El presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), José Octavio Bordon, asegura que el mundo de hoy es el de un "bipolarismo conflictivo no hegemónico" que representa riesgos, pero también oportunidades para nuestra región. Cómo afectan las nuevas tecnologías a la democracia, el poder de Estados Unidos y sus tensiones con China, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Cuál es tu balance sobre el viaje de Alberto Fernández a Estados Unidos?
Argentina, más allá de las dificultades y debilidades, no es un país irrelevante en el mundo. Tiene la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas de un funcionario que fue elegido antes de este gobierno.
Que Alberto Fernández se reúna con Joe Biden no es menor.
Creo que el Gobierno, en estos movimientos que a veces van en un sentido y a veces en otro. En este caso, tuvo una tripe actividad al unísono que habrá que ver cómo culmina en Estados Unidos.
Por su parte, Santiago Cafiero participó de la reunión que fue organizada por el Departamento de Estado en la cual la figura central fue el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para ver cómo se avanza o resuelve con esta Guerra, lo cual es una buena señal en términos de política exterior argentina que finalmente, tras algunas dudas ,definió que realmente esto era una invasión y que había que buscar una solución justa al tema.
El otro tema pasa por la negociación que estaba llevando a cabo Sergio Massa con el Fondo Monetario Internacional en consideración de que la estabilidad de la economía argentina está amenazada por su debilidad financiera y los vencimientos que hoy tenemos, los cuales necesitan no solamente algunas medidas importante locales, sino que también convencer que es necesario y favorable que el Fondo colabore con Argentina.
Cafiero destacó el "apoyo explícito" de Biden en la negociación con el FMI
Luego, la reunión del Presidente, que fue recibido con el respeto que es recibido un presidente en Estados Unidos, donde no reciben a cualquier país país, y mucho menos a uno que no pertenece a los cuatro o cinco países centrales, teniendo en cuenta que están atravesando conflictos internacionales.
No es como el caso de Lula, que es un jefe de Estado que recién acaba de asumir, Alberto está en la parte final de su mandato, sin tener muy claro si va a poder continuar, y con grandes debilidades, como tienen la mayoría de los periodos cuando terminan su actividad en Latinoamérica. Un gran error es sobrestimar o sobreactuar la importancia que tienen los temas.
Jorge Argüello realizó un gran trabajo en Estados Unidos en cooperación con Sergio Massa y antes frente a las distintas dificultades de Argentina con los organismos internacionales.
A diferencia a lo que pasaba en nuestra juventud, donde algunas administraciones de Occidente, en el medio de la Guerra Fría, jugaba a su seguridad y a su futuro apoyando dictaduras, hoy prefieren que haya democracias que funcionen bien, tengan alternancia, libertades y que no sean destruidas por las crisis económicas, porque le tienen mayor desconfianza a los superpopulismos y, mucho más, a los golpes militares que, por suerte, hoy no existen. Juegan a la estabilidad.
No es un tema de que Estados Unidos apoye al Gobierno, tampoco que lo rechace, sino que, simplemente, tenga una posición como: "nos gustaría poder cooperar para que Argentina pueda, en libertad, llegar razonablemente a su proceso electoral y a la alternancia o la continuidad política, según lo que definan los argentinos a fin de este año".
Además hay intereses estadounidenses en la región, que, geográficamente, está cercana a ellos. Cuando los estadounidenses observan la región, se dan cuenta que la presencia comercial de China, con su financiamiento, a veces sacado de contrato y a las obras, es importante, y están pensando, con algunos mecanismos, cómo pueden de alguna manera equilibrar esto.
Un Estados Unidos diferente
¿Hay un Estados Unidos distinto? ¿Hubo un punto de inflexión en el que Donald Trump pudo haber sido más consecuencia que causa, de cooperación con China, a pasar a una abierta competencia con este país y, al mismo tiempo, sabiendo que hubo un cambio allí, entre que Xi Jinping ya directamente plantea una disputa por el primer puesto mundial mientras que los presidentes chinos anteriores, por así decirlo, escondían ese apetito?
Nosotros, en términos de valores, tenemos un sistema institucional y constitucional que forma parte de Occidente, lo cual no quita que no tengamos una relación denominada global con todos los países del mundo que hoy no solamente es bueno, sino que es absolutamente necesario.
Esta democracia también está afectada por la inteligencia artificial. Todos estos cambios en la comunicación le generaron a todo el mundo, pero también al sistema democrático y republicano, a los tres poderes, cambios de ciudadanía y en la relación de la gente.
Todas estas nuevas tecnologías presentan un gran desafío para seguir manteniendo los valores de una democracia plena por libertad y amplitud en el debate para decidir quiénes son los candidatos y cómo los elige la gente, plena por un buen funcionamiento en el balance de poderes que es la base del sistema democrático moderno, por eso el populismo de derecha o izquierda es antidemocrático aunque no sea dictatorial, y plena por los fines, que amplíen las libertades cívicas, económicas, sociales.
Entonces, la práctica de la democracia va permitiendo mayor equidad, mejor desarrollo y calidad de vida. Esto está hoy en tensión no solamente por error de los dirigentes y el cambio del mundo, sino que también porque exige un desafío y una manera de cómo navegar este cambio tan profundo de la sociedad.
Por otro lado, se notó que Biden se puso más duro con Rusia que lo que era Trump, por sus relaciones, y se volvió más intenso con China. El mundo que hoy tenemos es el de un bipolarismo conflictivo no hegemónico. Hay dos grandes poderes. No creo en el surgimiento absoluto y rápido de uno sobre el otro ni en la decadencia total de Estados Unidos y de Occidente, pero Asia en general, y China, sobre todo, se convirtieron en grandes protagonista globales.
No hay una Guerra Fría, pero hay una situación de competencia y conflictividad que ya venía y que en los últimos tiempos, especialmente a partir de la invasión a Ucrania.
El viaje de Alberto en Estados Unidos
No es hegemónico, porque si bien Rusia está más cercano y volcado hacia China, y si se desgasta, quizás, busque acercarse más, ciertamente tiene y tuvo su propio juego en esto, no necesariamente es un juego tan coordinado. Por su parte, Europa, si bien es un gran aliado de Estados Unidos, y ahora esto se fortaleció con la invasión a Ucrania, también juega su propio juego.
Turquía que es miembro de la OTAN y después de Estados Unidos la fuerza militar más poderosa del organismo, pero no es parte de la comunidad europea, y tiene toda una relación con su vecino en la zona de Eurasia y con Rusia, pero también con Ucrania, totalmente diferenciado. Y no hablemos de lo que significa India, Japón y otras regiones del mundo. Hay un espacio para que el mundo pueda marchar a reconstruir un multilateralismo más razonable, y que la competencia no se convierta en un conflicto generalizado entre los grandes poderes.
Por último, es una gran oportunidad para nuestro país y nuestros vecinos no en crear movimientos no alineaos ni volcarse 100% de un lado al otro, sino en función de valores e intereses.
Tener en cada región del mundo lo que más ayude a nuestra región a mantener nuestra democracia y los valores de ella. Al mismo tiempo, tener lo más balanceado posible nuestros intereses de desarrollo económico, no solamente comerciales, sino que de inversión, despliegue tecnológico. Tener una política más justa y ordenada en el tema de los agroalimentos, y lo mismo en el campo de la energía y la sociedad del conocimiento.
Hay un gran riesgo en el mundo actual, pero es una extraordinaria oportunidad para nosotros, y la verdad la que la estamos desaprovechando.
BL FM