OPINIóN

2023: ¿El momento de los outsiders?

La poca participación de la sociedad en la vida electoral del país, la capacidad sanguínea (los dirigentes políticos vetustos que gobiernan y han gobernado) no le suministran la cantidad de glóbulos blancos y rojos suficientes a la cognitividad gubernamental.

Javier Milei
Javier Milei | na

La carencia de liderazgos políticos en la Argentina hace que el sistema democrático padezca una anemia considerable que genera una disminución en los latidos del corazón institucional, temiendo la representatividad federal y republicana que en algún momento este músculo esencial para el funcionamiento orgánico del Estado deje de funcionar.

En el plano médico, cuando un paciente concurre a un nosocomio con un cuadro de hipotensión se le recomienda consumir algún producto que eleve los signos de presión arterial con motivo de irrigar sangre al cerebro y establecer el ritmo cardíaco. Esto llevado a la política significa que por la poca participación de la sociedad en la vida electoral del país, la capacidad sanguínea (los dirigentes políticos vetustos que gobiernan y han gobernado) no le suministran la cantidad de glóbulos blancos y rojos suficientes a la cognitividad gubernamental.

Luego del paso de Néstor Kirchner por la Casa Rosada hubo algún tipo de entusiasmo por la militancia política. Esa efervescencia devino en la conformación de La Cámpora, agrupación política que reivindica la figura del ex Presidente Héctor J. Cámpora, quien fue a contramano de las decisiones de Perón y duro solo 49 días en el cargo.

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Hoy en día esta agrupación es conducida por el hijo primogénito del expresidente fallecido el 27 de Octubre de 2010. Máximo Kirchner es un muchacho que nunca militó en Santa Cruz y menos en Buenos Aires, que no tenía pasta para la acción política, que carece de carisma y de atracción por medio de la oratoria. Este joven cuasi dirigente fue formado a los apurones por Carlos Kunkel y Dante Gullo, ya que debía ingresar en lo inmediato a la arena política para salvaguardar los intereses de la familia, que se lograron por medio de las componendas devenidas de lo estatal en tándem con lo privado. Fue puesto en valor en La Cámpora con motivo de potenciarlo como su Jefe, más por el apellido que por su capacidad.

Máximo Kirchner
El diputado Máximo Kirchner.

Los verdaderos camporistas como Larroque, Ottavis, Festa, Recalde, Basualdo, Raverta, Volnovich, Mendoza, entre otros, debían obedecer como si fuera esta agrupación una similitud de la dinastía de Kim IlSung, líder del PC Coreano que luego de la Guerra gestada en ese país se quedara con la parte Norte e impusiera un sistema monárquico comunista hasta la actualidad.

El 17 de Octubre pasado se vivenció lo que sería la caída paulatina del Peronismo para los próximos lustros. Máximo Kirchner se presentó con un discurso sin profundidad retórica y no logro enamorar a los militantes que flameaban las banderas de las agrupaciones presentes. Hasta se pudo observar como parte de la militancia del Intendente de Ensenada, Mario Secco, se retiraba antes de que el líder de La Cámpora culminara su discurso.

En la oposición, y principalmente en el espacio de Juntos por el Cambio, no existe la renovación dirigencial. Pareciera que los experonistas Santilli, Ritondo, Patricia Bullrich y el propio Rodríguez Larreta, emulan al Viejo Cacique Antonio Cafiero, que por 1985 se presentaba como “Renovador”, cuando poseía una trayectoria de 40 años de dirigente. Gracias a la magia y astucia de Jorge Telerman, que por ese entonces era el Jefe de Campaña del Frente Renovador Cafierista, logró cambiarle la imagen para mostrarlo canchero ante los “pibes” y con un léxico que la juventud de la época manejaba. De esa manera intentaban ponderar que Cafiero era la buena onda del Justicialismo, contra la estructura ortodoxa y doctrinaria que representaba Herminio Iglesias.

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Los dirigentes que hoy pelean por ser los líderes de JXC intentan imitar gestos de ese momento de la historia. Parecer modernos para enamorar a la juventud, y hasta a los chicos de “la cumbia 420”. ¿El objetivo? Sumar votos sin propuestas claras, y con un historial funesto al momento de mostrar la gestión nacional y bonaerense, las cuales no han sido de las más propicias para sacar al país de la ciénaga.

Con los radicales pasa algo similar. Tienen a Martín Tetaz, Martín Lousteau, Rodrigo De Loredo y Facundo Manes como los recambios para sostener las ideas del Centenario Partido durante el Siglo XXI. Pero la conducción del partido sigue en manos de los históricos correligionarios. Con mañas, astucia y algunas disimulaciones, lograron sostenerse en algunas gobernaciones, intendencias, legislaturas nacionales y provinciales, entre otras. Están convencidos que son los patrones del partido, pero al momento de pretender participar electoralmente no quedan dudas que saldrían últimos en la contienda. Sus ideas fueron la cumbre del fracaso en 1989, 2001 y hasta en 2015.

La Izquierda no tiene ya valor agregado con sus lógicas deductivas que son propicias para imponer conceptos de las minorías y que lograron éxitos con la Ley del Aborto, el Matrimonio Igualitario, la ESI, el Diálogo Inclusivo y la construcción de las organizacionesLGTB+. En este punto la Izquierda logró sus objetivos gracias al apoyo de algunos medios de comunicación, del kirchnerismo y también del macrismo.

Por último, cabe destacar las figuras de Javier Milei y José Luis Espert, dos outsiders que se posicionaron en poco tiempo por sostener propuestas de índole nacional-liberal y de sentido común. Lograron atraer a la juventud de clase media y media baja que antes se refugiaban en los partidos de izquierda para revelarse contra el sistema.

Javier Milei
Milei buscó apoyo internacional en España.

Milei es un fenómeno político social que enarboló la bandera de la libertad con una exposición histriónica al principio y moderada en la actualidad. Lo que le ocurre a él es que carece de política tradicional, que es en definitiva la que construye territoriedad y la que aporta partidos políticos. Este punto si logró cubrir el otro outsider de la actualidad, José Luis Espert, quien se muestra como un tipo pensante, sensato, y hasta eficaz al momento de debatir ideas con el oficialismo o con dirigentes de la oposición. Eso le vale para afrontar el camino que tiene por delante en el territorio donde se definirá la elección presidencial, ni más ni menos que la provincia de Buenos Aires.

Depende absolutamente de la sociedad el país que queremos. Estamos en una zona gris, cercana a la franja negra. Si no se hace nada para sacarlo de allí y colocarlo cerca de la franja blanca, nos veremos incorporados como una Nación bananera que solo quiere jugar en la tercera categoría en el mundo y no volver a colocarse como uno de los principales países potencia.