El longevo Mullah Nooruddin Turabi, uno de los fundadores del movimiento talibán, advirtió que el nuevo régimen extremista de Afganistán reimpondrá pronto las amputaciones de los ladrones, aunque posiblemente que no se celebren en público, como se hacía anteriormente, ocasiones que solían reunir a multitudes en plazas y estadios.
“Todos nos criticaron por los castigos en el estadio, pero nunca hemos dicho nada sobre sus leyes y sus castigos. Nadie nos dirá cuáles deberían ser nuestras leyes. Seguiremos el Islam y haremos nuestras leyes sobre el Corán” dijo Turabi, el principal ejecutor de su dura interpretación de la ley islámica cuando gobernaron por última vez Afganistán, en declaraciones a la agencia The Associated Press.
Afganistán: el ministerio de la Mujer fue reemplazado por el del Vicio y la Virtud
Hoy muchos recuerdan las ejecuciones públicas y la prohibición del entretenimiento, que incluía la televisión y los aparatos de video. Un ciudadano llamado Sharifi contó a la agencia AFP que “recuerda claramente” los castigos públicos en un estadio de fútbol de Kabul, con decapitaciones y amputaciones por diversos delitos. “Cuando iba en bicicleta al mercado central (...) veía muchos televisores rotos, aparatos de video rotos y muchas cintas de video”, agregó. “Eso lo tengo siempre en la cabeza, nunca se va”, comentó.
“Cortar las manos es muy necesario para la seguridad”
Durante el primer gobierno de los fundamentalistas (1996 y 2001), los talibanes impusieron amputaciones a los ladrones y ejecuciones a los asesinos u homosexuales Además, las mujeres quedaron excluidas de la vida pública y solo podían salir de casa si llevaban una burka y estaban acompañadas por un familiar masculino.
Entonces, la policía religiosa del ministerio para la Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, dirigido por el propio mulláh Turabi, eran conocidos por azotar a mujeres que andaban solas por la calle y por exigir otro tipo de comportamientos inspirados de una interpretación muy rigorista del islam.
Los talibanes prohibieron que las afganas practiquen deportes para no exponer sus cuerpos
En aquella época, los juegos, la música, la fotografía y la televisión estaban prohibidos. A los ladrones se les cortaban las manos, a los asesinos se les ejecutaba en público y los homosexuales eran condenados a muerte. El grupo islamista radical también impedía que las niñas fueran a la escuela y que las mujeres trabajaran o salieran sin un acompañante masculino. Quienes eran acusadas de adulterio eran azotadas y lapidadas hasta la muerte.
Cuando Turabi era ministro de la Virtud, los castigos de los talibanes a los delincuentes se celebraban lugar en el estadio deportivo de Kabul o en los terrenos de la mezquita Eid Gah. Allí, los condenados solían ser ejecutados de un solo disparo en la cabeza, realizado por la familia de la víctima, que tenía la opción de aceptar “dinero de sangre” y permitir que el culpable viviera.
Para los ladrones, el castigo era la amputación de una mano o un pie, pero los juicios y las lecturas de las condenas rara vez eran públicos ya que el poder judicial se inclinaba a favor de los clérigos islámicos. Turabi dijo que esta vez, los jueces, incluidas las mujeres, podrían juzgar los casos, pero que es “necesario” restablecer los mismos castigos: “Cortar las manos es muy necesario para la seguridad”, dijo.
ds