Luis Secco, Director y Editor de Perspectiv@s Económicas, considera que el principal riesgo del futuro gobierno es que se frustren las expectativas. “La nueva gestión va a asumir teniendo que corregir precios relativos y, a la vez, tiene que frenar la inflación", consideró el economista en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9).
En caso de que el índice de precios de alimentos sea más bajo que el promedio general de inflación del mes en curso y, teniendo en cuenta que la inflación de la ciudad de Buenos Aires fue menor a la del mes pasado, ¿existe la posibilidad de que el Gobierno pueda tener dos meses consecutivos de inflación decreciente?
La verdad es que sorprendió el dato del relevamiento de precios de la ciudad de Buenos Aires. Hasta el momento venía en línea con el relevamiento que hacía el INDEC. La sorpresa está centrada en el hecho de que la mayoría de las consultoras privadas que hacen un seguimiento de la inflación apuntaban a números superiores a los del mes pasado.
Esto abre un compás de espera hasta que se conozcan los datos oficiales, pero creo que hay que acostumbrarse a que puede haber algún vaivén, dentro de un nuevo escalón de inflación que esté entre el 7% y el 9%.
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El mes de junio va a ser un poco más duro porque, al aumento de los precios no regulados, se va a sumar el aumento de los precios regulados. Es cierto que los datos del INDEC van a conocerse días antes de que se oficialicen los candidatos, pero no creo que vaya a definir la sensación política, ni la elección.
¿Ves posible que la tendencia sea a la desaceleración y que la inflación no llegue a los dos dígitos?
Yo creo que hay más probabilidades de que la inflación se acelere a que se desacelere. Lamentablemente, cuando uno ve los números crudos de la economía Argentina, tanto en el frente monetario, como en el frente fiscal, hay una aceleración de la expansión del balance del Banco Central y el gasto está creciendo por encima de los recursos.
En ese contexto, es difícil que se pueda desinflar y se arranque una tendencia decreciente. En los últimos días, la tasa anualizada del Banco Central está cerca del 150% de expansión. Lo fundamental de la macroeconomía no abre ninguna expectativa de que esto se desacelere. En general, la fase final de aceleración nominal en una crisis requiere de eventos que coordinen expectativas y en la economía lo llamamos "gatillo".
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Esos eventos le indican a los actores económicos que empezó un camino nuevo y ese camino es el de la aceleración de la brecha y el de la inflación. El evento pudo haber sucedido en el pasado y, en ese sentido, un candidato sería la sequía.
Otro podría ser las propias acciones del Gobierno, que estuvo buscando fondos por todos lados para compensar la falta de dólares. El próximo evento son las PASO y además resta saber qué es lo que va a pasar con el acuerdo con el FMI.
Si uno pone en la coctelera todo lo que pasó y lo que está por pasar, es difícil que la inflación pueda bajar. Lo que mandan son las expectativas y no veo ningún ancla para las expectativas. La única posibilidad es que dentro de poco va a venir un gobierno nuevo que tal vez haga algo distinto y pueda frenar la inflación.
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¿Cuál es tu balance respecto al viaje de Massa a China y qué expectativas hay del próximo viaje para renegociar con el FMI?
Es fundamental esa renegociación. No porque un acuerdo con el FMI te permita frenar la inercia de la cual hablábamos, sino porque saca un problema de encima. Ya estamos con bastantes temas dando vueltas y no tener un acuerdo con el Fondo puede significar un ruido adicional complicado.
No se va a entrar en default rápidamente porque, según los estatutos del Fondo, un país puede estar seis meses atrasado. La negociación está complicada, no está frenada , pero se avanza lentamente. Un motivo de esto es el deterioro que se produjo a partir de la falta de acuerdo y el desmadre de la cuestión monetaria y fiscal.
