Los residentes de Osaka, la segunda ciudad de Japón, tienen fama de ser abiertos y con sentido del humor, a diferencia del resto del país, y quieren demostrarlo. Por ello, la ciudad, que el viernes y el sábado recibirá a los grandes líderes mundiales reunidos en la cumbre del G20, está dispuesta a dar la mejor imagen de sí misma, incluyendo el cierre voluntario de los prostíbulos en su conocido "barrio rojo".
Pero los organizadores tampoco olvidaron instalar los últimos modelos de los mundialmente conocidos inodoros japoneses, que ofrecen música, regulador de temperatura y diversos tipos de chorros de agua para todos los gustos. Las delegaciones disponen además de nuevos modelos con tiempo de rellenado reducido (solo 20 segundos) y que gastan menos agua, para reafirmar el mensaje ecologista que quiere dar el país organizador de la cumbre.
También los restaurantes ofrecen sus mejores platos a los visitantes, como el conocido takoyaki, una especie de albóndiga a base de pulpo. Incluso la industria del sexo decidió voluntariamente cerrar las puertas de sus locales en el conocido distrito rojo de la ciudad, algo que no ocurría desde 1989, cuando murió el emperador Hirohito. Los 159 establecimientos del distrito de Tobita-Shinchi -que llegó a congregar un total de 275 prostíbulos con unas 4000 prostitutas en la década pasada- estarán cerrados durante la cumbre.
Convirtieron su casa en un prostíbulo bailable y usaban a su hija de 13 años como "mesera sexy"
Antes del cierre previsto, el viernes y el sábado, los establecimientos de sexo ya pusieron cortinas en sus entradas para que no se vea la actividad dentro de los locales desde la calle. "Queríamos dar apoyo al G20 a nuestra manera", dijo el responsable de la asociación del distrito, que no quiso ser identificado. "Esta medida no será beneficiosa para nosotros. Pero si de alguna manera beneficia a Osaka en su conjunto, será bueno, estoy seguro", añadió.
Osaka quiere dar su mejor imagen posible, también de cara a 2025, cuando organizará la Exposición Universal, mientras el gobierno de Japón, uno de los países con menos crímenes violentos del mundo, refuerza la seguridad antiterrorista de cara al evento, al que asistirán los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, China, Francia, entre otros.
Según informa el Japan Times, unos 32.000 agentes de policía, junto a 60 barcos guardacostas y más de 1.000 oficiales de marina, fueron desplegados en Osaka y en el centro de convenciones Intex, donde se reunirán los líderes mundiales. Se espera que haya retrasos en aeropuertos y mayores medidas de seguridad en las áreas de inmigración y aduanas en el aeropuerto de Kansai. "Es de suma importancia que mantengamos la seguridad tanto en la tierra como en el mar", aseguró.
Las autoridades también controlan los accesos del conocido castillo de Osaka, donde se reunirán los líderes y que quedará parcialmente cerrado, bloquearon la circulación en las grandes avenidas de la ciudad y advirtieron que durante la cumbre habrá retrasos "a gran escala y de larga duración". "Esta será la mayor cumbre que Japón haya organizado jamás", dijo el secretario del gabinete del gobierno, Yoshihide Suga, a los responsables locales y al personal de seguridad que vigilan el centro de convenciones.
D.S.