Sergio Berni, ministro de Seguridad de la Provincia, dijo que es el único funcionario que camina las calles, y sostuvo que la golpiza podía haberse evitado si él escondiera detrás de un escritorio. “Me convocan a mí porque soy el único que siempre está. Puede gustar o no la respuesta que doy, pero siempre estoy”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Me gustaría su propia reflexión de lo que vivió.
Hay una gran crítica hacia gran parte de la política, donde se visualiza siempre una disociación en la realidad, entre lo que le pasa a la gente y la política.
Eso tiene que ver con que la política permanentemente está muy alejada de los problemas cotidianos de la gente, y aquellos pocos que estamos todo el día en la calle, que estamos trabajando, y en los lugares más difíciles de la Provincia de Buenos Aires, sabemos que estas cosas pueden pasar, y que cuando pasan hay que enfrentarlas y no más que eso.
Me parece que lo que ha quedado en evidencia es que está hablando con un funcionario que está todo el día en la calle, que no se esconde detrás de un escritorio, que no hace especulaciones a través de declaraciones rimbombantes, ni a través de redes sociales, sino que está trabajando en la calle todo el día.
Como decía Perón: “El que no quiera tener problemas que nunca haga nada”, y la verdad que yo soy un tipo comprometido, estoy comprometido con la gestión y pasa lo que pasa permanentemente.
Este fin de semana escribí una columna, “¿A quién se le pega?”, y especulaba que no se le estaba pegando a usted sino a la política en su conjunto y que usted era un significante de la política, y que se le pego por la visibilidad que tiene de representar a la política. ¿Merece alguna reflexión esto de que usted era un representante de algo que lo trascendía?
Es muy difícil hacer esas conclusiones. Lo que sé es que había mucha gente, 300 o 400 personas, y los violentos fueron entre seis y diez, no más de eso. Violentos que la misma gente repudió, que los mismos colectivos repudiaron, y cuando llegó la policía de infantería estábamos en pleno proceso de ver donde nos reuníamos. Violentos que de manera cobarde, y abusando de que como uno es un funcionario tiene que soportar y no generar más violencia.
No lo veo como algo masivo de las 300 o 400 personas que estaban ahí, por el contrario, muchos de ellos estaban enfurecidos con la reacción de estos diez violentos, que además estaban en plena disputa gremial, las internas gremiales de la UTA, cuestiones que nada tienen que ver con la triste muerte del colectivero, que era lo que más nos dolía a todos.
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Dado que usted es cinturón negro de karate, ¿no se defendió por que no quiso? ¿Podría haber respondido a los ataques y decidió no hacerlo?
No pasa por ahí, pasa que uno es un funcionario público y sabe que la violencia genera más violencia, sabe que eran diez personas las cuales la gran mitad lo hicieron con otras motivaciones que nada tenían que ver. Incluso lo dijeron los abogados de quienes fueron detenidos. Cuando uno tiene la responsabilidad de la gestión pública tiene que tragarse cualquier tipo de iniciativa, y la violencia es el único camino que no está permitido.
Ante esas agresiones, y viendo que ni siquiera contestaba se envalentonaron más y pegaron de atrás, pero si hoy tuviera que pasar la misma situación estaría ahí haciendo lo que hago todos los días. Ya me va a ver trabajando como siempre trabajo, en los cortes, en la ruta, con la gente.
Siento una gran solidaridad de la gente. Por sobre todo, el día miércoles me reuní con la UTA y estaban repudiando el hecho de los diez violentos, que nada tenía que ver con la situación a la cual yo había sido convocado. Yo fui porque me convocaron, no es que vi luz y pasé
El día jueves terminamos la reunión que tenía que ver con cómo seguimos trabajando y profundizamos diferentes mecanismos de seguridad para que los choferes se encuentren más tranquilos.
¿Quién lo convocó?
