En el marco de la tercera jornada del juicio contra Sayfullo Saipov, acusado del múltiple homicidio del que fueron víctimas cinco ciudadanos rosarinos, dos norteamericanos y una turista belga, el tribunal y los familiares que asistieron a la audiencia recibieron el impactante testimonio de tres amigos de las víctimas argentinas.
Entre los testigos hubo sobrevivientes del atentado, quienes formaban parte del grupo de ex estudiantes del Instituto Politécnico Superior que circulaban en bicicleta por las calles de Manhattan cuando ocurrieron los hechos.
Tres de los cinco amigos que salvaron su vida milagrosamente presentaron su testimonio este miércoles para reconstruir el dramático momento del ataque atribuido al uzbeko.
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De acuerdo con el relato, los hombres pedaleaban por la ciclovía en cinco grupos de dos, hasta que percibieron de un momento a otro el ruido del impacto del conductor que se desplazaba a una velocidad de 106 kilómetros por hora con una camioneta alquilada.
Los testigos integraban el grupo que avanzaba por el lado derecho, lo que en definitiva les salvó la vida. Los cinco sobrevivientes fueron Martín Marro, Juan Pablo Trevisán, Ariel Benvenuto, Iván Brajkovic y Guillermo Bianchini, mientras que los fallecidos tras el ataque fueron Diego Angelini, Ariel Erlij, Hernán Ferruchi, Alejandro Pagnucco y Hernán Mendoza.
Si bien los argentinos que se salvaron fueron cinco, el jurado seleccionó a tres de ellos por sus peculiares características, vinculadas con las heridas que sufrieron, su ubicación y la perspectiva que podían aportar.
También se tomó testimonio a una testigo de nacionalidad australiana que viajaba en taxi el día del atentado y pudo observar el accionar de Saipov. La mujer, que marchaba hacia su casa, pidió detener el vehículo, descendió y pudo tener una dimensión concreta del violento episodio.
Sus declaraciones convalidaron el aporte del fiscal Alexander Li durante la primera jornada de audiencia, quien en su acusación aseguró que el conductor “embistió a sus víctimas, aplastó sus cuerpos, los dejó sangrando hasta morir”.
“En el West Side de Manhattan, no lejos de este juzgado, hay un carril para bicicletas que bordea el río Hudson. El 31 de octubre de 2017 fue escenario de destrucción y horror. Bicicletas destrozadas cubrían el camino. Los ciclistas yacían inconscientes o muertos. Sobrevivientes tambaleándose, heridos, aturdidos, buscando a familias y amigos. Los gritos llenaron el aire”, había aseverado este lunes el fiscal Li.
Según la reconstrucción que ensayó la fiscalía sobre el homicidio múltiple, primero habría atropellado a una turista belga, Ann Laure Decadt. A continuación, hirió gravemente a tres integrantes de una familia y el objetivo siguiente fue el grupo de ciclistas integrado por los diez argentinos, de los cuales asesinó a cinco. Las restantes víctimas fueron los estadounidenses Darren Drake y Nicholas Cleves.
El agresor impactó contra un autobús escolar, lo que ocasionó lesiones graves en un niño y una mujer. Saipov quedó detenido luego de que un agente de policía de Nueva York le disparase.
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Vínculo con Isis, según el fiscal
El uzbeko enfrenta un total de veintiocho cargos que incluyen crímenes, intentos de asesinato, asalto y apoyo material a una organización extranjera. Su propósito principal, desde la óptica de la fiscalía, era unirse a Isis, grupo yihadista acusado por sus maniobras insurgentes y terroristas.
“El acusado mató para convertirse en miembro de Isis”, consideró Li.
Al acusado se le secuestró abundante material que probaría que desde 2014 se vinculaba con el grupo yihadista y, a través de una aplicación de mensajería encriptada, habría recibido material de dicha organización, asociado con atentados. Dos años más tarde habría comenzado la planificación del ataque.
