OPINIóN

La fábula de Javier Milei: Pinocho, el tigre y el león

Sin experiencia ni conocimiento del Estado, algunos de los asuntos emocionales pendientes de Javier Milei se reflejarán en la gestión pública: pondrá al frente del CONICET al especialista que clonó a su perro Conan; no revela qué rol reserva para su hermana, "el Mesías" responsable de su éxito.

Pinocho, el león y el tigre
Pinocho, el león y el tigre | Cedoc Perfil IA

El debate de los candidatos a la presidencia tuvo la falta de plan y propuestas como protagonistas de la noche. En el aspecto técnico fue una paliza de Sergio Massa a Javier Milei. Quedó en evidencia la pericia política del ministro y la ignorancia en materia de gestión del libertario. 

En el encuentro, el león tenía todas la herramientas para ganar la contienda, mientras que el funcionario cargaba sobre sus espaldas un pasivo de veinte años de kirchnerismo. En efecto, el ex antisistema no supo aprovechar mínimamente la ventaja a su favor, concediendo el rol de entrevistador a su oponente.  

Durante el encuentro Massa ventiló que años atrás el Banco Central de la República Argentina no le renovó una pasantía a Javier Milei. ¿Habrá sido por cuestiones de comportamiento personal? En el expediente, que tiene carácter público, surge que no contaba con el nivel de conocimiento necesario tanto en lo técnico como en manejo del idioma inglés. ¿Será ese el motivo por el cual el libertario quiere terminar con la institución? Recordemos que éste aspira designar al frente del CONICET a un especialista en clonación de animales, siendo que él clonó a Conan, su mascota fallecida algunos años atrás. En este sentido, pareciera que Milei desea que algunos asuntos emocionales pendientes se reflejen en la gestión pública. 

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Durante esa jornada, Sergio Massa necesitó un par de preguntas para demostrar que el libertario desconoce el funcionamiento del Estado. Cuando aquel le preguntó “¿sabés que es el GDE?”, la  sigla de Gestión Documental Electrónica, Milei no supo responder. 

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Este episodio nos transportó al momento en que Luciana Geuna le preguntó a Javier si éste creía en la democracia, y para evadir la pregunta le respondió con otra - ¿Sabes que es el teorema de imposibilidad de Arrow?”. La misma suerte corrió el economista cuando el ministro lo interrogó sobre el comercio con China y Brasil. Se evidenció que el economista desconoce los componentes del comercio exterior, relaciones que establecen los Estados, así como los aranceles y los permisos sanitarios.

Si esto no parecía suficiente, y frente al cuestionamiento de la integridad de su adversario, Sergio Massa lo volvió a embocar a su contrincante con el tema de los departamentos y fondos que Milei poseería en los EEUU, afirmando que el campeón de la moral política también es parte de “La Casta”. 

Luego el libertario comparó la guerra de Malvinas con un partido de fútbol, y exaltó torpemente la figura de Margaret Thatcher. 

Para redondear la noche, Milei tuvo la gran oportunidad de pedirle explicaciones a Sergio Massa sobre todo aquello que se ventila sobre supuestos vínculos del ministro con el narcotráfico; pero no solo no le preguntó, sino que le cedió la palabra y el funcionario supo utilizar el momento,  lo que le valió un papelón épico en un momento de pico de audiencia televisiva. 

Si todo lo ocurrido no pareciera poco, Massa le recordó a Milei que Mauricio Macri y Patricia Bullrich no estuvieron presentes “Los que te abandonaron en el salón, te llevaron al campo de la chicana berreta”. Para colmo de males, en las últimas horas, Eduardo Eurnekian, el inventor de la criatura dijo “Tengo 3700 ñatos que trabajan para la empresa. Uno salió fallado, ¿qué quierés que haga?”

¿Panqueque o Pinocho?

¿Son o se hacen? Dos veces se lo vio en las últimas semanas a Sergio Massa, nuestro tigre del conturbano, en las redes sociales en un estado un tanto desorientado, como si hubiera consumido algo que le cayó mal. Esto sorprendió a muchos y dio lugar a alguna aislada e infame operación de Deepfake

Por otro lado, en otras ocasiones se lo ha visto Javier Milei públicamente, especialmente en los medios, con un estado emocional y reacciones propias de quien no está del todo bien emocionalmente. Sin embargo en las próximas horas nos preparamos para optar, digo bien optar y no elegir, entre uno de esos dos candidatos para que quede a cargo de la dirección del país por los próximos cuatro años. La economía, la salud, la seguridad y la educación de todo un pueblo quedarán en manos de uno de ellos. Nos dicen “Votá al normal”, lo difícil es reconocerlo.

