Un repaso por las declaraciones de los candidatos a gobernador del Chaco después del inesperado triunfo de Leandro Zdero por sobre Jorge Capitanich en primera vuelta.
Leandro Zdero será el nuevo gobernador del Chaco |
Twitter @LeandroZdero
“La sorpresa no es porque la diferencia de votos a favor del candidato de Juntos por el Cambio sea tan grande, pero sí porque se suponía que podría haber segunda vuelta”, explicó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del lunes 18 de septiembre de 2023.
El sistema electoral del Chaco tiene sus particularidades, se parece al nacional respecto a que hay segunda vuelta, la cual existe sólo en cuatro de las 24 provincias. Igual que a nivel nacional, para que no haya segunda vuelta, el candidato más votado tiene que sacar 10 puntos de diferencia del segundo, con más del 40% de los votos o superar el 45%, que fue lo que sucedió ayer. Leandro Zdero ganó con el 46,3% de los votos.
La aprobación de la Constitución de 1994, otorgándole el rango similar al de una provincia de la Ciudad de Buenos Aires con plena autonomía, por un lado, y la aparición de la televisión nacional por cable, con los canales de noticias convertidos en canales nacionales, todos producidos en CABA, por otro, generaron un proceso de porteñización de la política argentina.
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Hasta 1994, el intendente de la Ciudad de Buenos Aires no era electo, sino designado por el presidente. La elección de jefe de gobierno de la capital del país y los canales de noticias cubriendo localmente la ciudad, como si fuera parte de la agenda nacional, le dieron una vidriera a quienes gobernaban la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Con un radio de 50km de donde están los canales de televisión había un gobernador de la provincia de Buenos Aires y un jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde aquel momento a hoy, progresivamente, la cantidad de de candidatos a presidentes, porteños y bonaerenses, se convirtió, por momentos, en absoluta.
Esta situación comienza a revertirse, de alguna manera, del interior hacia Buenos Aires. Probablemente uno de los problemas que tuvo la precandidatura de Horacio Rodríguez Larreta en su competencia con Patricia Bullrich, es que él estaba identificado como el súper porteño, quien gobernaba el distrito más importante, más porteño, más emblemático del país, que es la ciudad de Buenos Aires.
Esto empieza a revertirse de distintas formas, primero con la revolución del interior hacia la capital, la cantidad de provincias que han cambiado de signos políticos en su gobernación, esta es la quinta, viene indicando que algo grande está sucediendo en el interior, más allá de lo que vemos aquí en la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
No solo la pérdida de provincias gobernadas por el peronismo son un duro golpe a la autoestima del partido, que antes era absolutamente dominante en el interior del país, sino también la derrota que la mayoría de los gobernadores tuvieron con Milei, donde ganó en provincias en las que el peronismo era amo y señor.
El peronismo puede perder el control del senado, actualmente el gobierno con sus dos bloques, alcanza la primera minoría. Unidad Ciudadana y el Frente Nacional Popular, tienen 31 senadores y Juntos por el Cambio tiene 27.
En estas elecciones se juegan 24 senadores de la provincia de Buenos Aires, Jujuy, Formosa, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
En las últimas elecciones el peronismo perdió Chaco, San Juan, San Luis, Chubut, Santa Fe y Santa Cruz, aunque en este último caso ganó la categoría de senadores nacionales.
En 2015 perdió Mendoza, Jujuy y Rio Negro, con la salvedad de que los senadores, como Alberto Weretilneck, jugaron mayormente con el peronismo. Además el peronismo cordobés, que gobierna la provincia, no está alineado con el gobierno nacional, y Neuquén, también es dirigido por un desprendimiento del MPN, que tampoco es oficialista.
Por otro lado, en las PASO de este año, Milei ganó en provincias que gobernaban senadores oficialistas como Salta, La Rioja, Tucumán, La Pampa, Tierra del Fuego y Misiones. Esto es algo que amenaza el control que el peronismo tiene sobre el Senado, y que ha ejercido siempre, desde 1946 hasta el golpe de 1955, cuando todos los senadores eran justicialistas con mayoría absoluta, y desde 1973 hasta el golpe del 76. Luego, ininterrumpidamente, desde que llegó la democracia en 1983 hasta ahora.
Jorge Capitanich, después de la derrota, manifestó que “me comunique con el gobernador electo, Leandro Zdero, y le desee el éxito necesario”, y aseguró que “esto no es un feudo, sino un estado democrático” después de los dichos del ex presidente Mauricio Macri y la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.
Una despedida de alguien que representó a la época. Fue jefe de gabinete de Cristina Fernández de Kirchner y Duhalde, gobernador del Chaco en tres oportunidades, y para algunos medios nacionales, símbolo del kirchnerismo, principalmente después de romper el diario Clarín.
Por su parte, Leandro Zdero es vicepresidente segundo de la Cámara de Diputados provincial y empezó a militar en la Universidad Nacional del Nordeste, donde se recibió de arquitecto en 1995, allí también se afilió a la Unión Cívica Radical con la que llegó a ser diputado provincial entre 2005 y 2009.
Luego de su paso por la cámara legislativa fue convocado por la intendente de Resistencia, Aída Ayala, para ocupar distintos cargos a nivel municipal. Primero se desempeñó como secretario de gobierno, y luego de dos años, ejerció como jefe de gabinete hasta la finalización del mandato de Ayala.
Además, durante el gobierno de Mauricio Macri, se desempeñó como jefe regional de la Anses en la seccional Nordeste.
El electo gobernador del Chaco habló tras su triunfo y aseguró que “Patricia Bullrich me dijo hace unos años que iba a ser gobernador y así fue”. Se manifestó también sobre el femicidio de Cecilia Strzyzowski y sostuvo que “el caso Cecilia expuso los estados paralelos y eso se va a terminar”, uno de los elementos que sin duda catapultaron la derrota de Capitanich.
La idea del Estado paralelo, es una figura que usan los libertarios en Estados Unidos y de alguna manera se parece a lo que llama “la casta”, Javier Milei. En EE.UU. lo llaman el estado profundo o estado permanente. Aquellos poderes que, más allá de cuál fuera el estado electoral, siempre perduran.
La verdadera ganadora de ayer, Patricia Bullrich, aseguró que “comenzamos a entrar en aquellos feudos que parecían que iban a estar para toda la vida”. Feudo y casta probablemente sean sinónimos, dos formas de llamar de la misma manera a sectores donde hay una especie de estado permanente, y la diferencia, de lo que en Estados Unidos los libertarios llaman el estado profundo con lo que sería el feudo, que es una palabra usada primero por Mauricio Macri, es que en el feudo el poder permanente es el formal, quien gobierna, como si fuera un señor feudal, la cabeza del gobierno.
Mientras que la idea del estado permanente o profundo de los libertarios en Estados Unidos se refiere a aquellos poderes permanentes, los lobbys, las agencias estatales, los poderes fácticos, lo que llaman el pantano de Washington, porque esa ciudad se construyó sobre lo que era un terreno pantanoso, en el cual más allá de quien gobierne, verdaderamente tiene el poder, dos formas de referirse a los mismo, responsabilizando de lo que sería la decadencia argentina de estos años.
No solo se jactó de eliminar a los feudos y derrotar al kirchnerismo, sino que Bullrich aseguró que “el cambio es ahora y para siempre”.
La rebeldía del interior al peronismo es un proceso que trasciende incluso a Juntos por el Cambio, como Milei triunfando en provincias que eran del peronismo, y una rebeldía de la porteñización que se produjo a partir de la Constitución de 1994.