El último martes, durante la segunda audiencia, la agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) Joana Maduro, aseguró que Saipov estaba “orgulloso” de lo que había hecho, que sonrió al narrar detalles de su plan y que incluso llegó a solicitar que le coloquen una bandera de Isis en la sala del hospital donde estaba internado y donde fue interrogado durante nueve horas.
Su relación formal con Isis representa un punto de inflexión en el debate, ya que podría modificar la condena. Si se comprueba su vínculo con la organización existe la posibilidad de que reciba la pena de muerte, en sintonía con la solicitud de la fiscalía.
Sin embargo, para que esto ocurra la decisión del jurado (integrado por doce miembros) debería ser unánime.
La defensa negó una "conexión real" con Isis
La defensa de Saipov, a cargo del abogado David Patton, rechazó que el uzbeko tenga cualquier tipo de “conexión real con la organización terrorista”. A través de dicho planteo, el letrado buscó evitar la pena capital y que, en cambio, el acusado sea recluido a prisión perpetua.
“Lo más importante es determinar el vínculo entre el acusado e Isis. Determinar si, además del contacto impersonal con la propaganda (de la organización), hubo contactos más directos, personales, concretos. Eso lo que más nos interesa”, explicó a Clarín el abogado Juan Félix Marteau, en representación de la familia Mendoza, una de las víctimas argentinas.
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Los detalles del atentado
Sayfullo Saipov se encuentra acusado del asesinato de ocho personas en Manhattan, luego de atropellarlas con una camioneta en 2017. Este lunes comenzó el juicio en un tribunal de Nueva York.
El uzbeko de 34 años condujo el vehículo a lo largo de cerca de kilómetro y medio por una pista para bicicletas a lo largo del río Hudson, sur de Manhattan, cuando muchos padres con sus hijos se preparaban para festejar Halloween el 31 de octubre de 2017.
Se trató del ataque más letal en Nueva York desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando miembros de Al Qaida destruyeron las Torres Gemelas con aviones comerciales.
Cinco de los desaparecidos eran amigos provenientes de Argentina que estaban celebrando 30 años de su graduación. Al menos otras 12 personas fueron heridas. El ataque concluyó cuando la policía disparó a Saipov en el abdomen.
Se trata del primer juicio federal bajo la presidencia de Joe Biden en el que la fiscalía exige la pena de muerte. Y ello pese a la oposición de Biden a la pena capital y a la moratoria decretada a las ejecuciones federales, anunciada por el fiscal general, equivalente a ministro de Justicia, Merrick Garland, en julio de 2021.
La administración de Biden también se abstuvo de intervenir en una decisión del Tribunal Supremo bajo el mandato de Donald Trump para restaurar la pena de muerte contra uno de los autores del atentado contra el maratón de Boston, de 2013, Dzhokhar Tsarnaev.
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Hay quienes aseguran que los ejemplos de Tsarnaev y Saipov sugieren que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos está dispuesto a castigar con la pena capital los actos que considera terroristas.
Pero también podría tratarse de una medida de presión para que los sospechosos de tales actos se declaren culpables a cambio de una cadena perpetua en la cárcel.
Los casos de condenas a muerte no son frecuentes en Nueva York, que ha abolido la pena de muerte a nivel del estado.
Después de 17 años sin ejecuciones federales, bajo la administración del expresidente Donald Trump se ejecutó a 13 presos, un número récord.
La fiscalía acusó a Saipov de 28 cargos, entre ellos ocho por "muerte con vistas a unirse al Estado Islámico" y otro por "apoyo al Estado Islámico".
Por su parte, el acusado sostuvo que actuó en nombre del grupo Estado Islámico, que lo describió como uno de sus "soldados".
La fiscalía conjeturó que Saipov, cuyo juicio está previsto que dure tres meses, planificó su atentado durante un año y eligió deliberadamente la fecha de Halloween para matar al mayor número de personas posible.
También consideran que habría elegido Nueva York como escenario de los crímenes porque "sabía que habría mucha gente en las calles", según declaraciones del fiscal Alexander Li
Desde las perspectiva del fiscal, el uzbeko llegado a Estados Unidos en 2010 "se preparó" desde 2016 para "convertirse en un soldado del Estado Islámico".
CA/ff