Vamos a coincidir en que, por lo menos se supone, que nos gobierna el peronismo. Pero hoy por hoy los opositores más vistosos también son peronistas.
Miren a Miguel Ángel Pichetto... está armando, por detrás de Juntos por el Cambio, una especie de pata peronista-menemista donde también aparece ahí asesorando a Carlos Grosso que, fue desde las sombras, quien de algún modo lo inventó a Mauricio Macri como político. Porque en los últimos años de la dictadura, esto poca gente lo recuerda, el grupo Macri; las empresas de Franco Macri; habían dado trabajo como gerentes al mismo Carlos Grosso, al cordobés José Manuel de la Sota y al mendocino José Octavio Bordón.
El grupo Macri, de algún modo, parió al peronismo de la democracia. Los kirchneristas dirán "bueno, pero esa es la vieja guardia menemista" tapando y sin recordarlo, una vez más, que Néstor, Cristina y Parrilli fueron menemistas y después fueron cavallistas, y sin recordar que el propio Pichetto, hasta no hace mucho tiempo, defendió a capa y espada a Néstor y Cristina, como lo había hecho con Duhalde y con Menem, en el Senado anteriormente.
Patricia Bullrich viene de la JP, Diego Santilli y Cristian Ritondo, el propio Rodríguez Larreta es más peronista que otra cosa, aunque en la Capital hay que cuidar un poquito las formas y hacerse un poco el gorila. Y María Eugenia Vidal, que tiene dos hijos, con su reciente ex marido, Ramiro Tagliaferro, peronista.
¿Los terceros en discordia? Lavagna, Graciela Camaño, con Duhalde y Chiche -que andan por ahí hablando con todos, con ellos, con los otros, con los de un lado del otro- y, ni hablemos del peronismo de la inmensa mayoría de los gobernadores provinciales y de los intendentes del Gran Buenos Aires, así que vengan y explíquenme los proyectos contrapuestos e irreconciliables que impiden la tan querida y nunca bien practicada unidad nacional en la Argentina. Si todos estuvieron con todos y mientras convivieron y hasta que se pelearon, convivieron bien.
Perón decía que los compañeros son como los gatos, cuando parece que se están peleando, se están reproduciendo y se reprodujeron tanto que habría que considerar también al peronismo como el gran gato encerrado en la democracia del poder y de la desunión nacional.