El presidente Donald Trump anunció hoy el retiro de Estados Unidos del Tratado de Cielos Abiertos suscrito con Rusia y otros 32 países en 2002, tras acusar a Moscú de incumplir los términos.
"Rusia no adhirió al tratado", dijo a periodistas. "Entonces, hasta que adhieran, nosotros nos retiramos" del acuerdo, que permite verificar los movimientos militares y las medidas de control de armamentos de los países signatarios.
El tratado, del que forman parte aliados clave de Washington, la UE y la OTAN, permite que los Estados miembro realicen vuelos de observación --con aeronaves desarmadas— para obtener información de primera mano sobre las actividades militares sospechosas de otros países, en aras de la transparencia y la confianza mutua.
La idea es que, cuanto más se conozcan las potencias rivales, menos posibilidades habrá de que se enfrenten militarmente.
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Según Washington, Moscú no cumplió el acuerdo al no permitir la vigilancia sobre una ciudad en la que podría estar desplegando armas nucleares ni sobre grandes maniobras militares. En cambio, considera que las fuerzas rusas se están aprovechando del tratado para obtener información sobre infraestructuras norteamericanas clave.
Según el New York Times, hacía meses que el presidente norteamericano evaluaba la posibilidad de romper el acuerdo. A principios de marzo, el secretario de Defensa, Mike Esper, aseguró ante el Congreso que "hace años que los rusos hacen trampa".
Con este ya son tres los acuerdos internacionales que Trump rompe desde su llegada a la Casa Blanca, luego del nuclear con Irán y el de las Fuerzas Nucleares de Riesgo Intermedio con Rusia.
En el aire queda también la prórroga del Nuevo START que contiene una hipotética carrera armamentística entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría, limitando a 1.550 los misiles nucleares que puede tener cada potencia. La vigencia de este texto expira en 2021.
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Rusia denunció la decisión de Trump como un "golpe" a la seguridad europea, y destacó que no se trataba de un acuerdo exclusivo entre Washington y Moscú.
"La retirada de Estados Unidos de ese tratado significa no solamente un golpe a las bases de la seguridad europea sino también a los instrumentos de la seguridad militar existentes y a los intereses esenciales de seguridad de los propios aliados de Estados Unidos", declaró el vicecanciller ruso, Alexandre Grouchko.
"No es un tratado bilateral, sino multilateral. Y una decisión tan brusca afectará a los intereses de todos los participantes, sin excepción", agregó Grouchko.
Para el vicecanciller ruso, "nada impedía seguir discutiendo esas cuestiones técnicas que Estados Unidos presenta hoy como, digamos, violaciones por parte de Rusia". Grouchko acusó a Washington de haber acabado con un "instrumento que ha servido a los intereses del mantenimiento de la paz y la seguridad en Europa durante los últimos 20 años".