MODO FONTEVECCHIA
Atentado contra Cristina Kirchner

Gustavo González: "El autor intelectual de esto que pasó somos todos"

El presidente de Perfil habló en Modo Fontevecchia y expresó que "en la Argentina se está produciendo un desmanejo de las pasiones". Además, afirmó que "hay un tema en donde unos y otros deberían realizar una autocrítica".

Gustavo González
Gustavo González | Net TV

El presidente de Perfil, Gustavo González, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y aseguró que "que todavía no haya una autocrítica en el oficialismo indica que todavía falta para el punto de inflexión". Por otro lado, manifestó que "la ignorancia también conduce a lo asertivo" y, por último, aseveró que "el autor intelectual de esto que pasó, somos todos". 

Estábamos con la reflexión de tu artículo en Perfil este domingo.

Lo mío trataba de racionalizar el odio a través de lo que significa la pasión. Está bien lo que dice Gabriela Cerruti y lo que están diciendo todos en el Gobierno en las últimas horas sobre los mensajes del odio. Que todavía no haya una autocrítica en el oficialismo indica que todavía falta para el punto de inflexión que yo también creo que va a suceder. 

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Creo que en la Argentina se está produciendo un desmanejo de las pasiones, una falta de racionalización de las mismas. En el artículo, decía que la vicepresidenta apunta a la pasión de quienes la aman y, como réplica, recibe la pasión de quienes la odian.

No está mal que los dirigentes sean lo que representan y que si hay pasión abajo se refleje el clima de época de la pasión. Entiendo que se supone que el trabajo de ellos es aportarle algún nivel de racionalidad de la pasión. Sin embargo, desde la oposición lo que vimos el otro día es que se pide la pena de muerte para Cristina y desde el oficialismo se viene amenazando con una rebelión popular si la justicia la condena.

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Hay un tema en donde unos y otros deberían realizar una autocrítica, también los comunicadores y los medios tendríamos que hacerla porque las formas de algunos de ellos o nosotros aportan a esa pasión desmedida y no racional. 

Coincido en lo que decías en la apertura, el autor intelectual de esto que pasó, somos todos. ¿Cuánto de los comunicadores de los medios lanzaron acusaciones lapidarias e insultos contra Cristina, Lázaro Báez, Mauricio Macri, Nicolás Caputo, leyeron la causa en los que aparecen mencionados? No digamos la causa entera, una parte. Muy pocos lo hicieron. 

La ignorancia también conduce a lo asertivo. Siento un poco de frustración porque cuánto hace que en Perfil venimos advirtiendo que la violencia verbal tiene consecuencias, sería rarísimo que no hubiera pasado algo. Afortunadamente no pasó algo más grave y ojalá sirva para algo. En la década del '70 ya habrían decenas de muertes como hubo. 

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Vos ahí cerrás muy bien la idea de que de la pasión se pasa al odio y que, de éste, a la acción, hay casi medio paso.

Creo que es así lo que uno espera de los dirigentes y también de los líderes de opinión, ese tipo de profesionalización de la pasión y que esta en las mayorías muy legítimas. Venimos de una crisis económica hace diez años y una pandemia insólita, parece razonable que en ciertos sectores de la sociedad haya pasión como sinónimo de traducción de angustia. 

Se supone que los dirigentes tienen la obligación de aportarle alguna cuota de racionalidad que filtre esa pasión no para neutralizarla por completo, sino para explicarla para justificarla y argumentarla y encontrarle alguna vuelta racional. La pasión de uno y de otros no va a terminar bien en tanto no se la pueda profesionalizar. 

Espero que esto sea un punto de inflexión y lo que venía sucediendo en la Argentina es que hay una etapa de lucha y transición entre una época y otra. 

La primera, la polarización, que era la forma en la que las sociedades explicaban pasionalmente la necesidad de progresar de desarrollo a partir de la destrucción del otro. 

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En la segunda, hay un nuevo clima de época que no creo que sea reciente, viene bregando emerger los últimos años: creo que esto no da resultado y que hay un hilo conductor en los últimos diez años, en donde lo que fracasa no solamente son distintos modelos económicos y presidentes que están en las antípodas. El denominador común, que tiene esta franja de años que se profundizó, es la polarización y la dificultad que tenemos para dialogar, lo que no significa que el diálogo implique necesariamente encontrar una respuesta exitosa para la salida de esta crisis. Sin diálogo, me parece que sería imposible.

Me quedo con tu figura de que la política tiene que ser una forma de profesionalización de las pasiones, es decir, poder canalizarlas de manera atenuada. Podríamos decir que toda virtud llevada al exceso se convierte en defecto, que lo patológico es una cuestión de grado y todo, en el máximo lo es, y que la función de la política sería canalizar las pasiones sin que se desborde.

BL PAR