No hace falta que lo explique. Hay un problema en la ciudad, en la autopista, se pierde una chica, y me convocan a mí, porque soy el único que siempre está. Puede gustar o no la respuesta que doy pero siempre estoy.
Por eso lo que más me asombra es la reacción de la política que siempre está escondida debajo de los escritorios, que nunca sale a la calle, que siempre especula y que están disociados con lo que le pasa a la gente.
Esto dejó una enseñanza para todos los niveles de la política, y es que acá hay un funcionario que no está disociado de la realidad, que está todos los días en la calle comprendiendo, escuchando y entendiendo lo que le pasa a la gente, y si tienen que pasar por lo que pasó es parte de los riesgos que significa ser el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, que es el cargo más difícil de la política argentina pero que lo hago con compromiso.
¿Lo convocó Axel Kicillof?
No, la gente pedía que fuera yo, pero es lo más normal. Donde hay un problema la gente se convoca y pide que vaya, y si lo hace es porque creen que puedo solucionar los problemas. No solo en la provincia, sino también en la ciudad.
Acá hay un funcionario público que no está disociado de la realidad, que no le tiene miedo a la calle, que entiende lo que le pasa a la gente y que asume esos riesgos porque está comprometido con la gestión.
¿Cómo tomó la crítica de la vicepresidente respecto del operativo de detención de las personas que lo agredieron?
Hay protocolos que cumplir. Nosotros tenemos grupos de allanamiento que están de turno toda la noche porque van llegando diferentes allanamientos, y para nosotros es una actividad muy frecuente, y se hace llevando adelante diferentes protocolos. Obviamente hay una escala de peligrosidad y eso se hizo con la menor fuerza indispensable, de hecho nadie rompió ninguna puerta.
No me parece que sea algo tan relevante con respecto a lo que ha sucedido, la violencia y la cobardía de los que atacaron.
Si yo no hubiera tenido esa fortaleza para recibir lo que recibí, seguramente hoy estaríamos hablando de una situación capaz más complicada, entonces me parece que no hay que poner el eje en si el allanamiento fue mucho o poco, lo pidió un juez y se hizo de acuerdo al protocolo.
Me parece intrascendente en cuanto a la gravedad de lo que ha sucedido, diez violentos que actuaron de la manera que actuaron no merecen evaluar si el allanamiento fue demasiado o no.
Me parece que golpear a un ministro debe ser repudiable en cualquier circunstancia, por eso le decía que la vicepresidenta se quejaba de cómo fue el allanamiento. ¿Está en desacuerdo con la crítica?
No es pegarle a un ministro, es golpear a una persona de manera patotera, que me remonta a Fernando Báez Sosa, y mire cómo terminó.
Ponernos a discutir esto es intrascendente. Lo importante es que usted está hablando con un funcionario que no le escapa a los problemas, con uno de los pocos que no está disociado de la realidad y que no está discutiendo candidaturas mientras la gente la está pasando mal. Que está todos los días en la calle y en relaciones permanentes con cientos de bonaerenses. A pesar de las fracturas y las lesiones estamos trabajando nuevamente, a pesar de la tristeza que eso produce.
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Alejandro Gomel: ¿Se sintió en los zapatos de Fernando Báez Sosa?
No, dije que si capaz no hubiera tenido la fortaleza propia de mi actividad y mi historia de vida, era muy probable que pudiera terminar como Báez Sosa, eso nadie lo puede garantizar. Por suerte las cosas no se dieron así, pero no hay que tomarlo con liviandad y ponernos a discutir si el allanamiento fue exagerado o no, porque hay protocolos que cumple la policía que todos los días se juega la vida y no sabe que lo espera del otro lado.
AG: ¿Ha pensado en dar un paso al costado y renunciar?
Siento poco respaldo de mi propio Gabinete, pero en la calle el respaldo es tremendo. Estoy en la calle y no hay persona que no me haga un comentario y me exprese su solidaridad, y por todas las cosas rescate esa forma de trabajar directamente y cara a cara con los problemas.
