OPINIóN
Realidades

Alberto quiere una casita del árbol; Cristina, un búnker

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Colisión permanente. Un Presidente que no lidera. Una Vice que tensiona. | cedoc

Estoy viendo en Netflix la serie sueca, Bonusfamiljen. Familias ensambladas. Viejos y nuevos rencores. Un embarazo sorpresivo. Todo nos remite al matrimonio disfuncional que nos gobierna: Cristina y Alberto. Alberto, flamante padre, intenta construir poder de la nada, jaqueado por la inflación, pero por sobre todo por sus buenos modales. Cristina, sola en el castillo, como el personaje de la novela de Philip K. Dick, hablándole al pueblo que la ama, hablándoles a sus hijos, nosotros, el pueblo, hablándole a Néstor, recordándolo.

En la serie de Netflix todo, cada pequeño detalle, es motivo de movimientos sísmicos sentimentales. A veces, parece tener giros de novela latinoamericana: “Perdóname, yo te prometí que no iba a quedar embarazada”. Y resulta que está embarazada.

Todos los argentinos estamos embarazados. Y es un embarazo no deseado. En un país tan católico, a pesar de que se aprobó la ley del aborto, esa opción es controvertida. Además, sigue siendo un imperativo atávico: hay que poblar la patria.

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En la serie sueca, hay una escena memorable. El marido de la madre de los dos niños quiere construir una casita en el árbol, renovar la vieja casita. Y uno de los chicos, el que de movida se muestra como el más conflictivo, dice que quiere construir un búnker. El padrastro trata de convencerlo de que lo mejor va a ser que ahora construyan la nueva casita del árbol. Pero el niño no quiere saber nada. Él quiere un búnker. Dice que hay que conseguir una pala y un periscopio para ver qué es lo que pasa en la superficie del planeta Tierra.

No puedo dejar de trazar paralelismos con mi realidad personal y con la realidad política de nuestro país. Alberto quiere construir una casita del árbol. Cristina quiere un búnker.

Roland Barthes hablaba de textos de goce y textos de placer. Los textos de goce son aquellos que nos obligan a cerrar el libro y meditar sobre lo que leímos. Los textos de placer son los que nos atrapan y no podemos dejar de leer hasta que los terminamos.

Alberto quiere textos de placer y Cristina quiere textos de goce. Cristina es una máquina de guerra y Alberto es una máquina de prender inciensos. “Solo se trata de vivir”, canta Alberto imitando la cadencia de Litto Nebbia. Mientras tanto, Máximo, que viene a ser como el Tío Cosa de la familia Adams, aúlla. De repente, sus toneladas de dinero le dan fuerzas para ser más revolucionario que Grabois. De todos modos, no hay que subestimar el poder del heredero.

Ahora bien, qué pasa con los candelabros de la quinta de Olivos, qué pasa con Francisco, la semilla que germinó como para comprobar que Alberto no es un maniquí, que puede engendrar vida. ¿Pero será capaz de ponerle un poco de onda a la presidencia? Por ejemplo, tendría que apretarles los tornillos a los formadores de precios, que son como zorros en el gallinero. Cuando se reunió con Pagani (dueño de Arcor) y ambos sonreían, ese mismo día, con una sincronización diestra y siniestra, mientras se adulaban mutuamente, Pagani mandaba un aumento del 10 % a sus productos.

Ahora es 13 de junio. Es la una y siete de la madrugada. Matías Kulfas está pensando en otra cosa. O sea, en lo que nunca dejó de pensar. El gasoducto Néstor Kirchner arrancó tarde en su construcción. Pero pronto (más vale tarde que nunca) tendremos gas para nosotros y para exportar.

Ya se confirmó que somos una de las reservas de litio más importantes del planeta. Se está explotando en Jujuy. Por eso Gerardo Morales fue el único gobernador que pudo comprar vacunas para su provincia. Hizo negocios con los chinos.

Ahora, voy a volver a ver la serie sueca. Se aprende más de las pequeñas catástrofes familiares que de leer y escuchar a los simuladores de los medios masivos de comunicación.

Veo un rato y termino aburriéndome. Entonces, pongo otra serie: Better call Saul. Es excelente. Ahí aparece un asesino a sueldo solitario, sobrio, inteligente.

Pienso en Sergio Massa. Él pudo mutar en un ser inteligente y calculador. Se lleva bien con todos, pero no deja de imponer sus ideas. O eso parece. Le puso los puntos a Guzmán con el tema del impuesto a las ganancias de los asalariados. Tal vez por eso su imagen mejora en las encuestas.

*Escritor y poeta argentino.