Pese a las multitudinarias protestas de este fin de semana en Tel Aviv, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, insiste en seguir adelante con la reforma del sistema judicial.
Las protestas representan un desafío temprano a Netanyahu y su ultranacionalista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, quien ordenó a la policía tomar medidas enérgicas si los manifestantes bloqueaban caminos o mostraban banderas palestinas.
Netanyahu, juzgado por corrupción, ha hecho de la reforma al sistema judicial la pieza central de su nuevo gobierno.
¿Cómo se beneficiaría Netanyahu con esta modificación judicial?
Los opositores afirman que los cambios podrían ayudar a Netanyahu a eludir la condena en su juicio por corrupción o hacer desaparecer por completo la causa judicial. La reforma debilitaría las facultades de la Corte Suprema.
Les otorgaría a los legisladores la capacidad de aprobar con mayoría simple leyes que el tribunal haya anulado, además de dar al gobierno mayor poder sobre el nombramiento de jueces y limitar la independencia de los asesores jurídicos del gobierno.
Los cambios propuestos han provocado las protestas del presidente de la Corte Suprema por tratarse, dijo, de un ataque desenfrenado contra el sistema judicial. El fiscal general también se ha pronunciado en contra del plan, al igual que muchos de sus predecesores.
Intolerable juicio político a la Corte
Netanyahu dijo en una reunión de su gabinete que los votantes depositaron sus votos en las elecciones de noviembre en apoyo de su promesa electoral de reformar el sistema judicial.
AO JL