Alfonso Bustillo opina que los distintos Gobiernos siempre hicieron lo necesario para que el pan, la leche y la carne sean productos que no le falten a la población, pero lo hicieron a expensas de fijar políticas erróneas. “La carne es un alimento de una calidad biológica insuperable, por su aporte de vitaminas y aminoácidos”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9)
Denos su visión sobre la carne
Como todo lo que pasa en una situación inflacionaria tan fuerte como la que tenemos los precios se desacoplan de la realidad, con lo que esto implica. Nosotros venimos con una inflación del 95% en 2022 y ajustes del novillo y el ternero entre el 20 y el 30%. Evidentemente todo este desacople de la realidad, a causa de la inflación, hace que los sistemas productivos se resientan. Hay costos, hay ingresos y cuando pasan esas cosas empieza a resentirse la matriz productiva, y se agrava esto con una sequía sin precedentes. Seguimos a nuestros socios con preocupación por lo que estamos viviendo, es una sequía muy grave y esto va a repercutir muy fuerte en la economía nacional. Entre granos y carne, yo diría que entre 15 y 20 mil millones de dólares van a dejar de estar presentes, y son cifras alarmantes para una situación tan frágil como la que tenemos.
¿Qué hubiese sucedido en un país sin inflación?
Hablemos de Uruguay. Allí pasó lo que pasa en cualquier mercado con libre oferta y demanda, y las leyes del mercado se manejan con total rigor. Si la oferta aumenta, hace que la demanda trabaje más tranquila y vaya para abajo con los precios. Cuando el precio baja, la oferta empieza a restringirse y la demanda empieza a actuar fuerte.
El mercado nacional tiene sus implicancias, nosotros exportamos 900 mil toneladas, que es un 20% aproximadamente de la producción nacional. Y el mercado internacional, por ejemplo China ya que el 70% de la carne argentina va hacia allí con el covid y su fiesta de fin de año se retiene un poco el mercado, Europa con los problemas que genera la guerra, los costos del frío y demás, también retiró un poco la oferta, bajaron los precios un 30%, tenemos una sequía tremenda, una inflación que no da tregua y los precios se reacomodan. No hay aumento de la carne, hay un reacomodamiento de precios.
Si miramos lo que pasó con la inflación y con la carne hace un año, seguimos con un faltante de ajustes, eso hace que los productores estemos peor.
¿El consumo de carne de los argentinos viene decreciendo por un tema económico o por hábitos alimenticios?
Lo primero es que la carne es un alimento de una calidad biológica insuperable, por su aporte de vitaminas y aminoácidos. Lo que sucede es que la carne es costosa de producir, entonces los movimientos veganos y vegetarianos impactan en esto. Pasamos de 80 kilos por habitante y por año como pico máximo en el país y hoy estamos con 50. Los uruguayos consumen menos, alrededor de 40 kilos. Argentina lidera el consumo de carne.
Hoy el consumo de pollo en el país es muy alto, y el cerdo creció mucho, entre 15 y 18 kilos por habitante y por año. Lo que nos lleva a un consumo de carnes rojas de 110 kilos, estamos en una alta proporción de consumo.
¿Lo que bajó de 80 kilos a 50 se compensó con pollo y cerdo? ¿Es más barato producir un kilo de pollo o cerdo que carne de vaca?
Sí, y por hábitos de consumo también. Estábamos acostumbrados a comer poco cerdo, y hoy en cualquier parrilla hay bondiola, pechito o solomillo, esto hace que los hábitos de consumo cambien y que tengamos un buen consumo de carnes rojas. No solo el consumo es importante, sino que la demanda en los países donde accede la población a mayores ingresos lo primero que hacen es consumir carne de vaca.
¿Cuándo hace la cuenta de las carnes rojas (con 110 kilos por habitante por año) puede compararlo con otros países?
EE.UU tiene un alto consumo, entre 110 y 115 kilos. Europa no tan alto, pero entre 80/100 kilos.
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Los argentinos consumimos mayor cantidad de kilos de carnes rojas per cápita que en otro país, ¿Esto no es una señal contradictoria con un país que tiene más de 40% de pobres?
Dentro de las políticas, los gobiernos siempre hicieron lo necesario para que el pan, la leche y la carne sean productos que no le falten a la población, pero lo hicieron a expensas de fijar todas las políticas erróneas que aplicaron. Lograron que estemos con consumos altos pero sin cimientos. Argentina, en 2008, cerró las exportaciones y todo fue al mercado interno, consumimos el 100% de la carne que volcamos al mercado interno a expensas de precios.
Estamos bien alimentados en cuanto al consumo por habitante y por año, pero también tiene que ver que hay una parte de la población que consume más y otra menos.
La carne sigue siendo un alimento insustituible. Un kilo de milanesas con respecto a un kilo de pizza es el mismo costo y come más gente en una familia de bajos recursos.
La carne no es un producto de bajo costo para producirlo y tiene una cadena muy larga de producción y una inversión muy grande, por eso no se puede pretender que la carne sea un producto barato y masivo, por eso el pollo y el cerdo se acomodan.
Hoy la carne tiene un consumo alto porque sigue siendo un alimento barato, y pasa porque siempre interviene el mercado, es noticia que hay una suba pero no es noticia que hace un año no subía. Hay crecimiento poblacional y estancamiento de stock.
MVB FM