con una lista de oradores. Fue una protesta fluida que recorrió la ciudad entre la Casa Blanca, el Monumento a Lincoln y el Capitolio.