Mario Grinman, titular de la CAC, opinó que el problema central de la Argentina es la falta de credibilidad en el exterior y de sus habitantes en la propia moneda. “Al no haber precios relativos, la gente cobra lo que piensa que tiene que cobrar, eso genera el problema de la remarcación”, afirmó en en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Qué opina del, inesperado para muchos, 7,7% de inflación? Pareciera que no se encuentra un freno…
No por ser inesperado era deseado. Uno siempre está a la expectativa de que pueda suceder un milagro, de que la inflación comience a bajar, pero lamentablemente eso no ocurre.
Esto tiene su explicación lógica. No tiene que ver, como dicen algunos, con que sea un tema “multicausal”, sino con cosas concretas: déficit fiscal, gasto público insostenible que obliga a emitir, entre otras cosas. Todos lo sabemos y no se pueden solucionar.
Además, Argentina tiene un problema muy grave, que es la pérdida de confianza. Cuando un país no tiene confianza es muy difícil que reciba ayuda.
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En algún momento se dijo que la inflación era producto de la deuda externa. En Argentina la deuda externa es de alrededor del 76% de nuestro PBI y tenemos una inflación muy alta. En Japón, la deuda externa supera el 200% del PBI, y tienen 3% de inflación anual.
Se financian porque los inversores del mundo confían en que Japón les va a pagar. Acá no hay confianza, no hay previsibilidad, ni hay seguridad jurídica.
Quizás tengamos la suerte de que algún gobierno pueda volver a generar esa confianza que hace falta. Sin confianza no hay ninguna posibilidad de salir adelante.
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¿Considera que esta gestión es mala, o que hicieron lo que pudieron y no se pudo más debido a la situación?
Las dos cosas, la gestión económica es mala, pero hicieron lo que pudieron.
Es mala comparada con los resultados de países de la región. La inflación de Brasil en marzo fue del 0,1%, en Bolivia fue del 0,08%. Ellos también tuvieron una pandemia y también sufrieron la guerra de Ucrania, como todos. Acá todo se hace cuesta arriba.
Ellos no tienen un Banco Central como el nuestro, absolutamente dependiente del poder de turno. Acá, cuando necesita dinero el Tesoro, el BCRA emite, y eso va a inflación. Por más que venga Mandrake, esto no se va a poder solucionar.
¿Usted opina que gane quien gane esto no se va a poder solucionar?
No. Me faltó decir que no se va a poder solucionar si seguimos haciendo las mismas cosas, porque solución tiene.
Lo primero que hay que hacer es dejar de emitir. Ahora bien, si se deja de emitir, la pregunta es cómo se hace para pagar los enormes volúmenes que tiene en sueldos. Porque lo único que ha crecido en la Argentina en los últimos años es el empleo público.
Todo ese gasto público que a los políticos les encanta, en algún momento se hace absolutamente inmanejable.
Alejandro Gomel (AG): ¿Cómo ve el consumo? ¿Qué opina de lo que pasa a partir de esta inflación del 7,7% y de la inflación del primer trimestre del año?
Se está notando una caída del consumo, aunque está amesetado. Está un poquito más bajo que meses anteriores. A pesar de lo que se recuperó después de la pandemia, todavía estamos unos puntos abajo de la pre pandemia. Obviamente, estoy hablando de volúmenes, unidades. En dinero es otra cosa.
Lo que se nota mucho es la caída de consumo en tarjetas de crédito. Hay mucha gente que ha salido a pedir préstamos personales para pagar la tarjeta de crédito, eso es terrible.
Uno ve a veces, en la cola del supermercado, que se pagan $800 con tarjeta de crédito, después a fin de mes paga el mínimo, que es lo que le exigen, y lo otro se va acumulando. Con las tasas de interés que hay, llega un momento en que no lo pueden pagar.
Usted dijo en este mismo programa que Massa estaba haciendo todo lo posible, y que había que darle tiempo, tenerle paciencia. Recién usted dijo que si seguimos con la misma receta no vamos a obtener soluciones. ¿Considera que Massa fue con la misma receta? ¿Considera que se terminó el tiempo que había que darle a Massa?
La verdad es que, en Argentina, personalidades para ser ministro de Economía no abundan. Yo rescato de Massa que dejó una zona de confort, la Cámara de Diputados, para sentarse en una silla eléctrica en el Ministerio de Economía.
Integra un espacio, ese espacio tiene una política, que seguramente él tendrá que seguir, y en ese ámbito se tiene que mover. Si hay que rescatar algo del ministro Massa es su capacidad de diálogo. Es un hombre que, cuando uno le lleva un problema, intenta, por todos sus medios, encontrar una solución.
Es muy difícil, en un país donde no hay divisas, que son las herramientas que se necesitan. Eso significa que cada vez va a haber menos importaciones, menos productos en las góndolas, porque el 85% de lo que se importa en nuestro país son productos básicos imprescindibles para la producción nacional.
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Cuando no se pueden importar productos que forman parte de una cadena de valor, esos productos terminan saliendo de la oferta.
¿La campaña electoral empeora la situación?
Generalmente sí, porque los gobiernos tienden a expandir el gasto. El famoso “plan platita”. Ese plan se hace emitiendo, y eso presiona más la inflación.
Hay que entender qué es el dinero. El dinero es un bien de cambio como cualquier otra cosa. El valor del dinero lo da lo que la gente cree que vale. Si la gente cree que el dólar vale mucho más que el peso, se va al dólar.
En otros países, como Paraguay y Brasil, por ejemplo, confían en su moneda. Acá no confiamos en nuestra moneda, y eso es muy malo.
Claudio Mardones (CM): Seguramente habrá escuchado las críticas a la Cámara de Comercio. Algunos dicen que los representantes de la Cámara hablan muy poco sobre la remarcación de precios. ¿Lo han criticado desde el Gobierno por la remarcación sistemática de precios, incluso de productos que no deberían estar atados al dólar?
El tema de la remarcación siempre está en las conversaciones, de la misma manera que la emisión. Como le dije antes, casi todo está ligado al dólar, el 85% en góndola tiene algún producto importado.
Por ejemplo, los productores, usted podría decir que no tiene nada que ver con el dólar, pero los fertilizantes son en dólares, la maquinaria también. Detrás de cada producto hay una gran cadena de proveedores.
Además, está el problema de los precios relativos. Cuando un comerciante tiene que vender su producto, lo primero que piensa es cuál va a ser el valor de reposición, a cuánto lo va a poder reponer y si lo va a poder reponer.
Si un comerciante termina cada mes con menos paquetes de yerba, por poner un ejemplo, nota que va perdiendo stock. Cuando se queda sin stock, el comerciante tiene que cerrar.
Golpe al bolsillo: la inflación fue un mazazo
Al no haber precios relativos, la gente cobra lo que piensa que tiene que cobrar, eso genera el problema de la remarcación.
¿Piensa que es realista pensar que se pueda encontrar un camino para desacelerar la inflación a partir del mes que viene?
No creo que vuelva a ser 7,7%, pero tampoco creo que baje al 6%. Hay aumentos de tarifas previstos, y eso va a precios. Si el Gobierno, en lugar de planchar los aumentos de tarifas cuando asumió hubiese dejado que corran los aumentos junto a la inflación, hoy los tendría más controlados. Esa es la realidad.
Cada vez que hay un aumento de esos, va a inflación y precios. Si se retienen, cuando aumenta de golpe es un mazazo. Si se lleva gradual, va aumentando, pero se siente de menor manera y es más controlado.
FM JL