Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, recordó emotivamente a Hebe de Bonafini. "Partió pero no se fue, está presente entre nosotros", afirmó. También se refirió al avance de las ideas de derecha entre los jóvenes. “Hay que contrarrestarlo con educación y con información" resaltó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9). Y agregó que "la memoria no tiene que quedarse en el pasado, sino que debe iluminar el presente".
Para nuestro público más joven, ¿cómo describirías la importancia histórica de Hebe de Bonafini?
Hebe de Bonafini fue una rebelde con causa. La partida de Hebe muestra el recorrido, durante su vida, de una mujer rebelde. Una rebelde que siempre enarboló la bandera de los derechos humanos; de memoria, verdad y justicia; y de juicio y castigo a los responsables de los crímenes de lesa humanidad.
Tanto Hebe, como Madres y los organismos de derechos humanos, hicieron ese trabajo fundamental de pelear por saber qué pasó con los desaparecidos y por justicia. Muchos de nosotros somos sobrevivientes de esa época. Es importante transmitirle a las nuevas generaciones que la democracia no se regala, se construye con el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Hebe trabajó siempre en esa línea.
Conocí a Hebe en el año ‘75, antes del golpe militar. Ya había desapariciones y torturas. Eran mujeres desesperadas que iban a buscar apoyos en todos los lugares donde podían. No había organismos de derechos humanos, sólo la Liga Argentina. Una vez le dije a Hebe: “me asombra que tanto dolor y angustia te hayan transformado con la fuerza del amor”. El amor las hizo fuertes. Para saber no sólo qué pasó con sus hijos, sino con todos los hijos e hijas, y tratar de construir una sociedad mejor.
Hebe, la Maradona de la política
Lo que vivió Argentina fue un modelo, como en otros países de la región, impuesto por la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Hay muchos que descalifican y atacan a Hebe. Se le pueden criticar muchas cosas, pero tenemos que rescatar la fuerza que tuvo en todo momento de no claudicar. Tuvo firmeza en sus convicciones, y las llevó adelante para luchar por verdad y justicia. Hebe partió pero no se fue, está presente entre nosotros.
Conociste a Hebe en sus inicios. ¿Cómo fue cambiando a lo largo de los años?
Cuando la conocí eran mujeres desesperadas. Luego, con Azucena Villaflor constituyen Madres de Plaza de Mayo, hay una evolución. Hebe era una madre de casa. Muchas veces dijo “a nosotros nos parieron nuestros hijos”. Hay una vuelta muy profunda de su actitud frente a la vida.
Todas las madres evolucionaron, fueron creciendo en conciencia social y política, y en la lucha por una causa justa. Hebe se fue formando políticamente, socialmente, y eso lo hizo en el territorio, no intelectualmente. Es el caminar día a día y enfrentarse. Hebe aprendió, a fuerza de golpearse, lo que son los derechos humanos y la construcción democrática.
Con respecto a las controversias, incluso a las críticas que se hicieron de pésimas maneras en un día como hoy, hacen foco en su tono altisonante. Cuando uno escucha a la Hebe de los primeros años, su tono era más tranquilo. ¿Creés que la formación ideológica que fue adquiriendo la fue enojando, debido a que la democracia no cumplía con las expectativas que ella tenía?
Lógicamente, hubo muchas críticas al accionar de Hebe y a todos los organismos de derechos humanos. Hubo quienes trataron de que no se realicen los juicios. Hebe tuvo la firmeza, como la tienen muchas madres, de resistir.
Los gobiernos no avanzaban, se trataron de demorar los juicios, y esas cosas nos enojaron a todos, como la frase “la casa está en orden” de Alfonsín. Pero también tenemos que reconocerle que gracias a él se pudieron realizar los Juicios a las Juntas. Y esto fue gracias a la presión y resistencia de los organismos de derechos humanos para llevar adelante los juicios, no es simplemente una decisión gubernamental.
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¿Tenés algún temor por el crecimiento de estas manifestaciones reivindicatorias de la dictadura entre los “libertarios” y sectores más extremos?
Yo soy educador y enseñamos a los jóvenes. En Chapadmalal, durante todo el mes, van a pasar 18 mil estudiantes, no sólo de la provincia de Buenos Aires, sino de varias provincias del país. Lo que hacemos es enseñar conciencia crítica. La memoria es primordial para los pueblos, para que no vuelvan a cometer los mismos errores. La educación debe ser la práctica de la libertad, la conciencia crítica y valores.
Es cierto que está creciendo la derecha, también en Europa. Hay que contrarrestarlo con educación y con información. Esto es lo que han hecho las Madres y todos los organismos de derechos humanos. Los jóvenes tienen que tener memoria, porque eso no tiene que quedarse en el pasado, sino que debe iluminar el presente. La democracia no se regala, se construye, y para eso es necesaria la memoria.
FM JL