Gabriel Mraida, viceministro de Desarrollo Humano y Hábitat de CABA, sostuvo que el problema de los inquilinos y los propietarios no radica solo en la inflación, sino también en la Ley de Alquileres. “No hay forma de construir certidumbre si no sabes cómo va a esta la economía en los próximos tres años”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Parece bastante complicado conseguir y poder alquilar en la Ciudad de Buenos Aires...
Es uno de los temas más críticos hoy en la Ciudad y en la Argentina en general, con una crisis económica muy grande. Y a eso se le suma que la Ley de Alquileres funciona muy mal y tenemos un problema crítico.
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Paula Penacca dice que el Gobierno de la Ciudad no hizo nada con los alquileres, sobre todo con Airbnb. ¿Falta actividad por parte del Gobierno de la Ciudad para solucionar esto?
No, eso es una explicación que patea la pelota afuera. Nosotros, esta semana, en Juntos por el Cambio tratamos el pedido para derogar la Ley de Alquileres. El gran tema es que, en una macroeconomía con estos niveles de incertidumbre y picos inflacionarios, tener contratos de tres años y una actualización de precios anual hace imposible que el mercado de alquiler funcione en torno a eso.
Por eso desde Juntos por el Cambio intentamos imponer la derogación, y la diputada y todo el bloque del Frente de Todos no han accedido a tratar este tema, que es uno de los más importantes en la agenda de la ciudadanía.
¿El problema es la Ley de Alquileres o la inflación?
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El problema es la inflación y la Ley de Alquileres. En estos tres años tuviste una inflación promedio en torno al 350% y en alquileres se va por encima del 500%.
Eso quiere decir que no solo hay un desorden macroeconómico, que es crítico y que tenemos que afrontar a partir de diciembre, sino que también hay un tema específico en torno a los alquileres que agrava más la situación.
Y eso es producto de la ley y de idas y venidas que ha llevado el Gobierno de la Ciudad hasta hace poco. El ministro Massa volvió de una de sus comitivas y filtró en los medios que se iba a derogar la ley. Era una buena noticia, pero después el propio bloque fue para atrás y se negaron. Eso genera más incertidumbre y recarga más los precios.
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Si mañana le dicen que tiene todo el poder para solucionar el tema alquileres, ¿qué dos o tres cosas hace?
Punto número uno, cambiar la obligatoriedad de la duración de los contratos. En este contexto, contratos que obligatoriamente sean de tres años hacen que haya retracción en la oferta o que para ingresar al alquiler levantes mucho el precio. Entonces, el gran problema es la duración del contrato.
El segundo, es cómo se actualiza. Con tanta incertidumbre mes a mes, que no sabés cómo va a ser la inflación, que obligatoriamente tengas que actualizarlo de forma anual, hace que cuando te toca actualizar el precio lo levantes mucho.
Para que esto funcione no puede perder ninguna punta, la defensa de los inquilinos no puede ir en contra de los propietarios, porque no hay mercado que pueda funcionar así.
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¿Los tres años no dan tranquilidad?
Conceptualmente podría ser, como ha sucedido históricamente en los locales comerciales, pero no hay forma de construir certidumbre si no sabés cómo va a estar la economía en los próximos tres años, y los propietarios sacan las propiedades de alquiler o recargan tanto el precio que para el inquilino es imposible alquilar.
Independiente de los posicionamientos ideológicos, tenemos una ley que en tres años vino a destruir el mercado inmobiliario en la Ciudad y en la Argentina. Efectivamente, esto no funciona.
Claudio Mardones (CM): Reemplazó a Waldo Wolff en la Cámara de Diputados por cinco o seis meses. ¿Por qué ha estado tan poco tiempo?
Yo venía trabajando en temas de vivienda en el Gobierno de la Ciudad, y me convocó el jefe de Gobierno para seguir trabajando en política social y hábitat. Y entendemos que en esta situación crítica es donde mejor aportar.
