El escritor y periodista Néstor Barreiro dialogó con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y analizó la nota que escribió titulada "¿Cómo le habría ido a Tchaikovski en la Rusia de Putin?". Además, criticó las posturas del Papa Francisco y de Alberto Fernández frente a este tema.
¿Cómo podrías sintetizar la nota que hiciste?
Existen diferentes versiones sobre la muerte de Piotr Ilich Tchaikovski. Una de ellas habla sobre un suicidio por la homosexualidad reprimida, que lo termina llevando a la depresión y por eso decide matarse. Después están quienes plantean que estaba enamorado de su sobrino, hijo de su hermana Alejandra. Se dice que el mismo Zar, que lo había honrado, con una pensión de por vida, estaba molesto porque Tchaikovski le daba mucha atención en público a su sobrino y le ordena que se suicide. Otros señalan que crearon un tribunal de honor para juzgarlo por el mismo motivo y le pidieron que se suicide.
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Lo curioso es que tuvo un éxito tremendo y le dieron una pensión vitalicia por lo que había hecho por la cultura rusa. Fue un revolucionario y quiebra el nacionalismo que había hasta ese momento, se vuelve mas europeo. Además pertenecía a una familia, de la pequeña nobleza de origen ucraniano, por parte de su abuelo. Además estudió, desde los 12 años, en un instituto donde se formaban a futuros funcionarios y por eso trabajó en el Ministerio de Justicia. Allí se anota en el conservatorio musical y empieza a componer. Lo primero fue un vals en memoria de su madre, que influyó mucho en su vida.
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¿Se podría comparar esa homofobia con la del gobierno de Vladimir Putin?
Sí, es un homofóbico de la peor especie. Pedro el Grande fue el primero que creó un código al respecto, prohibiendo que los soldados en actividad tengan relaciones sexuales. Dicen que tenía de amante a un carpintero y lo asciende a príncipe, lo que no produjo ningún escándalo en la Corte, pero sí un poco de celos. El sucesor de Pedro va más allá y prohíbe la homosexualidad. En 1835 se decide esto y la pena, para quienes no cumplían, era mandarte cinco años de trabajo a Siberia, que era como una condena a muerte. No condenaban a muchas personas, pero Tchaikovski era una figura relevante. También una persona muy atormentada y pasional.
Cuando recién asumió Putin, me impresionó que la homosexualidad de las mujeres era aceptada porque habían perdido 50 millones de hombres en el siglo XX. ¿Existe una actitud distinta entre hombres y mujeres con respecto a este tema?
Todos saben de la homofobia rusa y me pregunto por qué los políticos y los colectivos de actores e intelectuales no alzaron la voz. Todo lo contrario, Alberto Fernández cree que Putin es un héroe y eso no es ser progresista. El Papa Francisco, que destruyó a Mauricio Macri por permitir el matrimonio igualitario, no levantó la mano con Putin que es un genocida. Para el Papa es peor ser homosexual que un genocida. Y Putin toma como referencia a Stalin, que fue el que volvió al régimen de los cinco años en prisión para condenar a los hombres homosexuales.
JL PAR