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El ministro Sergio Massa es un viejo conocido de nuestra política doméstica. Dicen que se preparó toda su vida para este momento, pero los números de la economía no lo demuestran. Es el mismo que militó en la UCeDe, aquél eufórico que trabajó en ANSeS, el Jefe de Gabinete de Cristina Fernández, el candidato testimonial del 2009, el que iba a barrer con los ñoquis de La Cámpora, y ahora el de la inflación récord en 142,7%. Muchos lo definen como panqueque, otros como Pinocho, y los demás como un posible nuevo Néstor Kirchner, más populista y despiadado.

En el 2019 Massa panquequeó nuevamente, se fumó el mandato de Alberto Fernández y aguantó hasta que se quedó con el ministerio de economía. En las últimas horas, como un presidente en funciones pasó revista en la Escuela de Cadetes Comisario General Juan Ángel Pirker, donde se conmemoró la semana de la Policía Federal Argentina. 

En este contexto, su cruce reciente con el periodista Luis Majul lo mostró irascible, sumado a que debe lidiar con el caso de inteligencia ilegal que tiene por protagonista al Diputado ultracristinista Rodolfo Tailhade, que puso al juicio político contra la Corte Suprema en el centro de la escena.

Experimento peligroso

Hace un par de años Javier Milei recomendaba a los jóvenes irse del país, odiaba la política, decía que los políticos son una mierda y que su rol era el de divulgador. Luego cambió de opinión y como por un mandato divino o sugerencia canina, como surge de libro El Loco, decidió ser candidato a Diputado Nacional. 

Por casi dos años no presentó ningún proyecto y votó a favor de iniciativas que favorecían a Sergio Massa y Eduardo Eurnekian. Su armado político está atado con alambre, y no logra juntar cinco para jugar al fútbol. Consciente de ello, y de cara a la segunda vuelta electoral, fue a buscar el auxilio de Mauricio Macri. Este lo merodea y asistía desde hace rato, abriendo puertas y neutralizando contendientes; pues sabía que en cualquier momento podía terminar en sus brazos.

En este sentido agreguemos que Mauricio, fiel a sus principios, no tiene socios, solo empleados; y Javier se ha convertido en uno más de aquellos. Desde ese momento, el acuerdo le valió al libertario tener que usar un bozal mediático. En efecto, hemos pasado de “las fuerzas del cielo” a “las fuerzas de ojitos de cielo”.

Sin embargo, y a pesar del intento de ocultar los disparates de Milei, es tarde para ocultar frases como: “El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina”.

“Supóngase que usted tiene una hija y de repente hay alguien que tiene una adicción a violación de mujeres. Y su hija es víctima. Entonces ¿qué va a decir 'y no, bueno... es una solución muy radicalizada'? No. Hay que terminar con el sistema de coparticipación, hay que barrerlo”.

“Lo que quiero decir es: hay un salame o tres salames opinando desde una computadora... ¿Sabés qué? Mientras miran a la señorita por internet, yo estoy en el medio de sus sábanas”.

"Yo soy sólo un divulgador, ella (Karina Milei) es el Mesías”.

El personaje que a todos insultaba, siempre escondió esa faceta de Pinocho, pues la protección mediática no nos permitió evidenciar su desconocimiento en materia de gestión, que fue recién evidenciada en el debate presidencial.

Este peligroso experimento sufre durante las últimas horas una contundente e inevitable fuga de diputados electos de LLA. Esto provocó la realización de un encuentro de urgencia en un hotel céntrico para evitar la debacle. Estas cosas pasan cuando el verdadero objetivo no era lograr un cambio, sino apenas llegar al sillón de Rivadavia. Ahora llegó el momento de atajar consecuencias. el Antisistema no solo pactó con la casta que tanto criticó, sino que finalmente éstos le coparon el espacio.

Llegó el momento de optar entre dos personas que auguran una historia sin final feliz, y hasta me animo a decir de un posible breve desenlace por la crisis que vivimos. Es una contienda entre Javier Milei que no está preparado para el cargo y deberá actuar sabiamente para desempeñarlo, y Sergio Massa que aspira a construir un mandato con el estilo de Néstor Kicher, pero políticamente más brutal.