"En 1989, durante la presidencia de Carlos Menem y en un contexto de hiperinflación, se creó el plan económico Bonex, acrónimo de bonos externos. Consistió en un canje público compulsivo de los depósitos de plazo fijo por títulos públicos llamados Bonex 89. Es decir, la persona que tenía dinero en un plazo fijo se le dé un bono a pagar mucho más adelante”, explicó e introdujo Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) del jueves 23 de marzo.
Ese antiguo plan y el actual anuncio de Sergio Massa tienen un elemento en común que se viene repitiendo cada vez que el Gobierno necesita rascar el fondo de la olla. De hecho en su momento, para Néstor Kirchner el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) fue un remedio para solucionar el problema de que se habían estatizado las AFJP.
En aquel entonces, 20% del total de los jubilados estaban adheridos a un sistema de jubilación privada, donde lo que iban a cobrar era directamente proporcional a lo que habían aportado.
En el 2007, a todos los que estaban en el sistema de jubilación privada se los pasó al sistema estatal, y pasaron a un sistema de reparto en donde, independientemente de lo que cada uno aportó, se universalizó el pago de las jubilaciones.
Qué dice el decreto del Gobierno que obliga a organismos estatales a canjear sus bonos en dólares
Este es un modelo típico de la desesperación, que tiene un antecedente en la Rusia de 1998, en donde se hizo exactamente lo mismo, marcando la famosa devaluación rusa que trajo aparejada consecuencias directas en la Argentina,
El economista francés Thomas Piketty, autor del best seller “El capital del Siglo XXI”, afirmaba que el Producto Bruto, con el que se mide la riqueza de un país, está mal calculado, ya que sólo mide el flujo (lo que entró y salió) dentro del año, pero no el consumo de capital.
Un ejemplo de esto podría ser que si se tienen reservas y se las consume vendiéndose al menor del valor que cuesta extraerlas, eso no aparece en el Producto Bruto, se está consumiendo capital. En líneas generales, frente a la desesperación, tanto los gobiernos, como las empresas y las personas en su economía familiar, hipotecan el futuro para sobrevivir en el presente.
Para una Cristina angustiada, Massa no es más "Sergito"
El arco político, revolucionado por la nueva medida
A partir de la decisión de Massa de obligar a todos los organismos públicos, sobre todo a la ANSES, a pesificar sus bonos en dólares, asomaron varios actores políticos manifestándose al respecto.
El diputado nacional Carlos Heller, en la radio AM 530, afirmó que “no hay ningún desfinanciamiento, lo que recibirá el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, es un bono dual. Este tipo de bonos, desde el punto de vista de la valoración del FGS, es mejor, porque se ajusta por la mejor de las variables. O sea, si el dólar le gana a la inflación se ajusta por el tipo de cambio, y si es al revés, lo hace por la inflación”.
Claudio Lozano, ex director de Banco Nación en diálogo con la radio AM 530, calificó las nuevas medidas como un acto de menemismo explícito. “Del mismo modo que cuando decidió comprar deuda con reservas, y levantó el precio de la deuda al anunciarlo, como mejorándole la salida a quienes tenían esa deuda, acá está haciendo lo contrario: le indica a los organismos públicos que tiene que vender los bonos, pero al anunciarlo, bajaron 7 puntos la cotización de los mismos”.
Asimismo, el precandidato presidencial por la Unidad Popular, agregó que, de esta manera, se produce una descapitalización de los organismos públicos, se subsidia el capital especulativo y se aumenta el endeudamiento externo en manos privadas.
Diego Bossio, quien fuera parte del equipo técnico de Massa y extitular de la ANSES, manifestó que esta medida puede afectar los activos del ANSES. “Es una situación frágil, ya que el BCRA no tiene acumulación ni flujos de reservas, producto de la sequía”, detalló antes de agregar que este escenario se complejiza más en un Gobierno con tantas internas a cielo abierto.
El exgobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf señaló que “estamos camino al iceberg de frente” y que “Massa se roba la plata de los jubilados, ataca a los que no se pueden defender, a los que no pueden salir a cortar calles”.
Cómo cerraron los mercados tras el anuncio del canje de bonos
Por su parte, Martín Redrado, titular de la Secretaría de Asuntos Estratégicos, definió que esto es poner la basura debajo de la alfombra. “Esta decisión tiene problemas de implementación: si el sector público vende bonos en dólares, significa que se estaría financiando este sector hacia adelante con tasas en dólares de un 20%. Por ende, puede sumar problemas a un costo de financiamiento que ya de por sí, es muy alto”, explicó el funcionario.
La diputada Graciela Ocaña se mostró tajante y sentenció que Massa tiene que tomar las medidas que tiene que tomar y si no, irse. “No puede usar los recursos de todos los argentinos para generar tres días de baja de dólar”, sentenció.
En sintonía con esa postura, la diputada nacional Paula Oliveto calificó el anuncio como una “estafa y un robo a los jubilados presentes y futuros".
El problema es el déficit, no el canje de deuda
La desconfianza, el futuro convertido en presente para la Argentina
“El FMI dice que 180 países tienen déficit fiscal y la deuda total del país sobre Producto Bruto está por debajo del promedio. Con estas variables, la Argentina tiene una inflación altísima, que sólo se explica por la desconfianza, que es el futuro convertido en presente. Eso vale tanto para cuando se estatizaron las AFJP, como cuando Menem hizo el plan Bonex y habrá que ver si la idea de pasar bonos en dólares a pesos sale bien, aunque no parezca que fuera así”, describió el conductor.
A su vez, el periodista planteó el hipotético caso de que la Argentina (a partir de un nuevo gobierno) entrara en un proceso de crecimiento sostenido y, en una unificación cambiaria, el dólar unificado estuviera más cerca de 200.
Alberto Fernández y Sergio Massa, juntos pero no revueltos
Y que, además, se pueda exportar más que lo que se importa gracias a la explotación de Vaca Muerta, solucionando el problema de falta de dólares crónico que tiene el país. En esa conjetura específica, es probable que la ventaja de estar en dólares no sería tanta respecto a la de estar en pesos.
Pero la cultura nacional, lamentablemente, demuestra que no es así. En ese contexto, Massa juega su propio futuro y el político. Como siempre la historia se escribe en el futuro y se resignifica el pasado en aquel futuro.
“El problema que tenemos es que se sospecha, con mucho justificativo, que el futuro va a ser peor, por eso es mejor estar en dólares. Por eso, a los políticos les interesa solo el presente, así que ese futuro no tiene tanta relevancia”, cerró Jorge Fontevecchia su editorial.
AO JL