El escritor Jorge Fernández Díaz dialogó con Jorge Fontevecchia para Modo Fontevecchia, por Radio Perfil (FM 101.9), y se refirió a los cambios que tuvo su relación con el peronismo y el kirchnerismo. Además, cuál es su vínculo con Mario Vargas Llosa.
Estuviste con Mario Vargas Llosa y veo un proceso de modificación ideológica. ¿Sentís que representa algo más?
El caso de Mario empieza cuando, después de abrazar la revolución cubana, la dictadura del proletariado cubano fusilaba gente, cancelaba periodistas y escritores. Ahí empezó una rebelión que le produjo una cancelación muy dolorosa por parte de la corriente literaria latinoamericana, que empezaron a decir que era de derecha. Eso lo llevó a procesar, leer y cambiar, con el paso del tiempo. Todo esto lo desarrolló en su libro El llamado de la tribu, que es su testamento ideológico. Ahora que están de moda los libertarios, lo revisó porque está muy bien explicado.
¿Queda en Vagas Llosa un liberal clásico?
En eso está Vargas Llosa, sabiendo que cada país tiene sus características y su manera de liberalismo. Hizo un gran progreso intelectual en cuanto a lecturas. Lo que me parece muy peligroso es tratar de encontrar una doctrina que englobe todo: liberalismo, kirchnerismo o cualquier idea totalizadora. Sigo creyendo que la Argentina tiene que tener un proyecto donde estén todos. Hay dos argentinas, una más abierta y cosmopolita, y otra con mayor presencia del Estado y de lo nuestro. Las dos deben convivir y alternarse en el poder, porque le hace bien al país.
¿Hubo cambios en tu relación con el peronismo a lo largo de las décadas?
Empecé siendo muy cercano al peronismo, a través de la izquierda nacional. Hice muchas cosas contra Alfonsín, como plegarme a huelgas o decir que era el candidato de la derecha. Después le pedí perdón porque lo tratábamos de forma destituyente. Las estupideces que hice durante los ´80 me generaron un gran dolor, perdí la confianza en la política y la recuperé con el peronismo nuevamente. Pero con el tiempo perdí muchos amigos porque se volvieron kirchneristas, sobre todo, escritores. Los sigo leyendo y les escribo, aunque algunos no me respondan. Cuando el kirchnerismo fuerte empezó a mentir, me di cuenta que mi objetivo era desenmascarar las mentiras. Mentían sobre lo que había pasado en la historia, en los '70, en el menemismo y empecé a estudiar historia y a leer. Encontré grandes mentiras y un gran relato que se formó. Si Perón se hubiese ido en el ´55 y no hubiera intervenido el marxismo, hubiese sido una fase histórica superada.
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Una cosa son los dirigentes y otra es el pueblo. ¿Creés que hay cierta lógica y sentido en el reclamo de los votantes del peronismo?
Hay gente que adscribe a la idea de justicia social, no importa cómo, que es peronista. Se mezcla porque muchos reciben subsidios y no tienen mucha alternativa. Pero existe una Argentina peronista, así como hay un 50% de la población que está harta del peronismo, del fracaso y de lo que se transformó. El peronismo se convirtió en lo que combatía, como cuando ves a los intendentes millonarios viviendo en barrios privados. Es muy pesado.
JL PAR