Marcelo Ramal: "El FIT se subsumió en un debate por cargos políticos"
El precandidato a presidente por Política Obrera se refirió a la coyuntura electoral y aseguró que "hoy la izquierda mundial actúa como una suerte de apéndice parlamentario de los partidos capitalistas".
Marcelo Ramal |
Gentileza Política Obrera
El exlegislador de la Ciudad, Marcelo Ramal, analizó las políticas de campaña de los candidatos del FIT y de la derecha política argentina. “El escenario es cada vez más turbulento. Esto se ve en el debate de las fuerzas que supuestamente pretenden gobernardespués de octubre”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Ayúdeme a entender por qué se da la división del voto de izquierda. Cuando uno ve la derecha, fuera de la coalición opositora, hay un solo candidato. ¿Le parece que esa pluralidad de candidaturas en la izquierda es un problema?
Respecto de esta cuestión de la izquierda, creo que hay que colocar el problema en una dimensión más amplia. La izquierda mundial atraviesa una crisis política muy importante.
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Estamos en un momento de características históricas de esta crisis: una guerra que tiene un alcance internacional, el involucramiento cada vez mayor de China y todo lo que implica una guerra que en su proyección puede tener un alcance nuclear y que, en definitiva, muestra que un conjunto de contradicciones y crisis (que pretende desenvolverse por medios políticos y comerciales) tienen un desenlace de tipo bélico.
Otro aspecto de esta crisis es la ruptura de todos los precarios equilibrios entre la sociedad humana y el medio ambiente.
Las escenas de las películas de ciencia ficción que veíamos en los años 90 se están planteando hoy de un modo dramático en torno del calentamiento global, los incendios generalizados y un cuadro que interpela sobre la propia sobrevivencia de la especie humana en el planeta.
Una sociedad fundada en el lucro aparece como incompatible, incluso con la vida humana.
Notablemente, la izquierda mundial, que debería colocar con más fuerza que nunca la perspectiva de otra organización social (conscientemente dirigida por los trabajadores), ha abandonado la perspectiva del socialismo después de los episodios de fines del ochenta.
Hoy la izquierda mundial actúa como una suerte de apéndice parlamentario de los partidos capitalistas, incluso en los países en donde llegó a gobernar. Fue la izquierda la ejecutora de grandes ajustes contra el pueblo. La izquierda argentina retracta esa adaptación política en grandes rasgos.
El Frente de Izquierda se subsumió en un debate por cargos políticos, no es un debate de principios el que se está jugando.
No escucho en la campaña electoral de Frente de Izquierda abordar temas como este, sino más bien una suerte deimputación de acusaciones entre diferentes miembros que revelan la pérdida de un horizonte socialista y una pelea que tiene más que ver con los escaños parlamentarios que se puedan jugar en el marco del propio Estado.
Me queda la idea de que el FIT se terminó corriendo a la derecha. ¿Existe un corrimiento en todo el sistema político a la derecha?
Me parece muy aguda esa observación. Yo diría que ese corrimiento a la derecha guarda una profunda contradicción con el desconcierto y el desorden objetivo que esas mismas fuerzas tienen para darle una salida a la crisis vertebral de la argentina.
En la víspera de la Primera Guerra Mundial, el panorama político también se había corrido a la derecha, algo de eso existe ahora. .Hoy existe ese clima de adaptación política al orden existente pero por debajo de los fundamentos sociales y económicos de lo que tenemos.
El escenario es cada vez más turbulento. Esto se ve en el debate de las fuerzas que supuestamente pretenden gobernar, en las elecciones, después de octubre.
Los que proponen levantar el cepo, liberar todo y eventualmente conseguir un blindaje internacional, es decir, el planteo que hace Patricia Bullrich y tal vez Javier Milei con una dolarización, son criticados por aquellos que, del otro lado, dicen queel blindaje que ellos buscan conseguir va a llevar a lo que sucedió en el 2001.
Por otro lado, los que rechazan este planteo tienen entre manos seguir con lo de ahora, tratar de estirar las contradicciones hacia delante, sostener el cepo y, en todo caso, preparar una liberalización económica en base a un paquete de agresión gigantesca a las condiciones sociales y laborales.
Buscan dar una señal de este tipo y después abrir la economía o el mercado cambiario. Un tema esencial de esta campaña electoral es la agresión al derecho laboral, en un país donde uno podría contabilizar los rescates del Tesoro y del Banco Central a acreedores de la deuda pública, empresas privatizadas, grupos capitalistas industriales y agrarios, que han consumido y dilapidado la reservas internacionales.
En un país que ha sufrido ese drenaje, resulta que en el banquillo de los acusados están los de abajo, y ahora la supuesta salida a la crisis argentina pasaría por derogar el derecho laboral definitivamente, legalizar el estado de precarización que hoy existe en buena parte del universo del trabajo y, por lo tanto, retrotraer las condiciones de la mayoría de los trabajadores a largas décadas atrás.
Política Obrera, en el plano de esta campaña electoral, le está dado una gran importancia a la defensa del derecho laboral, es decir, a colocar la lucha en contra la precarización laboral como un eje de campaña.
Entendiendo que tirando, por ahí, abrimos la pista para una reorganización social general, no en función del interés de una minoría de carácter capitalista (que ha llevado a adelante la responsabilidad principal en la bancarrota nacional) sino en función del interés de los que trabajan.