La verdad es que eso no tiene precio, y me voy a ir cuando el Gobernador lo decida.
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Nuria Am: Su frase fue fuerte porque dijo que es comparable con Báez Sosa, cuando pasó eso la policía no se metió, y usted es el ministro, no es comparable.
Lo que estoy diciendo es que fue un ataque en patota, certero, cobarde y que la magnitud de los golpes podría haber terminado de manera trágica. Si no terminaron de esa manera es por mi historia de vida, mi contextura, de mi voluntad de seguir adelante y seguir trabajando, y no irme de ahí hasta no resolver el problema. No estoy comparando una cosa con la otra. No intente titular algo que yo no dije.
Digo que me parece que la agresión fue lo suficientemente fuerte como para andar discutiendo si se merecía o no un allanamiento, que de última lo dictaminó un fiscal, y si lo hizo, bien dictaminado estuvo.
NA: ¿Alguien le pidió disculpas?
El jueves cuando me reuní con los choferes todos se disculparon y para mí fue un incidente superado.
Claudio Mardones: Esta mañana Aníbal Fernández dijo que no estaba de acuerdo con los cacheos, ¿cómo le cayó el planteo de Fernández que parece desautorizar la idea de los cacheos? ¿Qué lo llevó a disponer de estos cacheos tan intrusivos en los colectivos?
Eso es producto de una discusión que hace rato se venía dando con los mismos choferes, y ante algunas situaciones que entienden sospechosas pedían que se hicieran. Pueden gustar o no, tenemos que discutir si son o no a derecho.
La realidad de lo que hemos trabajo con los colectiveros es que se trabajara de esa manera, en la medida en que se va tranquilizando y normalizando. Hoy tenemos una reunión importante para exigirles a los empresarios que pongan las cámaras con la plata que les dio la provincia.
CM: La imagen de esos cacheos retrotraen a cacheos realizados en la última dictadura en esas zonas, ¿esperaban este saldo negativo de esta imagen que trae malos recuerdos?
Cuando voy a la cancha hay 30.000 personas cacheadas y es parte de una actividad, y no veo que haya semejante revuelo. Entiendo que estamos en Semana Santa y no hay noticias y hay que hacer noticias de algo tan simple como eso. No veo que sea titular de ningún periódico que se haga en la cancha.
¿Por qué siente que se lo toma de blanco de críticas? ¿Qué cree que genera usted para que se produzca eso?
Si estuviera en un escritorio, especulando cada vez que hay problema para no ir para que no me roce, si pusiera plata en medios de comunicación para blindar mi accionar, seguro esto no pasaría, pero como no especulo, como tengo un compromiso, tengo un hijo bonaerense y quiero dejar una provincia mejor, hago lo que siento que tengo que hacer.
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El incidente de Jair Bolsonaro, cuando lo acuchillaron, terminó dándole una cantidad de votos enorme, ¿puede ser que estemos viendo mal sobre que esta golpiza pudo haberlo afectado negativamente y lo esté afectando positivamente frente a la opinión pública?
En este momento estoy en la calle y no hay persona que no me pare y me dé su solidaridad, personas que entienden lo complicado que es el delito en la Provincia de Buenos Aires. Siento un apoyo y un cariño tremendo, independientemente del partido político, y lo que más recibo es “yo no soy de su partido pero me solidarizo con usted, no baje los brazos”.
No hay muchos políticos que anden por donde yo ando todos los días, yo no soy el que prepara el escenario para bajar, hacer tres cuadras, sacarse una foto y subirlo a Twitter. Estoy donde pasan las desgracias, las tragedias, donde la gente se encuentra desamparada, y no hay muchos que puedan caminar como yo.
La verdad que ese capital político de poder sentarme a tomar un café en la provincia y la ciudad, es un capital político que muchos quisieran tener y no tienen, por más que muchas veces preparen el escenario para una foto.
MVB JL