Entonces, desde la Ciudad, no solo estamos reclamando que se cambie la ley y señalando que la macroeconomía está rota, sino que además impulsamos medidas de alivio, como el programa "Alquiler más fácil", que es un crédito blando para poder sortear las barreras de ingreso al alquiler, alguna bonificación para la garantía para alquilar y algunos créditos para refaccionar viviendas, para que los propietarios puedan ponerlas en alquiler.
En el marco caótico de la economía, estamos llevando a cabo algunas medidas de alivio, y ya hay casi cuatro mil familias en la Ciudad que se están inscribiendo a distintos programas.
Los alquileres aumentaron 580% en los últimos tres años
CM: Una cosa es el aumento que establece el RIPTE, que es un incremento anual, pero si es trimestral o semestral acumulativo, el porcentaje es mucho mayor en este contexto de inflación, y el Gobierno no discute esa ecuación, sino que busca ofrecer alternativas de financiamiento que son pagadas por los inquilinos.
¿Cree que esto es viable o forma parte de una estrategia para afrontar la discusión en este momento electoral?
Creo que no hay forma de pensar la cuestión del mercado creyendo que se puede beneficiar una punta y no la otra.
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CM: Pero, en ese sentido, el inquilino afronta gran parte de sus ingresos para el alquiler. Del otro lado, obviamente hay un propietario que busca garantizar un nivel de ingreso o de ganancia, pero de una punta a la otra hay una gran desigualdad.
Hemos sacado medidas de extensión impositiva, tanto para inquilinos como para propietarios. Cualquier alivio que recaiga sobre una punta también va a beneficiar a la otra.
No se puede creer que beneficiás a los propietarios y eso no genera impacto positivo en los inquilinos o al revés. Hay que pensarlo de forma integral, cualquier medida que crea que perjudicando una punta vas a beneficiar a la otra es tramposa.
La duración de los contratos genera previsibilidad para el inquilino, pero si eso rebota en que haya menos propiedades y, por ende, sube el precio, estás perjudicando a los inquilinos.
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CM: Antes de que asumiera como diputado en reemplazo de Wolff, el año pasado, la comisión general de la Cámara Baja llevó adelante un debate respecto a la reforma de la Ley de Alquileres y hablaron 150 expositores. ¿Usted siguió el debate?
Sí claro, lo seguimos de cerca. Y desde Juntos por el Cambio venimos trabajando en distintas ideas para cambiar la ley. No puede ser un tema que no se trate en el Congreso y se traten temas secundarios.
CM: Me llama la atención lo que dice porque, finalmente, está prevista para el 23 de agosto una sesión especial para discutir esto.
Por supuesto, nosotros quisimos que se tratara esta semana y fue el oficialismo el que se negó.
CM: Quedó para después de las PASO.
No importa tanto el escenario. Nosotros necesitamos cambiar. No creo que los inquilinos y propietarios puedan sostener esta situación mucho tiempo más.
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Fernando Meaños (FM): Penacca hacía un reclamo sobre las políticas del gobierno porteño en materia de vivienda, sobre todo social, dado que es un proceso político que lleva mucho tiempo y que tuvo el plazo necesario para implementar.
¿Qué puede decir de eso, más allá de las medidas de apoyo para los inquilinos que recién comentaba?
Alquileres: el ejemplo español
El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ha hecho la transformación social y urbana más importante en muchas décadas: inversión en infraestructura, agua, cloacas, apertura de calles, se puede ver en cómo cambió el barrio 31, el barrio 20, Rodrigo Bueno, el playón de Chacarita, las obras que se están haciendo en el borde del Riachuelo, entre otras cosas.
Ha hecho una transformación en las villas de la Ciudad que no tiene precedente en la historia y eso genera, además de mejoras para los vecinos, cambios en la circulación, en la seguridad y en la apropiación del espacio público. Hoy basta ver bajo la Autopista Illia.
MVB JL