El régimen de Venezuela no parece tener escrúpulos en su afán de recuperar el avión retenido en Argentina. Después de las arengas de Nicolás Maduro y del diputado Diosdado Cabello, segundo en jerarquía en el oficialista Partido Socialista Unido, contra el presidente Alberto Fernández, difundió un video de medio minuto en el cual tilda de falso positivo el atentado terrorista contra la AMIA mientras miles de personas marchaban este martes en Caracas en señal de protesta por la retención del avión con la consigna "¡Yanqui, ladrón, devuelve el avión!".
En el nuevo reclamo por el avión de la compañía estatal venezolana Conviasa, que arribó a Ezeiza en junio con 14 tripulantes venezolanos y cinco iraníes, subió el volumen con acusaciones contra la decisión judicial de retenerlo por la supuesta violación de los tratados internacionales y de los derechos humanos de los venezolanos.
Después de defender a la vicepresidenta Cristina Kirchner en el juicio por presunta corrupción en la obra pública y de pedir la liberación de Milagro Sala, el régimen de Maduro insistió en que el avión de carga, utilizado para trasladar vacunas y medicinas y brindar ayuda humanitaria en el continente, ha sido secuestrado en suelo argentino por mandato de Estados Unidos.
Venezuela le exige a Alberto Fernández que devuelva el avión iraní
Lo de falso positivo en el caso AMIA, en el cual todas las miradas se desvían hacia Irán, socio de Venezuela y fabricante del avión, significa, en términos jurídicos, que las pruebas aportan un resultado, pero son inexistentes en realidad. Al menos, a los ojos de Maduro y compañía.
El avión de Emtrasur, filial de Conviasa, sancionada por Estados Unidos, fue retenido después de aterrizar el 6 de junio en el aeropuerto de Ezeiza, procedente de México, con una carga de autopartes.
Un tribunal del distrito de Columbia emitió el 19 de julio una orden de incautación alegando que se violaron las leyes de control de exportación de Estados Unidos cuando Emtrasur adquirió el avión en una operación con Mahan Air, aerolínea afiliada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, considerada una organización terrorista por la Casa Blanca.
La justicia argentina prohibió a la tripulación abandonar el país mientras se investiga un posible nexo de los tripulantes y la aeronave con la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. En expediente no hay pruebas que permitan indagar a los tripulantes ni acusarlos formalmente de un delito.
La tripulación se encuentra en una suerte de limbo mientras la justicia argentina espera respuesta a exhortos que envió a Estados Unidos, Uruguay y Paraguay. El primero tiene que ver con la existencia de causas en la justicia norteamericana sobre el piloto, Gholamreza Ghasemi, y el copiloto, Mahdi Museli.
Según el FBI, Ghasemi es CEO de una aerolínea sancionada por Estados Unidos por colaborar con el transporte de armas y tropas para Hezbollah. Esa aerolínea supuestamente vendió el avión a la venezolana Emtrasur.
BL PAR