Daniel Montoya: "La metida de pata de Juan Schiaretti le terminó dando una mano a Luis Juez"
El analista político cordobés se mostró en desacuerdo con afirmar que Larreta benefició a Schiaretti con su acercamiento. "Terminó metiendo la cola una nacionalización de la campaña", destacó.
Daniel Montoya: "La metida de pata de Juan Schiaretti le terminó dando una mano a Luis Juez" |
Télam
Daniel Montoya, analista político, expresó que Juan Schiaretti se perjudicó con el acercamiento fallido a Juntos por el Cambio, aunque le permitió a Llaryora empezar su gestión con un sello más personal. “Él empieza construyendo sobre una fortaleza en la capital”, aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Los medios nacionales dicen que el acercamiento de Horacio Rodríguez Larreta y Juntos por el Cambio a Schiaretti perjudicó las posibilidades de triunfo de Juez.
Por el contrario, la gente de Perfil Córdoba nos dice lo opuesto, que Juez redujo la diferencia esperada, que era de 8 a 10 puntos, después de que Schiaretti saliera herido del acercamiento fallido a Larreta. ¿Cuál es tu propia opinión desde la provincia?
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Estoy muy cerca de la opinión expresada por Perfil Córdoba. Ha habido una habilidad que siempre tuvo esta construcción, que parecía genial en su momento por el “Gallego” de la Sota, que fue impermeabilizar la dimensión provincial de las corrientes nacionales.
Por ejemplo, en épocas en las que toda esa corriente arrolladora de Cambiemos a nivel nacional, en Córdoba hacía elecciones espectaculares, se veía un mapa, con la excepción de la ciudad de Córdoba, donde todo estaba pintado del color del cordobesismo.
En esta elección se produjo una excepción: si uno ve el mapa, está pintado de amarillo, desde la mitad de Córdoba hacia abajo, y esos departamentos coinciden justo con los departamentos que conforman la Córdoba gringa, es decir, la Córdoba agropecuaria, los nervios y las venas que tuvieron mucho que ver, por ejemplo, con el conflicto con el campo donde nació Cambiemos.
Si uno ve Río Cuarto, Jesús María o Villa María, son todos tanques agropecuarios del interior y donde el radicalismo también siempre ha tenido muy buen arraigo. Entonces, me parece que aquí se cometió un tremendo error estratégico por parte de Schiaretti al haber nacionalizado y metido en una elección provincial.
Me imagino a de la Sota, desde el cielo, mirando esto con mucho pesar, porque es como si le hubieran disparado balas a un proyecto, a una arquitectura política de una complejidad enorme, al punto de que el "Gallego" de la Sota, cuando falleció,vivía en Río Cuarto.
Él mismo había tejido durante años toda una red en un interior complejísimo de la provincia que hacía que el peronismo local contrarrestara la potencia del radicalismo en la ciudad de Córdoba. Esa ha sido la gran habilidad.
Si no hubiera sido por el reconocimiento de Llaryora, que tiene en su doble terruño, ya que fue intendente de San Francisco y de la ciudad de Córdoba, haciendo una gestión extraordinaria, quizás el segundo gran intendente de la democracia después de Ramón Mestre padre, hoy Juez estaría festejando una victoria.
La metida de pata de Juan Schiaretti le terminó dando una mano a Luis Juez, un candidato tan malo que no es del agrado del radicalismo. Y que además tuvo una gestión muy mala como intendente, muy mal recordada en la ciudad de Córdoba.
Esto, me parece, terminó explicando esos 7 u 8 puntos de diferencia que obtuvo Llaryora en la ciudad de Córdoba. Creo que la opinión expresada por Perfil Córdoba es muy acertada.
Volvemos a tener aquello de la confirmación del sesgo, que las personas quieren escuchar y creer aquello que coincide con sus deseos, por lo cual, los duros de Juntos por el Cambio, para pegarle Horacio Rodríguez Larreta, dicen que en realidad Larreta, al acercar a Schiaretti, redujo la chance de Juez, y fue exactamente lo contrario….
Totalmente, al punto que, me parece, está haciendo una doble elección. El gran error que cometió Schiaretti fue abrirle la puerta a una anticipada de la elección municipal del mes próximo, donde ahí sí Juntos por el Cambio está presentando un buen candidato y del paladar del radicalismo, como Rodrigo de Loredo.
Por supuesto que el gran saldo positivo que le queda a Llaryora es nacer con las manos libres, no haber sido casual que él jubilara a Schiaretti esa misma noche, en la madrugada, a la 1:30, donde Schiaretti habló con la voz quebrada y se lo veía muy nervioso.
Vos introdujiste esta nota con un cuarteto. Bueno, ellos tenían todo listo para lanzar el cuartetazo a las 9 de la noche, pero eso no pudo ocurrir. Lo bueno que le queda es que la metida de pata de Schiaretti le deja las mano libres para empezar.