Por otro lado, faltan dólares, el Fondo Monetario Internacional ya venía exigiendo una corrección cambiaria y ahora hay una demanda de acciones previas que son más fuertes. No sé si el gobierno argentino, en este contexto de debilidad política, está dispuesto a devaluar.
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Fernando Meaños (FM): ¿Qué es lo primero que tendría que hacer el nuevo gobierno para que su capital político no se agote rápido?
El principal riesgo del nuevo gobierno es que se vuelvan a frustrar las expectativas. De todas formas, estos seis meses que le quedan representan mucho tiempo para pensar en qué es lo que puede hacer el gobierno que viene en materia macroeconómica.
Creo que no hay que irse mucho de las recomendaciones típicas de un programa de estabilización, a las cuáles le agregaría un programa fuerte de desregulación, simplificación, desburocratización. El sector de la economía argentina está muy trabado, se ha priorizado mucho el rol del Estado y se dejó de lado el rol de la empresa.
Entiendo que sin empresas es imposible salir de esta coyuntura crítica. También creo que hay que implementar una reforma administrativa para que el Estado sea una organización más eficiente para la producción de bienes públicos que todos demandamos, como salud, educación, la seguridad, la justicia, etc. Es fácil decirlo, pero después hay que llevarlo a la práctica y se necesita una dosis importante de voluntad política.
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¿La devaluación es inevitable con esta brecha superior al 100%?
Ese es otro problema, porque el próximo gobierno va a asumir teniendo que corregir precios relativos como el tipo de cambio y las tarifas. Y, a la vez, tiene que frenar la inflación. Esa situación es complicada porque genera costos políticos y una resistencia social al programa económico.
Todavía hay un margen de incertidumbre muy grande respecto a cómo se va a trabajar cuando haya que implementar el próximo programa porque, por ejemplo, si el tipo de cambio se escapa y el gobierno finalmente devalúa, probablemente el próximo no va a tener la necesidad de hacerlo. Pero con niveles de inflación y de salarios en dólares, y de poder adquisitivo en pesos, va a ser más difícil ajustar las tarifas.
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¿Implantar visiones de futuro desalentadoras es una manera de intervenir sobre la economía?
Los dichos de los economistas profesionales que trabajan con los candidatos tienen influencia sobre el mercado, pero no creo que nadie prefiera que las cosas pasen ahora, los costos sociales y políticos son enormes y la sociedad no está para resistir una "explosión".
No creo que sea el deseo de nadie que esté trabajando con cierto potencial de convertirse en un equipo económico de gobierno. El "yo te avisé" creo que tiene un poco de lógica y tiene que ver con el bagaje histórico de algunos contextos en los cuáles no se trazó una línea clara de dónde estaba la economía.
Es cierto que Macri hablaba de una crisis asintomática como la herencia que había recibido, creo que esta crisis es mucho más sintomática y percibida por la sociedad porque la inflación es un problema del día a día, algo que no sucedía en 2015 o 2016.
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Hay una necesidad de contar cómo está la realidad, incluso en ciertas declaraciones se deja en claro que no es tan simple resolver las cosas para que no quede la idea de que "si es fácil, entonces la situación no es complicada".
Desde el punto de vista del manejo de la macroeconomía, pocas veces nos enfrentamos al desafío de estabilizar rápido, corregir precios relativos, afectar de la menor forma posible el salario y generar condiciones para volver a crecer.
Hay un riesgo grande de caer en una crisis más grande que la que tenemos hoy en términos de inflación y caída de la actividad económica. No es que uno se sume a un coro de agoreros, pero las dinámicas son muy complejas.
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Cuando uno no puede hacer demasiado, al menos tiene que contener los riesgos, y en este momento se están exacerbando por la propia acción de la política económica, como lo que sucede con el balance del Banco Central.
Si uno manosea el balance y se siguen metiendo activos que no valen nada mientras que el pasivo sigue creciendo, se está corriendo un riesgo muy grande. Lo que todos tenemos que saber es que se puede arreglar, tiene solución.
ADP JL