Por supuesto, empieza su gobierno como “danza con lobos”, muy cerca del enemigo. Le ha quedado la legislatura local controlada por Juntos por el Cambio, también el Tribunal de Cuentas, y todo digamos el interior inflamado, por supuesto, en la elección que viene ahora, en este proceso electoral, Juntos por el Cambio va a querer ir por más.
El error de Schiaretti no ha sido gratuito para él. Le permite a Llaryora empezar de cero, con el objetivo de construir un nuevo liderazgo en Córdoba. Ya no podemos hablar de delasotismo ni de schiaretismo, es tiempo del llaryorismo.
Vos marcabas que de la Sota supo construir una arquitectura electoral compleja que permitía hacer una escisión entre lo provincial y lo nacional. De la Sota fue un aliado de Sergio Massa, ¿cómo afecta al cordobesismo el hecho de que el candidato de Unión por la Patria ahora será Sergio Massa, un viejo aliado del cordobesismo?
Bueno, vamos a ir a una elección con una “avenida del medio” que se ha congestionado mucho.
Teníamos, hasta hace unos pocos días, un tablero donde, de acá en Córdoba, se iba a competir contra un candidato más de paladar kirchnerista. Eso te resolvía un montón de cosas. Te permite activar viejos genes antikirchneristas que tiene la provincia, y te resuelve gran parte de la elección.
En este caso como decías vos, en 2015 Massa fue socio de José Manuel de la Sota, en aquella elección eso le representó más o menos un 23% del electorado, que se terminó volcando en segunda vuelta para Macri.
Ahora tenemos un nuevo tablero, donde me parece que se van a repartir más las cosas a partir del debilitamiento de Schiaretti. El domingo pasado el kirchnerismo obtuvo el 3%, ese no va a ser el resultado de Massa. Seguramente él va a poder avanzar sobre un espacio que, yo no diría que hay que darlo por muerto, pero ha quedado realmente debilitado.
Me parece que ha perdido sentido la candidatura de Schiaretti. Hasta se han escuchado algunos rumores que dicen que Horacio Rodríguez Larreta está con una tentativa para que esa lista no compita haciendo alguna alianza previa, lo cual, de concretarse, sería un papelón.
Pero me parece que el proyecto nacional de Schiaretti corre serio peligro de desplomarse. Está lejos de aquellos 23 puntos, y quizás se encuentre con una cifra de un dígito, lo que sería un papelón a nivel local.
¿Hay “legado de la Sota” en Llaryora o él es el kilómetro cero de algo nuevo?
Es el kilómetro cero de algo diferente y eso se ve a nivel territorial. Es un nuevo eje inédito, él empieza construyendo sobre una fortaleza en la capital que fue justamente lo que el cordobesismo, en su diseño original, no tuvo.
El radicalismo tuvo sucesivas intendencias, del hijo de Mestre, el propio Juez que, era una tercera fuerza, tenía varias intendencias deslucidas, y el peronismo nunca lograba hacer pie en la capital.
Pensemos que Córdoba no es una provincia de tradición radical, sino que la ciudad en particular es la que siempre ha sido al tener una larga hegemonía radical, desde el año ‘83.
Vos mencionabas que de la Sota vivió sus últimos días en Río Cuarto, y comentabas también Villa María, los lugares que, a partir de la guerra del kirchnerismo con el campo, se tiñeron de amarillo, como todo el sector productivo agropecuario cordobés.
Pero al mismo tiempo, Río Cuarto estaba gobernado por el peronismo, incluso por momentos con gestiones cercanas a Alicia Kirchner, ¿es así?
Sí. Hoy la está gobernando Juan Manuel Llamosas, hijo de una emblemática figura del delasotismo en su momento, pero en un tono muy parecido a lo que fue la construcción política del “Gallego” de la Sota.
¿Cuál fue la habilidad? En una provincia radical, con sensibilidades radicales, él, sobre la debacle del fin de la hegemonía del radicalismo en Córdoba de los ‘90, construyó un proyecto político de contenido peronista, pero con un montón de sensibilidades y estilos, incorporando un montón de sectores que uno nunca se hubiera imaginado localmente que el peronismo tuviera la capacidad de interpelar.
Cuando uno piensa en qué es el "cordobecemos", yo te diría, en términos de pintura, que es la habilidad de pintar un montón de tintes amarillos y rojos a un azul muy particular.
¿Y qué es hoy de la vida de Río Cuarto, con este intendente peronista que terminó siendo arrasado por Juntos por el Cambio?
En Río Cuarto están hablando mucho de que ha sido una suerte de plebiscito de una gestión local que no ha sido muy buena.
Pero más allá de esto, yo creo que no ha tenido que ver con cuestiones locales, sino con que terminó metiendo la cola una nacionalización de la campaña en la que toda dinámica local ha perdido mayor sentido.
Me parece que también todo ese mapa de la zona sur y de los sectores agropecuarios pintados de amarillo tiene que ver con que quizás tengamos una suerte de caja de resonancia de cierto malestar.
Hay una respuesta dentro de los sectores que en su momento activó la crisis del campo con la discusión sobre los acontecimientos nacionales, el tema de las retenciones, y la política económica en general.
